Champions League: el Madrid nunca muere

Las veredas del Paseo de La Castellana comenzaban a poblarse de hinchas con camisetas blancas y gestos de decepción por lo que a esas alturas ya era una eliminación consumada: en tiempo cumplido, Manchester City mandaba en el global por dos goles y se encaminaba hacia una final 100% inglesa de Champions League ante Liverpool. Pero si hay un equipo al que jamás de los jamases hay que dar por muerto -y menos en la Champions- es a Real Madrid. El súbito estallido que despidió el estadio “Santiago Bernabéu” les reveló a esos hinchas que habían decidido irse antes para viajar más cómodos en el metro que habían tomado la peor decisión: no solo se habían perdido la ráfaga de Rodrygo que equilibró el marcador global, sino que tampoco podrían ver desde las gradas el alargue en el que el equipo de Carlo Ancelotti sepultó al “City” de “Pep” Guardiola con un penal articulado y ejecutado por el estelar Karim Benzema. Fue 3-1 (6-5).

Y es que no la tenía fácil el Madrid para la revancha, si bien el 3-4 que se había traído de Manchester resultaba bastante optimista porque el City había merecido mucho más y porque revertir un gol de diferencia en Madrid no sonaba a fantasía, como sí lo fue para Villarreal remontarle a Liverpool. Así y todo, los “Blancos” se las vieron negras para entrarle a los de “Pep”.

Pasaban los minutos, crecían los nervios y se agigantaba la figura de Thibaut Courtois, clave para sostener la esperanza. Hasta que apareció Riyah Mahrez al minuto 73 para definir junto al palo y dejar al Madrid a un golpe de nocaut. Parecía estar todo dicho, pero la Champions nos tiene acostumbrados a esos giros de trama repentinos y rayanos en lo inverosímil, a nivel de un blockbuster hollywoodense. Más cuando se trata de Real Madrid, 13 veces ganador de la “Orejona”. Llegando al minuto 90, apareció Rodrygo por el primer palo para anticipar un centro bajo de Benzema y sorprender a la defensa y al arquero Ederson. Y apenas un minuto después, el brasileño se ganó el rótulo de héroe de la noche conectando un cabezazo inatajable. Increíble, pero algo parecido ya había hecho el Madrid cuando eliminó a Chelsea en cuartos de final.

Con ese impulso anímico (y el mazazo para el City), terminó ocurriendo lo más lógico: el Madrid fue por todo y Benzema provocó un penal que él mismo definió, bien esquinado, afirmándose como el goleador del torneo (15) y quedando a uno de alcanzar a Raúl como segundo artillero histórico del club (lleva 232). La final con Liverpool será el 28 de mayo, en París. Ya con la Liga en el bolsillo, la “Casa Blanca” irá en busca de “Orejona” número 14.