Por un día, Tucumán respiró libre de motores

Como parte de las actividades para conmemorar el Día Mundial sin Automóvil, la asociación Meta Bici Tucumán propuso reducir el tránsito vehicular en el parque 9 de Julio. Una experiencia meritoria para sacar a relucir la bicicleta y preservar nuestra salud y la naturaleza

Por un día, Tucumán respiró libre de motores LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA

Hay algunas utopías que, por nuestro bien, deberían hacerse realidad. ¿Te imaginás vivir en una ciudad sin autos, con el triple de zonas verdes en lugar de estacionamientos y sin bocinazos en las horas pico? La logística requerida para moldear una realidad así excede las capacidades de esta nota, pero este domingo la fantasía fue cumplida (a medias) durante un par de horas.

La semana pasada se celebró el Día Mundial sin Automóvil y, para sumarse a la movida masiva y global la asociación civil Meta Bici Tucumán decidió realizar un evento especial. Desde la mañana y hasta la tarde, el tránsito vehicular de la avenida Capitán Cáceres (uno de los pulmones internos del parque 9 de Julio) quedó cortado para ofrecer una jornada “libre de motores” e ideal para los pedalistas.

“A través de la iniciativa, nuestro propósito es resaltar la necesidad de construir una provincia más amigable con los ciclistas. El tránsito en Tucumán resulta hostil para cualquier usuario y hay quienes perdimos protagonismo en los espacios públicos por este motivo”, comenta Matías Galindo, integrante del grupo. En honor a la efeméride, los visitantes pudieron alquilar bicicletas y pasear con ellas en las inmediaciones del punto de encuentro.

Luego de ceder sus DNI por una hora, Félix Faedda y Fernanda González se sumaron a la experiencia. “A ambos nos encanta el contacto con la naturaleza. Sin embargo, hace muchísimo que no agarramos una bicicleta. Lo único que esperamos es no haber olvidado cómo manejarla”, bromean.

En su registro de puntos “a favor de la preservación ambiental” ambos afirman que suelen cargar con una bolsa plástica o guardan sus residuos en la mochila para evitar esparcir basura en áreas comunes. También, utilizan el colectivo o van a pie a sus respectivos trabajos.

“Esta clase de intervenciones me parecen geniales porque fomentan la actividad física y rompen con algunos paradigmas. Resulta preocupante cómo los humanos cada día nos volvemos más dependientes de los artefactos que facilitan nuestras tareas. Sea el auto o los electrodomésticos, o con las redes sociales e internet... Al final, sin darnos cuenta, nosotros mismos nos perjudicamos”, reflexiona el ingeniero en sistemas.

Pensada para los interesados en saldar viejas deudas, la convocatoria contó también con una bici-escuela. Allí los instructores brindaron recomendaciones para manejar desde cero a dos ruedas y mejorar la movilidad dentro de la urbe.

Algo de arte

La movilización hubiera quedado incompleta sin la presencia de alguna pieza artística. En esta ocasión, el artista Alejandro Nicolau pintó junto a otros colaboradores espontáneos una bandera con la leyenda “en bici ya hubieras llegado”.

Mientras la obra adquiría forma, la curiosidad le ganó la partida a Josefina Figueroa. La profesora de educación física acude cada fin de semana al parque para entrenar y tomar algo de sol.

“No recuerdo un solo momento en que las calles próximas al parque estuvieran tranquilas; para ser sincera, creo que hasta existe una mayor cantidad de autos estacionados que de árboles. Me tocó vivir por ocho años en el extranjero y la mentalidad que se tiene en algunos territorios de Europa y Asia es muy distinta”, relata.

Para la profesional, el mayor pecado (vial y cultural) que cometemos los tucumanos pasa por considerarnos el ombligo del mundo. “Nuestro individualismo hace que nos importe poco la protección de la naturaleza y los recursos compartidos. En cambio, en países como Japón, donde la sociedad carga con una mirada colectivista y la sobrepoblación posee restricciones en algunos hábitos, la cuestión del transporte (de calidad, menos nocivo y segmentado) se encuentra completamente aceitada”, agrega.

Desafíos

Aunque la provincia cuenta con varias ciclovías (las hay en Capital, Yerba Buena, Tafí Viejo y algunas localidades del interior) los avances todavía saben a poco.

“Hasta ahora, las políticas implementadas por los municipios fueron aisladas y, en general, no tuvieron en cuenta a los usuarios. Las ciclovías fueron pensadas como sectores de esparcimiento para los ciclistas o entornos agradables para los niños y las familias. No obstante, las obras no fomentan la movilidad sostenible ni resuelven los conflictos reales de los ciudadanos que andamos en bici”, contrasta Galindo.

Al margen, los miembros de Meta Bici Tucumán rescatan la puesta en marcha a futuro de dos proyectos ventajosos. “La Municipalidad de San Miguel de Tucumán se comprometió a instalar bicicletarios en las semipeatonales de las calles San Martín, Laprida y 25 de Mayo. Por otro lado, existe la propuesta de construir una ciclovía que vaya hacia El Cadillal”, detalla el comunicador.

La idea cuenta con el apoyo y la gestión del Ministerio de Gobierno de Tucumán, Vialidad Nacional y Vialidad Provincial. “Hemos mantenido reuniones periódicas con esas entidades y esperamos que pronto se inicie la investigación para el proyecto ejecutivo”, detalla.

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