Una aviadora de corta carrera pero que dejó su estela

Una aviadora de corta carrera pero que dejó su estela

Carola Lorenzini pasó por Tucumán en 1940 recorriendo las provincias argentinas. Muere en 1941.

POPULARIDAD. Carola tras dejar su nave es rodeada por el público tucumano que la esperaba con ansias para saludarla.   POPULARIDAD. Carola tras dejar su nave es rodeada por el público tucumano que la esperaba con ansias para saludarla.

A lo largo de la historia el vuelo atrajo a los seres humanos. Descubrir como lo hacían las aves desveló a muchos durante siglos. Hacia principios del siglo XX los hermanos Wilbur y Orville Wright hicieron volar por 12 segundos un avión de 35 kilogramos de tal forma que por primera vez algo más pesado que el aire logró sustentarse por sí mismo. A partir de allí comenzó la historia del vuelo humano. Lograr récords de altura, velocidad, distancia, fueron el motor que impulsó a la aviación. La Primera Guerra generó un salto increíble en las aeronaves. Esto también tuvo su repercusión en Tucumán donde el primer avión se vió allá por 1911. El Aero Club local nació en 1919 y fue desde allí donde la aviación tucumana se desarrolló. Hubo visitas históricas de aviadores y aviadoras, de flotas y raides de gran importancia. Hacia fines de agosto de 1931 había muerto Mirian Steford al caer su avión en San Juan. Y los primeros de septiembre nuestro aeródromo recibía un pequeño avión monoplaza Fairman pilotado por un aviador cuyo nombre traía recuerdo del pasado: Justo José de Urquiza. Como vemos nuestra provincia era paso obligado en los raides por las provincias. Pero en esta oportunidad vamos saltar una década hasta el mes de noviembre de 1941. Es el día 23 cuando Carola Lorenzini se encontraba haciendo acrobacias con su avión en honor a aviadores uruguayos que regresaban a su país cuando la nave, un Fokke Wulf de fabricación nacional, se precipitó a tierra desde 200 metros causando la muerte de la piloto. El avión venía haciendo una picada en vuelo invertido del que no pudo ser sacado por la aviadora y terminó estrellándose tras ello se produjo una explosión y el incendio de avión.

En Tucumán

Pero recordemos que Lorenzini llegó a Tucumán en abril de 1940 cuando venía recorriendo las provincias argentinas. El tramo de Salta hasta aquí lo realizó en una hora y 45 minutos. La piloto le relató a nuestro cronista que “hago un viaje excelente, sin novedades, sin tropiezos, sin inconvenientes dignos de ser mencionados puesto que al haber perdido cuatro días en Saenz Peña (Chaco) debido al mal tiempo, no puede ser citado como un inconveniente de gravedad”. También hizo una enumeración sobre su viaje al resaltar que había salido de Morón el 24 de marzo ese mismo día estuvo en Rosario. El 25 llegó a Santa Fe. El 26 en Paraná e hizo noche en Monte Caseros. De allí se trasladó a Posadas en Misiones. Llegó a Corrientes el 29 y a Formosa el 30. Bordeando el Paraná llegó a Resistencia. Y después llegó a Saenz Peña donde tuvo que quedarse varios días. El raid se extendió varios días más para terminar en Morón a mediados de abril. En cuanto al motivo del recorrido la mujer señaló que “la finalidad es exhibir estas máquinas de escuela que se construyen totalmente a la Fábrica de Aviones de Córdoba. El ministerio de Guerra ha tenido la gentileza de confiar en mi persona la misión de probar una de estas máquinas a través de un raid por todas las provincias argentinas y los territorios”. La nave que la llegó por todo el país era Fokke Wulf tipo 44 accionado por un motor de 140 caballos, con una velocidad de crucero de 140 kilómetros por hora y una máxima de 180. Fue convertido en monoplaza especialmente para este viaje ya que originalmente eran biplaza ya que se los usaba de avión escuela por lo que tenía doble comando. En la larga entrevista que dio a nuestro colega no podía faltar la pregunta sobre se había tenido algún percance o accidente de consideración a lo que respondió que “llevó siete años volando y nunca he sufrido accidente serios” aunque en este sentido recordó que “el más grave fue el que sufrí el año pasado al realizarse la carrera a Asunción del Paraguay, estuve perdida por un aterrizaje forzoso debido a que me quedé sin nafta. Eso es lo más serio que recuerdo”.

