Cámara Tucumana de la Construcción: 60 años contribuyendo al avance y la transformación de la provincia

Cámara Tucumana de la Construcción: 60 años contribuyendo al avance y la transformación de la provincia

Fundada en 1963 por empresarios tucumanos, la Cámara buscó durante décadas reivindicar la labor de la construcción y defender los derechos e intereses de sus trabajadores.

Cámara Tucumana de la Construcción: 60 años contribuyendo al avance y la transformación de la provincia
25 Mayo 2023

A 60 años de su fundación, la Cámara Tucumana de la Construcción(CTC) se enorgullece en celebrar un nuevo aniversario. Tras su sexta década velando por los intereses, los derechos y el desarrollo de los empresarios de la construcción, la Cámara continúa con su arduo trabajo para tratar las inquietudes y gestiones de cada uno de sus socios.

En 1963 un grupo de empresarios tucumanos de la construcción inició la búsqueda por el equilibrio en las relaciones entre el estado provincial y las empresas contratistas. Esa activa búsqueda llevó a los ingenieros Bartolomé del Pero, Carlos Bartaburu, Enrique Rodríguez Drago, Pedro César Omodeo y Miguel Sollazi a formar una agrupación orientada a proponer soluciones y disposiciones vinculadas al aspecto contractual, de relaciones públicas y disposiciones generales sobre la materia.

Al comparar el Acta Constitutiva de la antigua Cámara de Contratistas de Obras del Estado con un acta reciente de la actual Cámara Tucumana de la Construcción, es posible reconocer una coherencia en las temáticas abordadas como reclamos por pago de Certificados de Obras, liquidación de intereses, actualización de precios y reinicio de las actividades paralizadas.

Los antecedentes de la Cámara de Construcción

Los antecedentes en la búsqueda del ordenamiento del nexo estado-contratistas se remontan al período que transcurrió entre 1950 y 1960, cuando se organizó en Tucumán la Sociedad de Contratistas del Estado. “En realidad nació por una serie de necesidades y la búsqueda de un interlocutor válido”, explicó el recordado expresidente de la CTC, ingeniero Pedro Omodeo, para el Aniversario de Oro del órgano que regía.

En tanto las empresas presentaban graves dificultades por la falta de reconocimiento expreso de las facultades y derechos que existían, los responsables de las compañías se vieron en la necesidad de superar las circunstancias construyendo una figura que fuera capaz de reivindicar el lugar que ocupaban en el desarrollo de la ciudad y la provincia.

El inicio de la Cámara como hoy lo conocemos En 1963, finalmente la Sociedad se organizó como Cámara de Contratistas de obras del Estado, momento en que llegó a consolidar su personería jurídica. En su Acta Constitutiva, la nueva organización dejó sentados sus objetivos, siendo estos “nuclear a las empresas constructoras radicadas en la provincia de Tucumán o con representación en la misma” y “propender al desarrollo armónico de la industria de la Construcción, promoviendo una mejora continua en las reglamentaciones (...) que inciden en este sector”.

Con un marcado horizonte, la CTC también dispuso como uno de sus nortes la representación “administrativa y judicial, tanto a la Cámara como a sus asociados, en defensa de los intereses de ambos” y “asumir una actitud proactiva en defensa del Medio Ambiente”.

Hacia el año 1970 la cámara se afilió a la Federación Económica de Tucumán y, tras un periodo de abundantes resultados, se dispuso poner en vigencia un nuevo y modernizado estatuto, manteniendo aún sus principios originales. Entonces, el organismo pasó a denominarse Cámara de Constructores de Obras Públicas de Tucumán.

El nombre de Cámara Tucumana de la Construcción fue tomado en mayo de 1994 de la mano de un cambio de estatuto y de una cámara dispuesta y comprometida a nuclear a los empresarios tucumanos y radicados en Tucumán y a luchar incansablemente por el desarrollo armónico de la industria de la construcción.

Las luchas de la Cámara de Construcción

Entre los principales logros que hoy mencionan los referentes de la Cámara de Construcción, se encuentra, indudablemente, la modificación de la Ley de Obra Pública. Se produjeron importantes avances en el área, como ser la creación de un Registro de Contratistas de la Provincia que nació en la necesidad de contar con un organismo que integrara a los representantes de los constructores en un mismo lugar.

Los socios de la CTC orientaron sus acciones a racionalizar la industria para aumentar la productividad y a establecer relaciones armónicas entre el capital y el trabajo mejorando a su vez las condiciones de seguridad e higiene en la labor del área. En cuanto a aspectos legales, se apuntó al perfeccionamiento para vincular a contratistas con instituciones de obras públicas y comitentes particulares.

La implicancia de los empresarios de la Construcción en la sociedad

La CTC brega continuamente por el aggiornamiento, no solo de sus socios, sino también de sus modalidades de trabajo y estrategias.

