La guerra de las corrientes

La guerra de las corrientes

Por Claudio H. Sánchez para LA GACETA.

25 Septiembre 2022

En 1973, en las afueras de Sidney, Australia, los hermanos Malcolm y Angus Young discutían sobre el nombre que llevaría su nueva banda de rock. En algún momento vieron en las letras AC/DC en la máquina de coser eléctrica de su hermana Margaret. Y les gustó. Les parecía que aludía a la idea de energía y al tipo de música que ellos quieran hacer. Ese es el origen de la banda AC/DC.

Lo que ellos habían visto era la indicación de que la máquina se enchufaba a la AC (corriente alterna) de la red eléctrica e internamente se convertía a la DC (corriente directa o continua, como le decimos nosotros) que hacía funcionar el motor de la máquina de coser. Estas dos formas de conducción de la energía eléctrica protagonizaron a fines del siglo XIX, un episodio conocido como “la guerra de las corrientes”.

En un circuito de corriente continua las cargas eléctricas circulan de un punto a otro dentro del cable como el agua dentro de una cañería. Es una tecnología muy simple pero con algunas limitaciones. Por ejemplo, no permite transmitir la energía a grandes distancias. Los cables se calientan, lo que representa una pérdida de energía, o se deben usar cables muy gruesos, que son muy costosos.

Cuando Thomas Edison comenzó a proveer servicio eléctrico a las ciudades, alrededor de 1880, usaba corriente continua. Y tenía que poner una central de generación cada pocas manzanas porque no podía llevar la energía eléctrica de manera eficiente más allá de un kilómetro aproximadamente.

Mientras tanto, el ingeniero de origen serbio Nikola Tesla se encontraba trabajando en otra forma de electricidad: la corriente alterna, desarrollada por primera vez en Francia en la década de 1830. En un circuito de corriente alterna las cargas eléctricas no circulan realmente de un lado a otro sino que vibran hacia adelante y hacia atrás dentro del cable. Esta vibración produce una serie de efectos curiosos e interesantes entre los cuales estaba la clave para resolver el problema de la transmisión de la energía a grandes distancias.

Los circuitos de corriente alterna no son fáciles de entender. Su comportamiento se describe mediante ecuaciones complejas que requieren conocimientos matemáticos avanzados. Edison era autodidacta, no había ido a la escuela y no tenía esos conocimientos. Por otra parte, había invertido mucho tiempo y recursos en la tecnología de corriente continua. Pasarse a la corriente alterna le habría resultado muy costoso. Eso condujo a un enfrentamiento con Tesla y la compañía Westinghouse, que había adoptado la corriente alterna, en lo que se llamó la guerra de las corrientes.

A pesar de la oposición de Edison, la Westinghouse obtuvo el contrato para proveer de energía eléctrica a la Exposición Internacional de Chicago de 1893. Así, la corriente alterna de Tesla le ganó la guerra de las corrientes a la corriente continua de Edison.

En los últimos años Nikola Tesla pasó de ser casi un desconocido para el gran público a ser reconocido como el inventor más grande de todos los tiempos. Seguramente la verdad está en algún punto intermedio, pero es cierto que Tesla es responsable de avances significativos en campos como la radiofonía y los rayos X. Amigo del escritor Mark Twain, se cree que sirvió como modelo para el protagonista de Un yanqui en la corte del rey Arturo, novela de Twain en la que un ingeniero del siglo XIX es transportado mágicamente a la Inglaterra del siglo VI, donde aplica sus conocimientos técnicos para desarrollar industrialmente a la sociedad medieval. Como, de alguna manera, hizo Tesla con sus máquinas de corriente alterna, que hicieron posibles las modernas aplicaciones domésticas e industriales de la electricidad. Murió en Nueva York, en 1943.

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Claudio H. Sánchez - Docente y divulgador científico.

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