La pandemia debe quedar afuera de la grieta

La pandemia debe quedar afuera de la grieta

17 Junio 2022

En un país signado por las contradicciones, el manejo de la pandemia y las decisiones que se fueron tomando no pudieron quedar afuera de la polémica. Al punto que, más allá de las recomendaciones oficiales emanadas desde la Nación, las disposiciones provinciales son tan variadas como la geografía de este país. La última polémica se generó esta semana, a partir de la decisión de la Ciudad de Buenos Aires para que el uso de barbijos deje de ser obligatorio en lugares cerrados y en el transporte público.

El escenario de la pandemia en Argentina muestra que la cuarta ola es, por ahora, más una amenaza que una realidad. Los casos, aunque en aumento desde hace ya más de un mes, no se tradujeron en mayores internaciones o cuadros graves generalizados. En consecuencia, el sistema de salud tanto público como privado no está saturado. Los especialistas coinciden en que el alto porcentaje de población vacunada con al menos dos dosis incide positivamente en ese indicador. Hasta ahora, el 89,7% de las personas residentes en el país inició su esquema de vacunación, 81,6% lo completó y 40,7% aplicó su primera dosis de refuerzo, según los últimos datos consignados por el Ministerio de Salud. La aplicación del refuerzo –terceras y cuartas vacunas- es una herramienta clave para fortalecer la producción de anticuerpos en el contexto de la cuarta ola de casos, según los expertos.

En ese contexto, la disparidad de disposiciones en el país atenta contra cualquier mensaje de convergencia respecto de cómo se debe afrontar este tramo de la pandemia. ¿En qué provincias es obligatorio usar barbijo y en cuáles no? ¿En un estadio de Buenos Aires el público debe usar tapabocas y en una cancha de Tucumán? ¿Qué pasa dentro del transporte público de pasajeros? ¿Y en los establecimientos educativos? La realidad es que no hay una respuesta uniforme a cada pregunta.

Sucedió cuando a principios de año, algunas provincias resolvieron que ya no sería obligatorio el uso de barbijos entre los alumnos. En ese lote pionero aparecieron Tierra del Fuego, Mendoza y Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo. En paralelo, el Consejo Federal de Salud –que integran los ministros de salud de todo el país, reforzaron la necesidad de seguir utilizando el barbijo en los espacios interiores y mantener los ambientes ventilados.

Siguiendo esa línea, las autoridades tucumanas ratificaron la obligatoriedad del tapabocas en las escuelas y en los colegios.

Como contrapartida, es cada vez menos común ver a ciudadanos con las caras cubiertas en los negocios, en los bares o en los eventos deportivos, pese a que rige aún la obligatoriedad en Tucumán. Con la decisión de este jueves de Buenos Aires, el mareo generalizado puede ser mayor.

Quizás, con dos años a cuestas de aprendizaje en medio de la pandemia y en un contexto propicio, sea oportuno que todas las autoridades –provinciales y nacionales- dejen de lado las diferencias y unifiquen criterios para que cualquier ciudadano sepa cuáles son las reglas y tenga las mismas obligaciones.

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