Cartas de lectores III: Sobreviviendo

Cartas de lectores III: Sobreviviendo

02 Enero 2022

“Me preguntaron cómo vivía, me preguntaron… sobreviviendo, dije, sobreviviendo…” Así comienza esta canción, escrita en 1974 por el cantautor argentino Víctor Heredia, en el marco del año mundial por la paz. Lo que en un principio fue un alegato antibélico por la paz del mundo, le cabe perfectamente, a pesar del tiempo transcurrido, a la dura realidad de nuestro presente… “Todos frente al peligro, sobreviviendo, tristes y errantes hombres, sobreviviendo…”, continúa. Podríamos arrancar, para no perdernos en la lejanía de los tiempos, con la oscuridad fatídica de la sangrienta dictadura militar (que ocurriría, premonitoriamente, dos años después). Y continuar con la incipiente recuperación de la vida democrática, sacudida por dos hiperinflaciones (una alfonsinista y otra menemista), que inundaron de pobreza y miseria a todo el país. “Hace tiempo no río, como hace tiempo… y eso que yo reía como un jilguero. Tengo cierta memoria que me lastima y no puedo olvidarme lo de mi Argentina (la letra original dice Hiroshima)…”, podríamos parangonar. Luego, la década del peronismo menemista comenzó a desparramar inconteniblemente (hasta el presente) la palabra corrupción en todas sus formas…”Cuánta tragedia sobre esta tierra… hoy quiero reírme, apenas si puedo… Ya no tengo la risa como un jilguero, ni la paz de los pinos del mes de enero, ando por este mundo sobreviviendo…”, canta Víctor Heredia. El trágico final del gobierno radical del 2001 (hace ya 20 años) le abrió las puertas al saqueo impúdico de los doce años del peronismo kirchnerista y cuando por fin parecía que arrancábamos con el nuevo gobierno macrista, todo se volvió a derrumbar. La ilusión fue efímera. “Ya no quiero ser sólo un sobreviviente, quiero elegir el día para mi muerte…”, trazan los versos principales alrededor de la idea central de esta canción. Y hoy estamos recomenzando todo luego de una mortal pandemia planetaria, en el peor de los mundos, económica y socialmente hablando. A esta altura de los hechos, esta letra ya podría ser cabalmente un himno doloroso de nuestra argentinidad, una lamentación desesperada sobre un gran país fracasado, que en realidad representa nuestro fracaso entero como sociedad. Pero a pesar de todo luchamos para volver a ponernos de pie, deseándoles a todos los “sobrevivientes” la llegada esperanzada de ese día en que podamos tener un país con un mínimo de normalidad y con la paz que tanto anhelamos.

Ricardo A. Rearte

Pasaje Díaz Vélez 66

Monteros

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