Cartas de lectores III: insulto de un agente de tránsito

Cartas de lectores III: insulto de un agente de tránsito

12 Febrero 2022

Mi nombre es Susana Muzzo. Soy una señora mayor de 82 años. Camino muy lentamente y ayudada por un bastón. El jueves 10 de febrero tuve que salir al centro a hacer un trámite, con todas las dificultades que eso conlleva. Alrededor de las 9.30, cuando me disponía a cruzar en la esquina de Buenos Aires y Crisóstomo Álvarez y cuando la luz del semáforo estaba en verde tanto para los vehículos que circulan por Buenos Aires para girar, como para los peatones, al ver que ningún automovilista me daba el paso, decidí tomar la iniciativa y con mi mano hacerles la señal de alto para así poder cruzar. Al lograr mi cometido, escuché un silbato. Al darme vuelta, grande fue mi sorpresa al ver que un agente de seguridad les hacía señas a los vehículos para que siguieran circulando rápidamente a la vez que decía a viva voz, y cito: “vamos circulen, hay que hacer ‘aca’ a los peatones”  Sin perder tiempo, me di vuelta e increpé a este agente diciéndole que era un atrevido y que la prioridad era de los peatones. A lo que él no me contestó nada y se escapó haciéndose el distraído hacia otra esquina. Muchos testigos que estaban allí escucharon el insulto de ese agente de tránsito. Lamentablemente, yo no uso celular pues si no le hubiera tomado una fotografía para “escracharlo”, como dicen los jóvenes. Aunque probablemente no hubiera podido alcanzarlo por mis problemas para desplazarme. Ese día, en otra esquina, en San Martín y Salta, cuando el semáforo estaba en verde para los peatones, un señor, que también se desplazaba con muletas y acompañado por su esposa, ya estaba a punto de llegar a la vereda. Cuando cortó el semáforo y se puso en verde para el tránsito vehicular, los autos no esperaron un segundo y comenzaron a tocar bocina y a tirársele prácticamente encima. Como en todos lados, hay personas buenas y malas, gente decente y no tanto,  agentes de tránsito amables que te ayudan a cruzar la calle hasta tomándote del brazo si es necesario, y otros como el de este jueves que quizás tuvo un mal día y por eso decidió escaparse cuando escuché su insulto desubicado e innecesario, porque en ese caso el peatón, o sea yo, tenía la razón. Este Tucumán y su tránsito no merecen el menor análisis. O quizás, sí.

Susana Muzzo

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