Un regalo de Dios
04 Julio 2022

Benito Carlos Garzón

Abogado / constitucionalista

El hombre ensilló su caballo y partió rumbo a la Sierra. Quería ir solo porque el viaje no sería largo. A poco de dejar los sembrados y los aserraderos penetró en un angosto sendero que, según le aseguraron, podría llegar a una altura desde donde se podía divisar el llano cubierto de lujuriosas frondas verdes. Atravesó un arroyo de aguas límpidas y comenzó una trepada no muy pronunciada hasta donde le dijeron que había un divisadero. Se bajó del caballo y efectivamente el mar verde se perdía en el infinito. Se cansó de mirar a los cuatro costados y escuchar el canto de los chalchaleros que anticipaban la primavera. Cuando comenzó el descenso fue sorprendido por fragancias y flores silvestres. Una enredadera se atascó en el estribo y lo hizo detener brevemente. La enredadera estaba salpicada de flores amarillas que delicadamente desprendió para seguir su camino. Antes de llegar a los sembradíos se paró, volvió la mirada hacia la alfondra verde, su frescura, sus fragancias y sus trinos y dijo: “¡Esto es un regalo de Dios!” Ese hombre era Juan Bautista Alberdi que, por última vez, en la primavera de 1834, volvió a su tierra .

Protección de la Sierra

Este trabajo data de varios años atrás (publicado en la revista “Yerba Buena” (agosto/septiembre 2018). También fue presentado en el Concejo Deliberante de Yerba Buena (enviado a comisión y sin tratamiento). Actualmente nos estamos refiriendo a este tema en las publicaciones de LA GACETA y tenemos fe de que será atendido por las autoridades (la UNT y el Gobierno Provincial) atento a las consecuencias graves que pueden derivarse de mantenerse en el status actual de este balcón del Aconquija que es el amparo del Gran Tucumán.

Especialmente nos dirigimos a la autoridad de la UNT, que se encuentra en plena organización luego del recambio de autoridades. Especialmente invocamos uno de los 17 compromisos asumidos por el señor Rector y la señora Vice para su futura gestión. Expresamente nos referimos a los postulados 4° y 10°, pero especialmente el No. 9, que textualmente expresa “Recuperar los rasgos innovadores de la matriz fundacional de la UNT, comprometida con el desarrollo económico, social y cultural del NOA” (LA GACETA, 22/05). Hemos referido antes que es necesario un acuerdo entre la UNT y el Gobierno provincial, municipios y comunas, a fin de coordinar tareas, cooperación y decisiones guiados por un acuerdo marco de colaboración. Y con objetivos precisos a cada uno de los firmantes.

Especialmente entiendo que un elemento fundamental a tener en cuenta es el trabajo que hizo el Instituto de Planeamiento y Urbanismo de la Facultad de Arquitectura de la UNT, a través de un Programa del Banco Interamericano de Desarrollo denominado “DAMI” (Desarrollo de Áreas Metropolitanas del Interior del país), que nunca pudo ser editada. Tal vez sea el momento de su edición con algunas breves actualizacones y se constituiría en la obra clave para políticas de protección de la Sierra.

Otro tema a considerar dentro del plan de protección es la declaración de área protegida en algunas de las modalidades de la ley 22.351, la que define a las áreas protegidas como “Un espacio geográfico claramente definido, reconocido, dedicado y gestionado mediante medios legales u otros tipos de medios eficaces para conseguir la conservación a largo plazo de la naturaleza y de sus servicios ecosistémicos y sus valores culturales asociados” (Dudley N. 2008).

Obstáculos a tratar

La preservación de la Sierra cuenta con muchos obstáculos que se irán tratando en este plan, pero que anticipamos: el avance urbanístico sobre el pedemonte, la tala del bosque nativo, las usurpaciones, la explotación de áridos y otros factores que atentan en la necesaria preservación del ámbito señalado.

La UNT ya ha sufrido en carne propia con una usurpación de gran dimensión -hoy judicializada– que incrementa la necesidad cambiar de métodos y aunar esfuerzos con el Gobierno provincial para evitar que el delegado comunal de la comuna de San Javier se declare impotente para controlar los desbordes en su jurisdicción. En definitiva, proponemos un organismo interdisciplinario que tenga respaldo en la autoridad de la UNT (rector y Consejo Superior) y el Gobierno de la Provincia (Gobernador, Legislatura, municipios y comunas rurales) que, con el respaldo de decisiones de la UNT y el Gobierno provincial, suscriban un convenio de colaboración mutua para afrontar las medidas y acciones necesarias para evitar que se siga deteriorando el hábitat del Gran Tucumán.

Dijimos que corre peligro y hay que proteger ,y tomar decisiones antes de que sea demasiado tarde. El conocimiento de la Sierra, base de todo hacer posible, existe. Faltaría la voluntad política de los órganos de poder ya mencionados para que la Sierra de San Javier siga siendo el regalo de la naturaleza que nos protege y el hábitat del mayor poblamiento de Tucumán, como lo refirió el propio Juan Bautista Alberdi en el único viaje que hizo a su pago desde que se recibió de abogado en 1834. Para él, San Javier era un “Regalo de Dios”. Luchemos para que así sea.

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