Vicisitudes de las “copias originales” del Acta de la Independencia

Estos documentos reflejan la idea de soberanía “contra toda dominación extranjera”, que urgía en los tiempos del Congreso de Tucumán.

LA ORIGINAL SE ENCUENTRA PERDIDA. Se hicieron 1.500 copias de esa acta. LA ORIGINAL SE ENCUENTRA PERDIDA. Se hicieron 1.500 copias de esa acta.
Roberto Delgado
Por Roberto Delgado 16 Julio 2023

El hallazgo en Buenos Aires de una “copia original” del acta la Declaración de la Independencia de 1816 refleja las diligencias realizadas después de la sesión fundamental, ya que 10 días después del 9 de julio se hizo una enmienda al documento para agregar un párrafo importante: que las Provincias Unidas del Río de la Plata no sólo serían independientes del Rey de España, Fernando VII, sus sucesores y metrópolis, sino también de cualquier otra dominación extranjera.

El historiador Facundo Nanni, autor, junto con Valentina Mitrovich, de “Los tiempos del Congreso”, explica que el agregado tuvo que ver con las inquietudes que generaban entonces los avances del imperio de Portugal, que se expandía desde Brasil. “Tiene un valor político y jurídico -dice-. Se le agrega una soberanía, una idea mayor de independencia general, para un pueblo que era muy vulnerable respecto a un imperio como Portugal, como Inglaterra”.

Tres años de Congreso

El acta original del 9 de julio, firmada por 29 diputados, se encuentra desaparecida. Después de la Declaración de la Independencia, el diputado Pedro Medrano, solicitó la enmienda, que se agregó en una sesión secreta del 19 de julio de 1816. “El Congreso fue muy activo, hasta 1819, y en Tucumán estuvieron más de un año. Vinieron en 1815, se fueron en 1817. Las sesiones, que comenzaron el 24 de marzo de 1816, fueron abiertas, secretas y extraordinarias. Por ejemplo, el 3 de mayo de 1816, en una sesión abierta, muy aclamada, eligieron Director Supremo a Juan Martín de Pueyrredón, que era diputado por San Luis pero que representaba el poder de Buenos Aires”, explica Nanni, que describe que la actividad del Congreso fue parecida a la de hoy.

“El Director Supremo está por encima de Manuel Belgrano, por encima de José de San Martín; es como el presidente, el poder ejecutivo. Y el Congreso viene a ser una especie de Poder Legislativo, por donde pasan las leyes, las normativas”.

Cultura manuscrita

Fue precisamente Pueyrredón –el que por su nuevo cargo no firmó la Declaración de la Independencia, y que se fue a Buenos Aires un mes después- quien el 13 de agosto de 1816 hizo imprimir 1.500 copias (hoy consideradas originales) del acta –con la enmienda- para anunciarle al país, y al mundo, la independencia de la España colonialista. Llevan un pie de imprenta que las certifica. “En ese tiempo ya había imprenta en Buenos Aires, que era muy básica, con una prensa así de madera. En Tucumán no había; Belgrano traería la primera en 1817”, dijo Nanni. “Era muy común en la época que un secretario copiara 1.500 veces algo, porque era una cultura manuscrita. Pero como forma de multiplicación la imprenta es bastante transformadora, y los revolucionarios la usan”.

A propósito del hallazgo de esta copia original, el director de la Aduana, Guillermo Michel, dijo que “significa un acto de soberanía nacional, de cuidado de la memoria colectiva de nuestra nación -desde el presente y con arraigo en el pasado, de cara al futuro. La pieza es una fuente primaria para la investigación histórica”. Nanni aclaró que hay otras de esas 1.500 copias originales en Buenos Aires. “Las formas de comunicación eran mucho más precarias y ahí hacen las famosas versiones en dos idiomas, las parafrásticas, en castellano- guaraní, castellano-aymara y castellano-quichua. Hicieron más en quichua que en guaraní y aymara; eso también es significativo”.

Ocho allanamientos

El hallazgo de esta copia original ocurrió en ocho allanamientos por un operativo de la Dirección General de Aduanas, tras una investigación que comenzó gracias al intercambio de información internacional con el Ministerio de Cultura de Perú, que alertó sobre el robo de un libro manuscrito escrito entre 1772 y 1773. Esta obra estaba resguardada en la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco. La aduana detectó que el documento estaba a la venta en una librería virtual de Buenos Aires especializada en la comercialización de libros raros y antiguos. Con ese hallazgo la Aduana dio intervención a la Justicia en lo Penal Económico y realizó ocho allanamientos en distintos domicilios del AMBA.

Allí recuperaron libros, pinturas y hasta relojes Rolex de oro. Todos sin documentación respaldatoria. Entre los tesoros patrimoniales hallados encontraron la Declaración de la Independencia. También hallaron el libro que reclamaba Perú, el cual fue restituido. “Recuperamos una pieza fundamental de nuestro patrimonio nacional que tiene un gran valor histórico y simbólico”, remarcó Michel.

El acta perdida

Con respecto al acta original, desapareció poco tiempo después de la declaración. En 1916, cuando se preparaban los festejos del Centenario de la Independencia, el presidente Victorino de la Plaza ordenó la búsqueda del acta manuscrita original, sin suerte. Lo mismo hizo 50 años más tarde el presidente Arturo Illia, a quien le entregaron unos 3.000 archivos vinculados con el Congreso, que estaban en una institución salesiana. Tampoco estaba ahí.

¿Cómo se perdió el acta? Según explicó Nanni (ver: “El acta de la Independencia se perdió, ¿para siempre?”, nota de Alejandra Casas Cau, 09/97), “la versión más probable es la posible pérdida entre agosto y septiembre de esta y otra documentación cuando se enviaron a Buenos Aires una serie de pliegos. Un oficial que se llamaba Cayetano Grimau fue asaltado en Córdoba, a mitad de camino entre Tucumán y Buenos Aires. La otra conjetura es que con el traslado del Congreso que implicaba mover la escribanía de madera, los escritos, los documentos y mover a los diputados de hecho. En toda esa logística enorme se han extraviado documentos y es posible que ahí también se hayan extraviado la declaración”. La directora de la Casa Histórica, Cecilia Guerra, agregó que “puede haber sido vendida un anticuario que la tiene en su poder resguardándola bajo una colección privada. Otra de las teorías es que efectivamente el acta si llega al Congreso en Buenos Aires junto a la Constitución de 1819 y otros documentos quedando guardados en lo que hoy es el Archivo Histórico Nacional que sufre un incendio y probablemente parte de esa documentación se haya perdido en ese incendio”.

Traslado a Buenos Aires

Con respecto al Congreso, se trasladó a Buenos Aires en enero de 1817. “Por un lado, era incómodo que Buenos Aires, que era el centro de la revolución, no sea el centro del Congreso, y eso tiene que ver con que Buenos Aires estaba muy cuestionado. Pero Pueyrredón se va a Buenos Aires porque había cosas de la guerra: el Imperio de Portugal estaba en Brasil, y avanzaba por Montevideo y asustaba el posible avance sobre el río de Plata. Había gente como Güemes, incluso San Martín, que no querían el traslado, que sigan en Tucumán, y hasta estaba la moción de que se trasladara a Córdoba”. Añadió Nanni. “Pero que un poder, el legislativo, esté separado geográficamente del Ejecutivo, era grave en términos de decisiones estratégicas y militares. Se puede decir, periodísticamente, que no le va bien el traslado a Buenos Aires. El Congreso sesiona en 1819, dicta una Constitución, pero después se disuelve”.

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