El Mercado del Sud se despedía de Tucumán

El Mercado del Sud se despedía de Tucumán

El predio hoy es ocupado por el Palacio de Tribunales. Cuatro décadas de historia.

HUMOR DE VILLÁ. Nuestro dibujante tomó el tema del cambio de orientación del palacio tribunalicio con ironía.  HUMOR DE VILLÁ. Nuestro dibujante tomó el tema del cambio de orientación del palacio tribunalicio con ironía.

“Treinta días, poco más o menos, y los numerosos obreros que se hallan dedicados en dicha tarea, bajo la dirección del constructor Juan Palazzollo, habrán dado término a la labor iniciada hace cerca de un mes. Y para esa fecha no quedará ni vestigios del antiguo local, cuya edificación comenzó en el año 1892, a cargo de la empresa constructora Caraccio Hermanos de la provincia de Córdoba, siendo intendente municipal Jacobo García”. Con estas palabras nuestro cronista informaba sobre la demolición del “Mercado del Sud” a mediados de marzo de 1937; y en ese mismo lugar se construyó el Palacio de Justicia, que aún pervive en la junto a la plaza Irigoyen. De acuerdo a la crónica la empresa Caraccio “no pudo dar cumplimiento a su compromiso debido a su precaria situación económica” en 1892. Esto hizo que el edificio recién fuera librado al uso público en 1897 cuando el intendente era Zenón Santillán.

ORIENTACIÓN. La Municipalidad pidió el cambio de la fachada. ORIENTACIÓN. La Municipalidad pidió el cambio de la fachada.

En cuanto a los trabajos de 1937 el relato continuaba: “tras destechar el edificio, los paredones y pilares que habían sido levantados sobre la calle General Paz, han sido ya demolidos e igual suerte dentro de breve tiempo los que dan sobre la otra arteria”. De esta manera se informaba sobre los últimos días de existencia del Marcado del Sud que durante 40 años brindó servicio a la población de esa parte de la ciudad.

Al mismo tiempo se anunciaba que en ese lugar se iba construir la sede para la justicia tucumana. De acuerdo a los pronósticos y una vez terminada las tareas de demolición “que ocurrirán posiblemente a fines de abril”, se procedería al llamado a licitación “por el término de treinta días para la construcción de las obras del Palacio de Tribunales”. La licitación fue supervisada por el director de Obras Públicas, Alfredo Bru y la obra se debía realizar “dentro de un plazo de 15 meses”. Cabe recordar que el edificio tribunalicio se inauguró en marzo de 1939.

El ganador del concurso de proyectos, que se llevó a cabo en 1936, arquitecto Francisco Squirru, prometió en marzo de 1937 traer los planos completos y terminados a mediados de abril para ponerlos en el proceso licitatorio de la construcción de la obra. La promesa quedó plasmada en un telegrama que el profesional le envió a Bru.

Avenida Central

En junio de 1937 comenzaban los trabajos para la realización de la Gran Avenida Central que uniría la plaza Humberto Primo (hoy Hipólito Yrigoyen), frente al palacio de Tribunales, con la plaza Independencia, arteria que solamente fue concretada en una cuadra: la que va de General Paz hasta Las Piedras, que hoy recibe el nombre de pasaje 2 de Abril. El 1 de junio de hace 80 años los obreros comenzaron a derribar las casas expropiadas para abrir la calle que estaba incluida en el Plan Regulador y Centro Histórico Monumental, del arquitecto Ángel Guido. Nuestra crónica expresaba, bajo el título “Comenzó la demolición de las casas expropiadas para abrir la Avenida Central”, lo siguiente: “conforme lo había resuelto el Departamento Ejecutivo de la Municipalidad se procedió con el auxilio de la fuerza pública, a dar principio a los trabajos de demolición de las propiedades de la calle General Paz al 400 que fueron expropiadas por la Comuna para abrir la Avenida Central”. El inicio de los trabajos fue supervisado por el intendente Roque Raúl Aragón y su secretario Enrique Salgado Martín junto al director de Obras Públicas, ingeniero Canelada, y el escribano Celedonio Guzmán Gutiérrez. La idea de la avenida Central ya era un tema impulsado por LA GACETA desde su nacimiento. En aquel primer número del 4 de agosto de 1912 cuando se hablaba del Centenario de 1816 ya se hablaba de la “avenida del Congreso” en el marco de una serie de obras para revalorizar el centro histórico de la capital tucumana. Con respeto a la avenida, se consideraba que el nombre “constituiría un homenaje a los próceres del año 16 y agregaba: “no se realizaría, ingenuo es decirlo, sin un desembolso superior a la capacidad financiera de la provincia. No hay que esperar su realización de nuestro gobierno. A lo sumo, podrá prestarle un concurso limitado, aunque valioso, sin duda”.