Aviadora querida

Carola no fue la primera mujer piloto de la Argentina, pero sí una de las más queridas y recordadas. Dueña de un tesón y una perseverancia notables, quedó en la memoria colectiva por muchísimo tiempo. En abril de 1940 estuvo en Tucumán, y al año siguiente se mató haciendo acrobacias extremas.

Nació en 1899 en San Vicente, Buenos Aires. Practicó varios deportes y en 1925 fue campeona de atletismo. Pero su sueño era volar, ser piloto. Y tal deseo, siendo mujer, en las primeras décadas del siglo pasado, era algo complicado. Trabajó, reunió dinero y luego de un pesado trámite, en 1931 comenzó a tomar clases de vuelo en un Fleet 51. Puso mucho coraje y decisión, y el 4 de noviembre de 1933 el Aero Club Argentino le otorgó el carnet de Piloto Aviador Civil.

ABRIL DE 1940. La aviadora acaba de aterrizar en el aeródromo Benjamín Matienzo y se baja de su avión Fokke Wulf. ABRIL DE 1940. La aviadora acaba de aterrizar en el aeródromo Benjamín Matienzo y se baja de su avión Fokke Wulf.

Fue la primera mujer instructora de vuelo en América del Sur; en 1935 batió el récord de altura y meses más tarde atravesó el Río de la Plata en solitario.

Pero su pasión eran las piruetas. Su maestro, Santiago Germanó, la transformó en toda una experta. Desde 1938 planeó un raid por todo el país para unir las 14 provincias de entonces. Algo que concretaría en 1940 y que le valió ocupar nada menos que la tapa de la famosa revista “El Gráfico”. Impensado para una mujer.

Llega a Tucumán

El paseo por territorio nacional la trajo a nuestro “Benjamín Matienzo” el 8 de abril de 1940. La crónica de LA GACETA del día siguiente fue muy generosa: una página casi completa, con título a ocho columnas, bien ilustrada.

Fue recibida por el presidente del Aero Club local, don José C. Posse, además de los dirigentes Emilio Block, Bernardo Racedo Aragón, Carlos B. Uriburu, Luis Mendoza Padilla, los pilotos Carlos Agüero, Pedro Cipitelli, Alfredo Turbay y el presidente de la Caja Popular, Miguel Frías, entre otras personalidades.

Acrobacias

A las 17.33 Carola Lorenzini aterrizó su Focke Wulf, de la Fábrica de Aviones de Córdoba y el numeroso público entró en delirio. Nuestro hábil cronista le arrancó jugosas anécdotas. Luego pidió permiso para una sesión de acrobacia. Despegó y se dedicó a hacer trepadas, toneaux impecables, looping the loop y su famoso looping invertido (el avión al revés y casi a ras del suelo). Para el público fue una media hora de asombro. No podían creer que alguien pueda hacer tantas arriesgadas piruetas con un avión.

La delegación se alojó en el Hotel España y al otro día fueron agasajados en la Confitería Aconquija. Partieron a las 16.20 rumbo a Santiago del Estero.

La tapa de LA GACETA del 24 de noviembre de 1941, decía “Se mató Carola Lorenzini”. Fue en Morón, haciendo exhibiciones.

Desde que se graduó de piloto, hasta su deceso, habían transcurrido sólo ocho años. Para ella la aviación no fue un pasatiempo sino una conquista en un terreno netamente habitado por hombres.

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