En pos de seguir inserta en la realidad de la provincia, la Cámara ha acompañado la modernización que exige el día a día. Ejemplo de ello fue la intensa actividad que sostuvo durante los últimos tres años.

Si bien a lo largo de 60 años la Cámara tucumana ha interactuado con los distintos gobiernos provinciales, desde la declaración de pandemia por la Organización Mundial de la Salud, ha realizado un sinfín de aportes. Lejos de detener su actividad debido al aislamiento social obligatorio dispuesto por las autoridades, el organismo de empresarios de la construcción puso como uno de sus pilares la planificación y comunicación de proyectos que fueron enviados a Buenos Aires para dialogar su ejecución.

Además, entre los grandes aportes de la CTC a la modernización, cabe destacar una de sus más recientes incorporaciones: la de la rama de la juventud. Con el afán de incorporar a las nuevas generaciones, la entidad se encuentra en proceso de formación de la Comisión de Jóvenes Empresarios de la Cámara de Construcción, repartición en la que se busca dar lugar a los empresarios que más recientemente ingresaron al rubro.

Expresidentes: el paso a paso de los abanderados de la Cámara Tucumana de la Construcción

Algunas de las figuras que pasaron por la Cámara recordaron pormenores de sus respectivas gestiones En un análisis contemporáneo a su presidencia en la Cámara hacia 1996, el agrimensor Oscar Blasco hacía ya una observación aplicable a nuestros días. Con plena conciencia de los cambios que exigiría la modernización, Blasco consideraba: “En tiempos como los que estamos viviendo en los que el cambio es lo único permanente, las personas (e) institucional, se ven obligadas a replantear su forma de interpretar la realidad económica y social y operar en los distintos ámbitos que le competen vivir”.

Durante su presidencia, la CTC lanzó su primera revista “como un nuevo paso hacia adelante en la historia de la institución”, indicaba el entonces mandatario. “Nuestra revista será una herramienta más que se sumará a las actividades de la cámara, un órgano generador de alternativas y propuestas constructivas, y servirá además a la difusión de nuevos materiales y tecnologías”.

En el estallido de la economía, las instituciones y la política Argentina, el ingeniero Oscar Mirkin fue el presidente que no abandonó. “En ese marco y luego de participar de distintos cargos, la Cámara Tucumana de la Construcción me honró con la designación de Presidente de la misma en el período 2001-2002”, recuerda Mirkin. En ese contexto, “era imperioso hacer algo que ayudara a sobrellevar esa crisis sin antecedentes en nuestro país”, comenta.

“Fue entonces que, en representación de la CTC concurrí a varias reuniones con el gobernador y su Gabinete a pedirles que nos otorgara fondos para poder iniciar obras para nuestras empresas asociadas”, detalla el presidente del periodo 2001-2002. La gestión, según informa el propio empresario, tuvo grandes resultados para la entidad dado que consiguió el otorgamiento de $ 50.000.000 para que las empresas de la CTC pudieran llevar adelante obras. De acuerdo a lo indicado por Mirkin, se ejecutaron 25 proyectos en total que sirvieron para paliar la grave situación que atravesaba el país.

Durante los períodos que transcurrieron entre el año 2007 y 2010, fue el contador Pedro César Omodeo hijo quien estuvo frente a la cartera de empresarios de la construcción. El expresidente del organismo recuerda a su padre, el ingeniero Pedro César Omodeo, integrante fundacional de la Cámara, cuya empresa participara de los inicios del ente. Señala Omodeo Hijo que la “motivación fundamental” de su padre “fue la coyuntura económica (...) con la total paralización de las obras públicas debido a un proceso inflacionario que destruía los valores de los contratos”.

Con pesar, el contador sostiene que “la recurrencia de las crisis en Argentina sigue vigente” y que “aquella acta fundacional mantiene vigentes sus enunciados”.

Su gestión, vale destacar, no fue ajena a esas vicisitudes. “La CTC sentó precedentes y propuestas, muchas veces comprendidas y adoptadas por el Gobierno”, cuenta Omodeo.

Uno de los más recientes presidentes de la CTC -2010 a 2013-, el ingeniero Manuel Alberto Álvarez, dio su “presente” entre las figuras convocadas e hizo su correspondiente balance. “Los empresarios nucleados en la CTC tenemos como problema principal la falta de continuidad en las obras públicas”, explica.

Durante su gestión entre los años 2010 y 2013, con la gobernación de José Alperovich, logró “luego de mucho insistir”, que los recibiera en audiencia. En el encuentro, el gobernador comunicó –narra Álvarez– “que vendrían muchas obras de vivienda y de núcleos habitacionales (...), nos sugirió que tomáramos estas últimas porque eran muy rentables”.

“Solo algunos de los presentes consideraron seriamente esta recomendación –relata el expresidente– y efectivamente tuvieron mucha rentabilidad”.

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