En Arcadia se urbanizan las orillas del ex ramal ferroviario

En Arcadia se urbanizan las orillas del ex ramal ferroviario

Era una vía olvidada que comenzó a lucir distinta; está siendo revestida de pavimento articulado y adoquines

En Arcadia se urbanizan las orillas del ex ramal ferroviario LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL

Las abandonadas orillas del ramal del ex ferrocarril Belgrano de Arcadia se han transformado en un prolongado barrio que llega hasta cerca de la margen norte del río Gastona. El rosario de viviendas, que se extiende a lo largo de unos tres kilómetros desde el microcentro del pueblo, se comunica por una antigua carretera de tierra. Esta era una vía olvidada que ahora comienza a lucir distinta. Está siendo revestida de pavimento articulado o adoquines. Además, en los costados se ejecutan veredas, canales de desagües e instala iluminación Led. Los vecinos celebran una obra esperada desde hace décadas.

“Nos alegra que después de tanto tiempo de vivir en la penumbra e inseguridad ahora nos hayan tenido en cuenta. Este trabajo revaloriza un sector del pueblo con muchas familias que nos merecemos vivir en un lugar digno”, apuntó Florencia Pinto.

Con esta urbanización los pobladores de Arcadia, se advierte, van a disponer de una nueva vía adecuada de comunicación con “La Perla de Sur” por el puente viejo del Gastona y la calle Sarmiento. Podrán evitar así la congestionada traza vieja de la 38. Las tareas que lleva adelante la comuna local benefician a unas 200 familias (es decir más de 1.000 personas) y se instrumenta a través de un programa del Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBaP) del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

Demanda una inversión de $ 340 millones. El proyecto contempla a tres barrios. Ahora avanza por el Palo Blanco, desde la ruta 328 que va a Finca Cornet, y se prevé más adelante abordar el San Roque y San José.

“Este plan de trabajo encara además una parte del lado oeste de las vías del ex ferrocarril, que también ha sido ocupada por familias que carecían de un lugar para levantar su vivienda. Lo hicieron aquí, viviendo en un principio y durante años en condiciones muy precarias. Ahora disponen de agua potable y tendrán una urbanización propia de una ciudad”, explicó el comisionado comunal Julio Maturana. Unos 1.800 metros de la traza vieja de la 38 también se ilumina. El trabajo se extiende desde el río Gastona hasta el barrio Hipotecario, en el sector conocido como Los Sifones.

Regularización dominial

Según el funcionario, el proyecto, en otra etapa, avanzará con trabajos sanitarios en los domicilios y en la gestión de la regularización dominial de cada uno que, en su mayoría, son de propiedad del ex Belgrano. El abandonado ramal ha quedado en el patio o en el fondo de los inmuebles del vecindario. Palo Blanco es ahora un barrio que se ha nutrido de numerosos comercios. También de casas de ventas de empanadas y otras comidas.

“En un principio todo estos terrenos eran montes. De a poco la gente comenzó a desmalezar y preparar el suelo y levantar sus casitas. Han pasado muchos años y ahora todo es distinto. Esta urbanización nos traerá más seguridad y tranquilidad. La oscuridad favorece a los delincuentes”, dijo José Sueldo.

La ocupación comenzó en la década de los 80 por la estación abandonada. En ese sitio se instaló un matrimonio con tres niños. La familia continúa ahí. Luego avanzó por orilla del ramal en dirección a Concepción. También se abrió otro brazo de ocupaciones en sentido a Río Seco, hacia el norte.

“Durante un tiempo nos llegaron intimaciones por parte del Belgrano para que abandonemos este lugar. Era cuando se decía que se iba a reflotar el ramal. Pero no teníamos dónde ir. Además ya habíamos levantado nuestra casa con mucho sacrificio. Uno siempre vivió con el miedo al desalojo. A quedar en la calle con los hijos”, contó un padre de familia que sólo se identificó como Raúl. Según el hombre las demandas dejaron hace tiempo de hacerles perder el sueño. No llegaron más cartas documentos. De todos modos, admitió que un poco de temor persiste.

“Será importante que el Estado avale la regularización y otorgue las escrituras para que las familias queden tranquilas”, concluyó Maturana.

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