DEMOLICIÓN. Los obreros trabajaron más de un mes y medio para derribar toda la edificación que había durado 40 años. DEMOLICIÓN. Los obreros trabajaron más de un mes y medio para derribar toda la edificación que había durado 40 años.

Más de dos décadas después el intendente Aragón impulsó la idea y el arquitecto Guido estuvo a cargo del proyecto. El inicio de esta arteria obligó a cambiar la orientación del Palacio de los Tribunales, que ocupó el sitio donde estaba el Mercado del Sud, y que estaba por empezar a ser construido. “El cambio de orientación del edificio no exigirá modificaciones de importancia al proyecto aprobado y adjudicado, pues consultado el arquitecto autor ha manifestado su opinión en la forma referida”, resaltaba la crónica. Para concretar la medida tuvieron que cambiar parte de los terrenos previstos en las ordenanzas previas entre la intendencia y el gobierno de la provincia. Además, se dejaba en claro que los cambios eran sin costo para las partes debido a la necesidad pública. La avenida, de la que solo existe una cuadra, parece haber tenido ideas precedentes como la del intendente Zenón Santillán hacia fines del siglo XIX, quien “imaginó una avenida de una cuadra y media para unir la Casa Histórica con la plaza Independencia”, según el relato de Carlos Páez de la Torre (h).

Mercado del Norte

“Tucumán se transforma. Y se transforma con rapidez, con celeridad de pueblo nervioso que busca la meta gloriosa que merece su tradición, sus prestigios, y sobre todo su cultura”, así se expresaba la crónica de LA GACETA del 16 de julio de 1938 en referencia a los cambios edilicios que se producían en la ciudad entre los que se destacaba el fin del “viejo Mercado del Norte, que vivirá en el recuerdo”. Allí se hacía referencia a los cambios que se impulsaban desde la intendencia de Roque Raúl Aragón, se destacaban las tareas de pavimentación suburbana, las mejoras en los hospitales junto con las obras de higiene y salud para los mataderos ubicados en las zonas aledañas a la capital.

Las obras se iniciaron a mediados de julio de 1938 y en apenas 17 meses la nueva estructura fue concluida y abierta al público el 10 de diciembre de 1939. Con la inauguración nuestro diario expresaba el beneplácito por la obra terminada y señalaba que “durante varios años la ciudad adquirió sus artículos de primera necesidad en un vetusto local cuya simple observación infundía una especia de repulsión, en negocios mal instalados con rincones donde se anidaban microbios peligrosos para la salud. Fresca está aún en la memoria de todos la sucia figura del viejo mercado” y en este sentido rescataba la importancia que tuvo el traslado de los puesteros al pasaje Padilla. Y agregaba como ojo avizor que “El nuevo mercado, siempre que las autoridades no descuiden su limpieza diaria, soluciona el problema de la higiene en la venta de los alimentos destinados al consumo público. Ese fue en líneas generales, el propósito que buscaron las autoridades comunales”.

El predio hoy es ocupado por el Palacio de Tribunales. Cuatro décadas de historia

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