Mate de Luna, entre las cuatro avenidas más peligrosas

Mate de Luna, entre las cuatro avenidas más peligrosas

El exceso de velocidad y las imprudencias hacen que sea una de las arterias con mayores riesgos de Tucumán. Especialistas en seguridad vial aconsejan poner radares y cámaras en los semáforos.

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El accidente que se cobró la vida de dos motociclistas en la zona de la avenida Mate de Luna al 2.600 despertó a los vecinos en medio de la madrugada de ayer. Estaban conmocionados. Aunque en el fondo, reconocieron que no es algo inexplicable: se han acostumbrado a escuchar cada fin de semana las frenadas bruscas, los gritos y el ruido de rodados circulando demasiado rápido.

Las imprudencias, el exceso de velocidad y los controles escasos conforman una mezcla explosiva que transforma la avenida Mate de Luna en una de las cuatro más peligrosas de la ciudad. Por sus carriles circulan unos 50.000 vehículos por día. Hay vecinos que ni siquiera se animan a cruzarla en determinadas horas. Para los expertos, es necesario usar la tecnología para frenar las infracciones. Por eso, proponen poner cámaras y radares.

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Un informe elaborado por el departamento de Estadísticas, de la Subsecretaría de Tránsito y Transporte de la Municipalidad capitalina, realizado en base a la cantidad de accidentes que se producen en la ciudad, ubica a la Mate de Luna en el cuarto puesto de las avenidas más peligrosas.

Según este estudio, los siniestros viales vienen bajando considerablemente desde 2018. Casi el 12% de los choques en avenidas ocurre en la Mate de Luna. En el primer puesto, se ubica la avenida Salta/Siria (17,3%), y le siguen la avenida Sarmiento/Belgrano (14,3%) y la Ejército del Norte/Colón (13,9%).

Con estos números en mano, el subdirector de Tránsito, Enrique Romero, asegura: “se trata de la única avenida que permite una velocidad máxima de hasta 70 km/h. Pero lamentablemente, si uno hace un seguimiento de los vehículos que circulan en la noche o madrugada, por lo general, la mayoría lo hace a más velocidad de lo permitido”. “Sí hacemos controles de alcoholemia todos los fines de semana, desde el viernes hasta el domingo a la madrugada. Generalmente, nos ubicamos en la zona del puente de la 24 de Septiembre y alrededores”, apuntó.

ACCIDENTE. El vehículo conducido por el golfista Armando Zarlenga chocó con una moto. ACCIDENTE. El vehículo conducido por el golfista Armando Zarlenga chocó con una moto.

Difícil para cruzar

Melina Imhoff, que vive a una cuadra del lugar donde perdieron la vida ayer Maximiliano Joaquín Saldaño (25 años) y Joaquín Frank (22), sostiene que desde que cerraron varios cruces de la avenida ahora es un poco menos peligroso que antes para circular en auto. “Salvo los fines de semana, y cuando apagan los semáforos. Como peatón, hay horarios imposibles para cruzarlas como la siesta y la noche. Así vivimos, lamentablemente”, señala la cantante.

“Para muchos conductores, cuando la luz del semáforo está en amarillo significa cruzar más rápido. Es un peligro. Deberían poner cámaras en los semáforos y multar a los que pasan en rojo”, propone.

Julián Martínez, quien llamó a la ambulancia apenas sintió el impacto del impacto entre la camioneta y la moto, sostuvo que el principal inconveniente se produce los fines de semana y por las noches, cuando la avenida se convierte prácticamente en una pista de carreras. El uso del celular al volante, los conductores alcoholizados y los que no respetan el semáforo son los principales problemas, dice. “Y estoy seguro que, además, se corren picadas de motos y de autos”, añade.

Ignacio Hael siente que ha mejorado la seguridad vial desde que hace unos años colocaron semáforos a lo largo de la avenida. “El caos se desata cuando dejan de funcionar o entran en estado intermitente a cierta hora”, remarca el actor y director teatral. También cuando no podan oportunamente los árboles y las ramas tapan los semáforos hasta que no se ven, añade.

Mate de Luna, entre las cuatro avenidas más peligrosas

Los mayores riesgos

El experto en seguridad vial Pedro Katz enumera cuáles son los mayores peligros en la Mate de Luna: “para empezar, se debería controlar que se cumpla la prohibición de estacionar en toda la arteria. Los conductores no respetan la distancia de seguridad entre los vehículos. A la altura del monumento al Bicentenario, hay serios problemas de visibilidad. Ya hubo accidentes por esta causa. Deberían revisar cómo solucionar este inconveniente. Por otro lado, una de las infracciones más comunes de los ciclistas, motociclistas y conductores de otros vehículos es violar la luz roja de los semáforos. Deberían colocar cámaras y hacer fotomultas de quienes cometen estas faltas. También recomendaría que no haya tanta mezcla de tránsito. Una opción sería que las motos y bicis circulen por calles laterales; así se disminuiría el riesgo”. Ni hablar del no uso de cascos.

Katz también habló del exceso de velocidad y del consumo de alcohol. “Debería haber un puesto fijo de control y a 100 metros una patrulla que detenga al infractor; así se evitaría que ocurran tragedias y no sería solo una medida recaudatoria”, opina.

Claudio Artaza Saade, de la Fundación Alerta en el Camino, sostiene que es necesario poner radares para medir la velocidad. “Cuando se cerraron los cruces en cada esquina de la avenida (dejaron unos pocos abiertos), se ganó mucha seguridad vial. No obstante, se trata de una arteria con un historial de importantes accidentes relacionados al exceso de velocidad. Hay que usar la tecnología para cambiar esto; mucho más ahora que va a empezar el scoring (sistema de carnet por puntos). Pienso que estas medidas, harán que los conductores se cuiden más”, sostiene.

Respecto de los radares, Romero se mostró a favor. Y contó que hace unos cuatro años consiguieron que la Agencia Nacional de Seguridad Vial les enviara un radar móvil para hacer controles en la ciudad. Sin embargo, como el aparato no funcionaba bien, lo tuvieron que mandar de nuevo a Buenos Aires y nunca más apareció.

“Tiene que haber más responsabilidad. Pido a los padres y a los amigos de aquellas personas que beben alcohol o se drogan que les escondan las llaves del vehículo. En esas condiciones, manejar un auto es como agarrar un arma para salir a matar a un inocente. A las familias de las víctimas les cambia la vida para siempre”, opinó Sara Carrazana, quien vive a pocas cuadras del lugar del accidente que ocurrió ayer. Ella perdió a su hijo, Marcos Diosquez, quien fue embestido por un automovilista cuando circulaba en bici por la avenida Mate de Luna al 3.500. Ocurrió hace cuatro años, un 1 de mayo. “Siento que con este choque estoy reviviendo todo. Nada ha cambiado. En la avenida ganan la velocidad y la imprudencia, y faltan los controles”, resume.

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