Rescate contrarreloj entre las ruinas que dejó el terremoto en Afganistán

Rescate contrarreloj entre las ruinas que dejó el terremoto en Afganistán

En medio del dolor, las inundaciones causaron otros 400 muertos en distintas zonas

TRAGEDIA. Rescatistas y familiares buscan sobrevivientes entre los escombros, convertidos en tumbas. TRAGEDIA. Rescatistas y familiares buscan sobrevivientes entre los escombros, convertidos en tumbas. REUTERS
24 Junio 2022

KABUL, Afganistán.- Los socorristas enfrentan una batalla desigual contra el tiempo, la lluvia y la falta de recursos para rescatar a sobrevivientes del terremoto que dejó unos 1.000 muertos y 1.500 heridos, en una zona montañosa de Afganistán, fronteriza con Pakistán.

El sismo de magnitud 5,9 golpeó una zona cuya población lleva una vida precaria, afectada por la crisis humanitaria tras 20 años de guerra, y agravada desde agosto, tras la llegada al poder de los fanáticos religiosos del Talibán. Desde entonces, el país se ha quedado con unos pocos aviones y helicópteros, insuficientes para dar respuesta a las emergencias.

“La gente excava, y excava tumbas”, dijo el responsable de Información y Cultura de la provincia de Paktika, Mohammad Amin Huzaifa. “Las cifras aumentan. Hay gente atrapada entre los escombros”, añadió.

Para sumar dolor, horas después del terremoto, las inundaciones arrasaron en diferentes provincias afganas y causaron la muerte a unas 400 personas, informó el canal “Tolo News”.

“Los heridos fueron evacuados a los hospitales. Las personas cuyas residencias resultaron dañadas por las inundaciones fueron evacuadas y se les proporcionó tiendas de campaña”, explicó el viceministro de Gestión de Desastres Naturales de Afganistán, Mawlawi Sharfuddin Muslim.

El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, informó que están desplegando equipos de primeros auxilios, medicamentos y comida. “Por las lluvias y el clima inusualmente frío, el refugio de emergencia es prioridad”, dijo la Oficina de para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.

El conteo de víctimas escalaba rápidamente, a medida que los equipos de rescate iban llegando a las remotas y montañosas zonas golpeadas. El líder supremo de los talibanes, Hibatullah Akhundzada, advirtió que todavía podía subir más.

“Había gritos por todas partes. Los niños y mi familia estaban bajo el barro”, contó Arup Khan, de 22 años, que se recupera en un hospital de Paktika.

El director del hospital, Mohammad Yahya Wiar, explicó que es difícil tratar a las víctimas: “Esto es una crisis humanitaria. Es como un tsunami”.

La Organización Mundial de la Salud ha enviado 10 toneladas de suministros médicos, suficientes para 5.400 cirugías, y tratamientos médicos que cubren a 36.000 personas durante tres meses. La Agencia para los Refugiados también entregó tiendas de campaña, mantas, láminas de plástico y juegos de cocina, entre otros artículos, para 600 familias, pero hacen falta 1.000 tiendas más.

El Programa Mundial de Alimentos está mandando 18 camiones con suministros de emergencia, galletas de alto contenido energético y unidades de almacenamiento móviles, informó la ONU. (Reuters-Especial)

Comentarios