04 Junio 2023
Hace poco tiempo, el 15 de abril de este año, se cumplió un nuevo aniversario de los desgraciados hechos sucedidos en 1953. Ese día, mientras el entonces presidente Juan Perón pronunciaba un discurso ante una multitud congregada en la Plaza de Mayo, estallaron unas bombas colocadas por grupos antiperonistas que dejaron un saldo de varios muertos y numerosos heridos. Como represalia, en esa noche, grupos de manifestantes incendiaron las sedes del Jockey Club y del Partido Socialista, y provocaron daños en los locales del Partido Demócrata y la UCR.
Precisamente, el incendio del Jockey Club es al cual hace alusión el título de la novela de Beatriz Guido El incendio y las vísperas. Esta obra no es la única en la que la escritora aborda hechos relevantes de la historia política nacional, ya que la novela conformaría una “trilogía” junto a Fin de fiesta (1958) y Escándalos y soledades (1970).
La obra fue publicada en 1964, período en que los libros de Beatriz Guido eran muy demandados. La autora era una figura importante en el ambiente intelectual de la época pues, además de ser una conocida escritora, era la pareja del destacado director de cine Leopoldo Torre Nilsson, con quien colaboró en el guion de muchas de sus películas. Aunque con el correr del tiempo la notoriedad de la autora se fue desdibujando, algo de ese renombre vuelve a recuperarse últimamente, con actos conmemorativos del centenario de su nacimiento, la reedición de la novela aquí comentada, una exposición sobre ella y la proyección de películas en las que fue coguionista.
El “incendio” mencionado desde el inicio de esta nota es relatado hacia el final de la novela, mientras que las “vísperas” aluden a lo narrado con anterioridad, desde el 17 de octubre del año anterior, el “Día de la lealtad” del peronismo. Ese “incendio” es tan significativo como para aparecer en el título de la obra porque el Jockey Club era un lugar emblemático de la clase alta y la trama de la novela se desarrolla alrededor de una familia que pertenece a dicha clase. Esa familia es la Pradere, cuyo miembro principal, Alejandro, justamente es un habitué del Jockey Club.
Además de Alejandro, la familia Pradere está compuesta por su esposa Sofía y sus hijos Inés y José Luis. Ellos viven en una gran mansión en la zona de Recoleta, pero también poseen una importante estancia en la provincia de Buenos Aires llamada Bagatelle. Esa apreciada estancia es motivo de grave preocupación para Alejandro, ya que podría llegar a serle expropiada por el gobierno peronista si no acepta ser embajador en Uruguay. Ante esa extorsión, accede humillado a ocupar ese puesto en un gobierno al cual detesta (aclaramos que él ya había ocupado un importante cargo diplomático en la época anterior a Perón).
Aunque los miembros de la mencionada familia no están presentados como personas virtuosas sino que se los muestra como seres de dudosa moralidad, el blanco principal de la autora no son ellos sino el gobierno peronista de la época, el cual aparece como envolviendo a los personajes en un clima angustiante, opresivo. Ese clima llega a un punto máximo en dos de los hechos narrados, siendo uno de ellos el comentado incendio del Jockey Club, realizado por una turba exaltada que causa numerosos destrozos, siendo testigo de ello Alejandro Pradere, que observa con desesperación los sucesos.
El otro hecho de marcada violencia es el sufrido por Pablo Alcobendas, el único personaje relevante de la novela que no pertenece a los Pradere. Él es un idealista estudiante universitario, de ideas izquierdistas, fuertemente antiperonista. Pablo es detenido por la policía y sufre terribles vejaciones, ya que es llevado a una comisaría donde no solo es torturado, sino también violado e incluso termina siendo castrado. Por cierto, ese momento culminante es una escena que recuerda a El matadero, de Esteban Echeverría, cuando el joven unitario es sometido a crueles maltratos por los federales.
La literatura argentina puede abordarse de diferentes maneras, siendo una de ellas ver cómo ha dado cuenta de hechos relevantes de nuestra historia. El peronismo, movimiento político que ha despertado adhesiones y rechazos igualmente ardientes, ha sido objeto de muy diversas miradas por parte de nuestra literatura. Con una perspectiva antiperonista, la novela de Beatriz Guido es uno de sus ejemplos más destacados.
© LA GACETA
Carlos Cámpora - Licenciado en Letras (UBA). Magíster en Sociología de la Cultura (UNSAM).
Lo más popular
