Los bonos soberanos argentinos experimentaron un fuerte repunte, impulsados por la reciente eliminación temporal de retenciones a las exportaciones agropecuarias y las conversaciones avanzadas con Estados Unidos para obtener financiamiento. Esta combinación de factores desencadenó una importante caída en el riesgo país, medida por el índice EMBI+ Argentina de JP Morgan, que descendió 116 puntos básicos, situándose en 1.340 unidades.

Los títulos soberanos bajo ley de Nueva York lideraron las ganancias, con incrementos notables en las series Global 29, Global 30, Global 35, Global 38, Global 41 y Global 46, que registraron alzas de entre 3,21% y 5,09%. Esta reacción del mercado refleja la expectativa de un mayor ingreso de divisas gracias a la eliminación temporal de retenciones, medida que busca incentivar la liquidación de exportaciones por parte del sector agroindustrial hasta el 31 de octubre.

Riesgo país, a la baja

El descenso del riesgo país es una consecuencia directa de la mejora en las perspectivas económicas a corto plazo. Los analistas señalan que la estrategia del gobierno de mantener la estabilidad cambiaria, sumada a la expectativa de mayores ingresos de dólares comerciales y el posible financiamiento externo, genera confianza en el mercado.

Las negociaciones con Estados Unidos para obtener un préstamo bilateral, destinado a fortalecer las reservas del Banco Central y el Tesoro, también jugaron un papel crucial. La perspectiva de este apoyo financiero disminuye la percepción de riesgo asociada a la deuda argentina y atrae capitales especulativos hacia los bonos soberanos.

Aunque las expectativas inflacionarias se mantienen, las señales del Gobierno permitieron ganar tiempo para ordenar las variables fundamentales de la economía.

La contención moderada de la brecha cambiaria y la menor volatilidad en el mercado de futuros también contribuyen a la rotación de portafolios desde activos en dólares hacia bonos soberanos, especialmente aquellos bajo jurisdicción extranjera. La sostenibilidad de esta tendencia dependerá, en última instancia, de la capacidad del Gobierno para implementar políticas fiscales y monetarias consistentes y mantener un flujo constante de divisas al país.