En Rosario hay temor por otra guerra narco

En Rosario hay temor por otra guerra narco

Las víctimas del triple crimen estaban vinculadas al clan Los Monos. Piden a la Justicia Federal que actúe con más firmeza. Estadísticas.

SELLO MAFIOSO. El auto en el que se trasladaba la familia fue encontrado carbonizado y con un cuerpo.  SELLO MAFIOSO. El auto en el que se trasladaba la familia fue encontrado carbonizado y con un cuerpo.

Que Rosario se desangre por la violencia narco no es ninguna novedad. Pero que los santafesinos tengan la convicción de que lo peor está por llegar, sí lo es. Hasta las autoridades nacionales quedaron en alerta por el crimen de una familia. Sospechan que la venganza por el triple crimen será terrible y que otra guerra narco está por declararse.

Todo comenzó el sábado a la madrugada, en una fiesta de casamiento que se desarrolló en el exclusivo salón de fiestas del country Campos de Ibarlucea, una localidad que se encuentra en las afueras de la ciudad. Allí festejaron su casamiento Estaban Rocha (sigue en libertad en un proceso por droga) y Brisa Ferreira Leguizamón (condenada por el mismo delito, pero a la que se le había otorgado el arresto domiciliario por ser madre de varios hijos menores de edad). En la celebración, donde sobraron los lujos, actuaron varias figuras de la música tropical santefesina. Entre ellas, Sergio Torres, el cantante que fue arrestado semanas atrás por haber aparecido con armas que pertenecían a Los Monos, el clan que domina la red de narcomenudeo más grande de Rosario.

Entre los asistentes a la boda se encontraba Maximiliano Giménez (33 años), que estaba acompañado por su esposa Érica Romero y su pequeña hija Elena (1). A las 4 decidieron regresar a su hogar a bordo de su Audi TT. Cuando recorrían la ruta 34S, que conecta con la autopista Rosario-Santa Fe, fueron interceptado por una camioneta. De su interior bajaron cuanto menos dos hombres que comenzaron a disparar sin piedad. Los hirieron a todos.

Otro participante de la fiesta pasó por el lugar a los pocos minutos de perpetrado el ataque. Cargó al hombre y a la niña en su camioneta y los trasladó hasta el centro asistencial más cercano. Los médicos poco pudieron hacer para salvarles la vida. Él había recibido al menos 12 disparos; y la niña, como mínimo seis, pero balazo el mortal fue el que impactó en su cabeza. Conocidos y familiares llegaron al hospital y comenzaron a preguntar por Romero. En un principio se pensó que los había acompañado hasta ese lugar siguiéndolos en el auto de alta gama, pero después se dieron cuenta que no había sido así.

En el acto se activaron los sistemas de búsquedas que arrojaron resultados cerca de las seis del sábado. Una comisión policial encontró a unos tres kilómetros del salón de fiestas el Audi incendiado. Dentro, un cuerpo con nueve balazos totalmente carbonizado. Se supone que se trata de la mujer de la familia. Los investigadores tratan de establecer cómo llegó hasta ese lugar y la justicia ordenó que se realice un trabajo especial para identificarlo.

Preocupación oficial

En declaraciones a la emisora y canal de TV “Aire de Santa Fe”, el ministro de seguridad de esa provincia Jorge Bortolozzi señaló: “la Justicia federal tiene que comprometerse más y desarticular este tipo de bandas. Se trata de delitos exclusivamente federales, no solo se dedican a la venta de droga sino también al lavado de activos. Estos fueron crímenes al mejor estilo colombiano o mexicano”, añadió.

12 disparos recibió el supuesto lavador de activos del grupo Los Monos

En otro tramo de la entrevista, el funcionario brindó su punto de vista acerca de lo sucedido. “Estuvo involucrada gente que dispone de dinero del que nadie conoce su origen. Es un claro ejemplo de ostentación que no puede pasar desapercibido para la Justicia Federal. En el caso de los narcos, el código es la muerte. Así disciplinan a su gente. Obviamente que esas personas fueron marcadas. Los interceptaron a la salida de un casamiento, en plena ruta, en un auto que casi nunca usaban. La Justicia Federal se debe hacer cargo de la función que tiene”, insistió.

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Germán de los Santos, periodista rosarino, es autor del libro “Los monos: Historia de una familia narco que transformó Rosario en un infierno”. En una nota publicada ayer en “La Nación” reveló algunas cuestiones sobre el triple crimen que tuvo impacto a nivel nacional. La más importante es los vínculos que tienen los protagonistas con el grupo que domina las calles de esa ciudad.

24 homicidios se registraron en Rosario en lo que va de enero, según las autoridades

Según el periodista, Rocha, el que organizó la fiesta para celebrar su casamiento, forma parte de la estructura del clan e inclusive, los miembros de la familia le habían prestado una de las lujosas mansiones que tienen para que viviera. Giménez, en cambio, estaría siendo investigado por ser una de las personas que se encargaba de lavar el dinero de las drogas de “Los Monos”.

De los Santos reveló que “Guille” Cantero, el líder del grupo que se encuentra cumpliendo las múltiples condenas que se le dictaron en su contra en el penal bonaerense de Marcos Paz, estaba furioso por el triple crimen. “Lo ven como una declaración de guerra”, agregó la fuente. Durante la tarde del sábado se reunieron miembros del clan Los Monos evalúan la situación capitaneados por Celestina, la madre de “Guille”: ella se encuentra con régimen de prisión domiciliaria, condenada a 10 años de prisión. La escena parece similar a la que ocurrió horas después del crimen de Claudio Cantero, el líder de Los Monos, en mayo de 2013. “Tras ese homicidio se concretaron otros cinco asesinatos”, publicó.

La situación de Rosario es muy complicada. En los últimos meses, el Gobierno nacional envió más efectivos de la Policía Federal y Gendarmería Nacional para poner punto final a la escalada de violencia. Pero los resultados no aparecen. De los Santos informó que hasta el sábado a la madrugada, en lo va del año, se habían registrado 24 homicidios.

En 2021 se contabilizaron 241 crímenes, lo que sitúa a Rosario, con una tasa de 18,5 homicidios cada 100.000 habitantes, como la ciudad más violenta del país, con cifras que casi cuadriplican el promedio nacional.

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