03 Octubre 2022
Desde hace un tiempo se ha instalado la denominación gordofobia para señalar las situaciones de discriminación y estigmatización de la que suelen ser víctimas las personas que padecen obesidad.
No obstante, emplear esta palabra también puede contribuir a perpetuar una mirada equivocada y alejada de la realidad: que la obesidad es una enfermedad inflamatoria crónica, multicausal y capaz de tratarse con resultados exitosos.
“El propio término autodiscrimina a quien padece obesidad, lo aísla y hasta incluso le genera cierta barrera para poder tratarse, haciéndole creer que es una persona rechazada y no una persona enferma”, subraya la licenciada en Nutrición Solana Nacul.
Al respecto, la profesional enfatiza que la gente no decide ser obesa, sino que sus cuerpos producen con mayor facilidad una ganancia de grasa que en individuos que carecen de tal condición.
“Es como hablar de una diabetesfobia o una asmafobia… son patologías y tanto las políticas sanitarias, como laborales y sociales tienen que acompañar para que quienes las padecen puedan acceder a un tratamiento efectivo”, prosigue.
En ese sentido, Nacul hace hincapié en que la legislación argentina actual sobre este tema. “Dentro del ámbito social debe entenderse que la patología cuenta con una resolución posible desde distintas áreas: nutrición, clínica, quirúrgica, endocrinológica, psicoemocional y de acondicionamiento físico; partiendo del cambio del estilo de vida como eje para mejorar la condición de salud, o bien acceder a la cirugía bariátrica como el método resolutivo más efectivo”, argumenta.
Un falso físico perfecto
La nutricionista reconoce que el estigma y la discriminación perduran en muchísimos ámbitos cotidianos (que van desde lo más íntimo a lo general).
“Las bromas al gordo de la familia o la escuela hacen que ese sujeto no pueda introducirse a ese análisis de la patología y la solución. La discriminación se tiene que terminar”, lamenta.
En paralelo, las publicaciones de cuerpos casi perfectos que muestran las redes sociales y los medios de comunicación juegan aún hoy bastante en contra.
“Alguien con la ilusión de lograr esa imagen perfecta, va a acceder a cualquier cosa y a cualquier costo en su salud.
“Incluso quienes no padecen obesidad creen que tienen que llegar a esos estereotipos propuestos, dejando de lado todos los pilares que los hacen alcanzar un estado de bienestar óptimo”, acota la especialista.
Al aparecer las “soluciones mágicas” o recetas genéricas de éxito para tonificarnos o descender de peso la señal de alarma resuena con mayor potencia.
“Las personas que padecen obesidad deben entender que, a través de la eliminación de grasa por una lipotransferencia o una dermolipectomía; o por tratamiento con inyecciones, la patología no se trata, si no existe una verdadera modificación de hábitos”, subraya.
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