

Jánuka, conocida como la Fiesta de las Luces o Luminarias, es una festividad judía que conmemora la reedificación del Segundo Templo de Jerusalén y la rebelión de los macabeos, que comienza con las conquistas de Alejandro Magno el año 332 a. C. La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba solo para uno. Esto dio origen a la principal costumbre de la festividad, que es la de encender, de forma progresiva durante los ocho días de la celebración, en un candelabro de nueve brazos, llamado Janukiá. Con esta tradicional celebración y luego tres años de interrupción por la pandemia padecida, la Kehilá de Tucumán volvió a convocar a un emotivo acto que contó con la presencia de una nutrida y entusiasta concurrencia, presidida por tres integrantes de la Mesa de Diálogo interreligioso. Prof. Rosita Monti, en representación de la Iglesia Católica; Dr. Rogelio Guanco, de la Iglesia María Santísima Iglesia Apostólica ortodoxa; Miguel Berti, Ejército de Salvación, que luego de pronunciada la plegaria alusiva por el rabino Salomón Nussbaum, en el tercer día de la celebración, procedieron a encender las tres primeras velitas. Retornando a la ya tradicional “noche de coros” invitados a participar de tan importante celebración, contó con la actuación del Coro “Rincón de sueños” de PAMI Tucumán; Coro de la Sociedad Italiana; Coro de Adultos Mayores del Ente Cultural Tucumán; Coro de Niños del Ente Cultural de la Provincia y Coro del Colegio de Graduados de Ciencias Económicas. Las emotivas actuaciones de los coros se vieron premiadas por los cálidos aplausos del numeroso público presente. El broche de oro fue la unión de todos los coros que interpretaron “Va pensiero” (“El Coro de los Esclavos Judíos)” de la ópera “Nabucco”, de Giuseppe Verdi, dirigidos por el maestro Luis Allende. Que la coincidencia en las celebraciones del Jánuka hebreo (Milagro de las Luminarias) y la Navidad que simbolizan e irradian la luz, sea la que nos ilumine el camino de la unión y la hermandad de esta gran Patria Argentina. Para todos aquellos que surgieron desde abajo y con gran esfuerzo están en un lugar de privilegio, cabe una reflexión popular: “Tratá bien a las personas cuando vayas subiendo, que las podés encontrar cuando vayas bajando”. Es la manera más sencilla de conservar la humildad que engrandece al ser humano. Abrigo la gran esperanza con una bella palabra traducida en las tres religiones monoteístas y que sintetiza en ella la grandeza del mundo: “paz”, “shalom”, “salam” y feliz año nuevo 2023 para todos.
Federico Yurcovich
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