Juguetes desde Alf a los novedosos Funko; discos de vinilo desde los primeros tangueros famosos hasta los últimos long play’s de ABBA y The Beatles; revistas y libros de lo que busques (hasta el álbum de figuritas del mundial de fútbol 1986); y todo tipo de llaveros, pines y figuras impresas con tecnologías novedosas. Todo eso y más, en un solo lugar: la Feria de Coleccionistas de Tucumán.
Y todo a la venta. Celulares de colección, walkmans, antigüedades importadas, posters icónicos, antiguos frascos y botellas de reconocidas marcas... Harían falta varias horas para poder enumerar todo lo que se podía encontrar en este evento que unió ayer a los coleccionistas de nuestra provincia y a cientos de familias que se acercaron al Ingenio Cultural a “pispear” y a buscar objetos únicos.
Nicolás Fierro, por ejemplo, es coleccionista fanático de los Cazafantasmas. “Está bueno este tipo de eventos -dijo a LA GACETA-; yo, por ejemplo, todo lo que de chico no he podido tener, lo he conseguido acá. Siempre vengo a las ferias... El ambiente está bueno, es muy totalmente familiar”. Él llegó al predio con sus dos hijos, quienes volvieron a casa con algunos juguetes de colección.
Como él, muchos aprovecharon para pasar una tarde en familia, sumergidos en un mundo en el que el pasado y el presente se unen, lleno de recuerdos felices.
Una pasión que crece
La feria de ayer, que fue organizada por el Ministerio de Desarrollo Social, agrupó a coleccionistas de todos los rubros. “Uno puede coleccionar lo que sea”, explicó una de las visitantes. Y es así: hubo de todo y para todos los gustos. Decenas de adolescentes y jóvenes llegaron -algunos hasta disfrazados, haciendo cosplay- a buscar figuras de acción, cartas de colección e historietas; hubo quienes, con bolsa en mano, nadaron entre libros para volver a casa con lectura para los próximos meses; y también se acercaron los coleccionistas con la esperanza de encontrar ese disco o ese casete que todavía les falta.
Es que también se realizó, en el mismo predio, una nueva edición de la Feria de Vinilos de Tucumán. “Cada año la feria de coleccionistas es más grande -contó Carlos Ghazanian, que tenía un stand de música analógica-; hay cada vez más gente interesada, sobre todo en los discos de vinilo, porque tienen un mejor sonido”.
Él empezó a recolectar discos “con poca platita”; fue comprando los discos que más le gustaban, luego cambiaba los repetidos y seguía comprando, hasta que se dio cuenta de que era coleccionista. “Mi mayor colección es de todos los discos en vinilo de Charly Garcia, desde que empezó con Sui Generis, hasta el último que sacó con Roberto Petinatto el año pasado”.
Santiago Acosta en su stand tenía un poco de todo: un icónico celular (el primero en tener la opción de compra de música), juguetes (que son lo que más se venden, dijo), un visor de diapositivas y hasta packs postales de Soda Stereo. “Siempre me ha gustado coleccionar -contó-; hay cosas que las voy encontrando y otras que voy consiguiendo, como lotes, y las voy revendiendo”. Pero, sin duda, lo que más llamaba la atención, es una exclusiva armónica firmada por Luis Robinson, reconocido armonicista argentino.
Lo viejo y lo nuevo
Así, de poco, el interés por tener objetos “extraños” se vuelve una pasión. Una pasión, como dijimos, no conoce de tiempos; hay quienes buscan elementos exclusivos y novedosos. Jorge Herrera llevó a la feria varias figuras de acción, hechas con impresora 3D. Ironman, Batman, el Guasón... todas ellas están diseñadas con un gran nivel de detalle. “Cada una puede llevar 20 días de trabajo -comentó-. Se imprimen, se lijan, se ensamblan y hacemos algunas partes a mano”. Y eso no es todo; la tecnología también permite crear no sólo figuras nuevas, sino también reproducir personajes retro. “Podés replicar figuras del recuerdo, que hoy son imposibles de comprar, a un precio más accesible”, comentó.
También está la opción de conseguir objetos retro, pero renovados. Omar Escudero se dedica al reacondicionamiento de juguetes. Y lo hace a la perfección: llevó varias figuras renovadas, entre ellas, un He-Man, de la tradicional serie animada de 1983. “A este lo pinté y le hice algunos cambios: le achiqué los brazos y le hice más grandes las piernas”, contó mientras mostraba el juguete, que parecía nuevo. “Casi todos los juguetes se pueden arreglar”, advirtió ante la pregunta obvia. Es que para comprar objetos de colección hay que seguir una premisa, casi como un mandamiento: el artículo tiene que estar en buen estado. Ya sea un disco, un retrato, una videocasetera o un peluche de Topo Gigio, si alguien lo busca para colección, va a prestar atención a todos los detalles. Entonces, siempre se trata de eso: de ir a la feria, de sumergirse en recuerdos y en novedades, y de encontrar eso tan especial que buscabas. Una vez encontrado, la búsqueda no termina: un coleccionista siempre quiere más.









