Se requiere atención ante los episodios cardíacos

Se requiere atención ante los episodios cardíacos

La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en la Argentina. Y la mitad de los casos ocurre de manera súbita.

04 Diciembre 2022

El deceso del futbolista de Atlético, Andrés Balanta, no sólo conmocionó al deporte en particular, sino también a la opinión pública en general. Las condiciones de joven, sano y vital que mostraba el colombiano acrecentaron la sorpresa y el dolor por lo sucedido, al tiempo que volvieron a instalar en la sociedad un término que no por conocido debe ser olvidado: la muerte súbita.

Aunque todavía se está a la espera del informe que indique cuál fue el motivo de lo sucedido con Balanta, los informes médicos y las primeras pericias del fiscal que investiga el caso, Ignacio López Bustos, confirmaron el resultado preliminar de la autopsia practicada al futbolista. Según lo señalado, el jugador habría muerto por un episodio cardíaco; se confirmará una vez que finalicen los estudios de anatomía patológica. Miles de mensajes en apoyo a los familiares, cuerpo técnico, compañeros y amigos inundaron las redes sociales. Las preguntas y los lamentos se multiplicaron. Subyace entre tanto dolor un tema  realmente importante y que no debemos obviar. Según detalló a LA GACETA Mario Fitz Maurice, médico cardiólogo y jefe del Servicio de Arritmia del Hospital Rivadavia de Buenos Aires, la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en la Argentina y en el mundo occidental. El profesional también indicó que morir por episodios relacionados al corazón es muy frecuente y de esas muertes, la mitad ocurre de manera súbita. Es decir, le sucede a gente que aparentemente está sana y que efectúa actividades habituales en su día a día.

Los informes médicos sostienen que las muertes relacionadas a lo cardiovascular, en los menores de 35, se deben a patologías congénitas que no fueron diagnosticadas. Y en los mayores de 35 se debe fundamentalmente a lo que se conoce como cardiopatía isquémica, es decir un infarto. Aquí aparece un aspecto que resulta fundamental: para tratar de evitar o contrarrestar de la mejor manera este tipo de episodios, es obligatorio que se cuente con desfibriladores y con gente capacitada para hacer la reanimación cardiopulmonar. Y que no sólo se los encuentre en sitios donde se practican deportes, sino también donde se efectúan actividades laborales, de ocio o de estudios. También es importante tener presente que toda persona sana de más de 30 años debe realizarse un control cardiovascular por año, más si se tienen antecedentes familiares de hipertensión arterial, síncope o enfermedades cardiovasculares.

Tristes hechos como el de Balanta necesitan ser tomados en particular con el rigor necesario, no sólo en las entidades donde se practican deportes, sino también por los propios deportistas. En general, el tema de los controles de salud sigue siendo tan delicado como necesario. Se sabe que en la mayoría de los casos se realizan controles psicofísicos, pero no de complejidad. Y otro tema es la frecuencia con la que se hacen esos estudios.

La prevención en este tema suele ser uno de los puntos débiles en Tucumán. Por lo general, siempre que sucede un episodio trágico se toma conciencia. Pero pasado un tiempo, la cuestión queda en un segundo plano. Un tema como el de la muerte súbita nunca debe ser tomado con ligereza ni falta de rigor. La prevención es fundamental.

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