Sismo en Turquía y Siria: Cien horas después aparecen más sobrevivientes

Sismo en Turquía y Siria: Cien horas después aparecen más sobrevivientes

Los rescatistas trabajan sin descanso y continúan apareciendo personas con vida. Argentina enviará ayuda humanitaria

TRASLADOS. Cuerpos rescatados de un edificio en Hatay, Turquía. TRASLADOS. Cuerpos rescatados de un edificio en Hatay, Turquía.
11 Febrero 2023

En la provincia de Hatay, del sureste de Turquía, una madre y su bebé de tan sólo 10 días de nacida, han sido rescatados por los bomberos después de llevar más de 90 horas atrapados entre los escombros de un edificio arrasado por los terremotos que sacudieron el país el lunes. Los equipos de búsqueda y rescate del municipio de Estambul sacaron al bebé de 10 días llamado Yagiz Ulas de los escombros de un edificio derrumbado el viernes por la noche.

Tras el rescate del bebé Yagiz, los equipos también sacaron a su madre a un lugar seguro y ambos fueron llevados a las ambulancias para realizarles un examen médico. Otro hombre fue rescatado de los escombros del mismo edificio.

El rescate de varios sobrevivientes de los escombros en Turquía levantó el ánimo de los cansados equipos de búsqueda el viernes, cuatro días después de que un gran terremoto azotara el país y la vecina Siria, matando a más de 21.000 personas.

El frío, el hambre y la desesperación se apoderaron de cientos de miles de personas que quedaron sin hogar en pleno invierno por el terremoto más mortífero de la región en décadas.

En las últimas horas se han producido más de 80 mil rescates de personas que llevaban horas sepultadas por los cascotes, según reportó el Ministerio del Interior Presidencia para el Manejo de Desastres y Emergencias de Turquía, mientras que los equipos especializados excavan en una búsqueda cada vez más desesperada, publicó Infobae.

El rescate de varios sobrevivientes de los escombros en Turquía levantó el ánimo de los cansados equipos de búsqueda el viernes, cuatro días después de que un gran terremoto azotara el país y la vecina Siria, matando a más de 21.000 personas.

El frío, el hambre y la desesperación se apoderaron de cientos de miles de personas que quedaron sin hogar en pleno invierno por el terremoto más mortífero de la región en décadas.

En las últimas horas se han producido más de 80 mil rescates de personas que llevaban horas sepultadas por los cascotes, según reportó el Ministerio del Interior Presidencia para el Manejo de Desastres y Emergencias de Turquía, mientras que los equipos especializados excavan en una búsqueda cada vez más desesperada.

Mientras los fallecidos superan los 20.000 (datos de primera hora del viernes) el frío, el hambre y la desesperación se extendieron sobre cientos de miles de personas que se quedaron sin hogar en pleno invierno. Muchos han acampado en refugios improvisados en aparcamientos de supermercados, mezquitas, bordes de carreteras o entre las ruinas, a menudo desesperados por conseguir comida, agua y calor.

Alrededor del 40% de los edificios de la ciudad turca de Kahramanmaras, epicentro del temblor, están dañados, según un informe preliminar de la Universidad turca de Bogazici, según la agencia Reuters.

Fogatas en las rutas

En una gasolinera cercana a la ciudad de Kemalpasa, la gente rebuscaba en cajas de cartón con ropa donada. En la ciudad portuaria de Alejandreta, periodistas de Reuters vieron a gente apiñada alrededor de fogatas en los costados de las rutas y en garajes y almacenes medio derruidos. Las únicas luces eran los focos que enfocaban las grúas que intentaban retirar losas de escombros. Según las autoridades, en Turquía se derrumbaron unos 6.500 edificios y muchos más sufrieron daños en la zona del terremoto, donde viven unos 13 millones de personas.

En Siria, ya devastada por casi 12 años de guerra civil, han muerto más de 3.000 personas, según el Gobierno y un servicio de rescate en el noroeste controlado por los rebeldes. En la devastada ciudad siria de Jandaris, Ibrahim Khalil Menkaween caminaba por las calles sembradas de escombros aferrado a una bolsa blanca para portar cadáveres. Dijo que había perdido a siete miembros de su familia, entre ellos su esposa y dos de sus hermanos. “Estoy sujetando esta bolsa para cuando saquen a mi hermano, al hijo pequeño de mi hermano y a las esposas de ambos, para que podamos meterlos en bolsas", dijo. "La situación es muy mala. Y no hay ayuda"

Según las autoridades turcas, unos 13,5 millones de personas se han visto afectadas en una zona que abarca unos 450 kilómetros desde Adana, en el oeste, hasta Diyarbakir, en el este. En Siria, hubo muertos hasta en Hama, a 250 kilómetros del epicentro. Los equipos de rescate buscaban supervivientes en un edificio derrumbado en la ciudad de Adiyaman, a oscuras y con temperaturas bajo cero, según mostraron las cadenas turcas. Los equipos pedían silencio con frecuencia, que se apagaran todos los vehículos y generadores y que los periodistas guardaran silencio mientras intentaban escuchar sonidos de algún superviviente bajo los bloques de hormigón.

Siria, desbordada

En Siria, los esfuerzos de ayuda se ven complicados por un conflicto que ha dividido el país y destrozado sus infraestructuras. Un convoy de ayuda de la ONU entró en Siria por el paso fronterizo de Bab Al Hawa, una vía vital para acceder a las zonas controladas por los rebeldes, donde unos 4 millones de personas, muchas de ellas desplazadas por la guerra, ya dependían de la ayuda humanitaria. El secretario general de la ONU, António Guterres, abogó por un mayor acceso de la ayuda humanitaria al noroeste de Siria y afirmó que estaría "muy contento" si las Naciones Unidas pudieran utilizar más de un paso fronterizo para entregar la ayuda. El Gobierno sirio considera una violación de su soberanía e integridad territorial la entrega de ayuda desde Turquía al noroeste, controlado por los rebeldes. La defensa civil siria ha declarado que al menos 2.030 personas han muerto en el noroeste del país, en manos de los rebeldes, y el Gobierno ha informado de 1.347 muertes.

El embajador de Siria ante las Naciones Unidas admitió que el Gobierno carecía de capacidad y equipamiento, culpando a más de una década de guerra civil y a las sanciones occidentales.

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