Luisana (14) no quiere tener más las piernas delgadas que antes tanto le gustaban. “No se ha puesto más polleras. Me dijo que las odia, que desearía tener más músculos. Empezó a ir al gimnasio y a una nutricionista que le da un plan de alimentación para aumentar la masa muscular”, cuenta la mamá, María Laura, que es docente de inglés en un colegio secundario. A Martín, su hijo varón, tampoco le interesa ser flaco. Va al gimnasio, pero se cuida muy poco en las comidas. “Ahora lo veo un poco excedido de peso, pero me dijo que a él no le molesta”, confiesa.
Los nutricionistas también lo notan en sus consultorios: entre los jóvenes está cambiando el ideal de lo que se considera un buen cuerpo. La tendencia de los últimos años a considerar como tal una figura atlética y fuerte está modificando la forma en que preadolescentes y adolescentes perciben su peso corporal. Y debería ser una buena noticia. Pero no lo es, porque cada vez tienen menos sensibilidad para apreciar cuando padecen sobrepeso y obesidad.
Un reciente estudio internacional, que incluyó a más de 5.000 adolescentes, mostró que el 40% de los chicos tiene exceso de peso. Y uno de cada cuatro no lo reconoce. El informe de Obesity Medicine Association reveló, además, que el 80% de los que llegan a la consulta de salud ya presentan una comorbilidad.
Otro estudio, que revisó las tendencias temporales en la percepción del peso de más de 745.000 chicos de entre 11 y 15 años de 41 países concluyó que cada vez son menos los preadolescentes y adolescentes que se perciben con sobrepeso y más los que subestiman su peso corporal.
El trabajo -un estudio colaborativo de la Organización Mundial de la Salud- se publicó en Child and Adolescent Obesity. En el artículo se habla de la aparición de un cuerpo atlético y fuerte como nuevo ideal corporal contemporáneo. Ello podría significar que ellas se van alejando del modelo de extrema delgadez de décadas anteriores mientras que para ellos crece la presión por ensanchar y muscular a edades muy tempranas.
El hecho de que cada vez muestren menos sensibilidad para apreciar que les sobran kilos, preocupa a los especialistas. Es muy complejo abordar cualquier enfermedad crónica si la persona afectada no la reconoce.
Para la doctora Eliana María Rodríguez en la actualidad es común ver en la consulta muchos adolescentes y también adultos que no perciben el exceso de peso.
“Tiene que ver con nuevos cambios de paradigmas respecto al peso y aceptación del propio cuerpo. Si bien está perfecto, está muy bien aceptar el cuerpo que uno tiene, amigarse con uno mismo y disfrutarlo, también es importante entender cuando ese cuerpo tiene grasa corporal en exceso y puede ser perjudicial para nuestra salud. Ahí es donde se está generando una gran confusión”, señala la especialista, directora de la Carrera de Nutrición y codirectora de la Especialidad en Nutrición con Orientación en Obesidad de la UNSTA.
Rodríguez remarca que la adolescencia es una época de muchos cambios. Es un grupo vulnerable, que están buscando su sitio de pertenencia, su identidad, explica. A eso hay que sumarle la presión del entorno, de las redes sociales, que a menudo hacen que estos chicos no tengan una percepción que ese cuerpo voluminoso o con exceso de peso es un cuerpo que puede acarrear problemas de salud a la larga, señala. “En la consulta tratamos de enseñarles a cuidar el cuerpo, que es nuestra casa. Hay que alimentarlo de una manera sana y hacer ejercicio”, apunta.
Rodríguez remarca que a veces los padres se enojan con los hijos cuando no quieren aceptar que están mal o que subieron de peso o bajaron demasiado. “Lo ideal no es enojarse; esto puede ser contraproducente. Es buen buscar un acompañamiento profesional, ya sea de nutricionistas o psicólogos capacitados. El foco tiene que ponerse en la salud, tiene que apuntar al cuidado, y no en la estética”, insistió.
“También vemos chicos excesivamente preocupados por el aumento de masa muscular y eso los lleva a recurrir a cualquier producto. La venta de suplementos que ayudan a aumentar la masa muscular creció muchísimo y con eso también hay que tener cuidado. Hay productos que son buenos, pero otros que no. Esto tiene que hacerse con una guía. No podemos recurrir a un suplemento nutricional; primero debemos aprender a cubrir las necesidades de nuestro cuerpo con los alimentos que ingerimos cotidianamente”, aclaró.
Excedidos
En nuestro país, el 40% de los chicos y adolescentes, de entre 5 y 17 años, están excedidos de peso, según la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud. La situación es alarmante según el doctor Francisco Donofrio, médico nutricionista.
“Vemos que los padres tienen su preocupación y temor por el hecho de que sus hijos empiecen a ganar demasiado peso durante la adolescencia; sin embargo, muchos hijos no lo viven así”, remarca.
Por otro lado, según observa, los mensajes en los medios masivos y redes sociales sobre la delgadez y la forma física muestran el riesgo de sobreexponer a los menores a ideales de salud y bienestar que muchas veces son exagerados y pueden ser disparadores de trastornos alimentarios.
El profesional también sugirió acompañar a los hijos y buscar ayuda de especialistas. “Recordemos que la obesidad no es una enfermedad solo causada por la energía que se ingiere y se gasta. Es mucho más compleja, ya que intervienen factores como la genética, epigenética, endocrinológicos y socioeconómicos, entre otros”, señaló.
Hoy tenemos adolescentes muy preocupados por su musculatura; otros que quieren hacer dietas estrictas; están los que optan por ser vegetarianos o veganos; y también los que eligen comida chatarra cada día. El menú es muy diverso, remarca Donofrio. Y exige que todas las partes del a sociedad se involucren más y que haya políticas públicas de prevención. Porque, sin dudas, están poniendo en juego el futuro de su salud.
Análisis de lo que comen los chicos y adolescentes
Los alimentos ultraprocesados terminaron por desplazar a las frutas, las verduras y a los cereales de la alimentación entre los dos y los 17 años, de acuerdo con un diagnóstico de qué comen los chicos y adolescentes en nuestro país.
La Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina y Unicef analizaron los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (Ennys) y la Encuesta Nacional de Salud Escolar (EMSE) para determinar los cambios en la relación que existe entre el estado nutricional y el nivel socioeconómico de los hogares para los chicos y adolescentes, con una muestra representativa del país, para el período 2012-2018. El análisis reveló que lo que comen a diario está lejos de las recomendaciones diarias en la mayoría de los grupos de alimentos, sobre todo el de frutas y verduras: su consumo es apenas el 22% de la cantidad recomendada.
El equipo a cargo del relevamiento dijo que los datos que alarman y demandan una intervención con urgencia a través de políticas públicas uniformes desde la cadena de producción hasta el entorno escolar.












