Horacio Muratore: “Mi experiencia debe servir para algo"

Horacio Muratore: “Mi experiencia debe servir para algo"

Nada lo detiene, ni siquiera la pandemia. De manera virtual, se mantuvo en los pasados meses activo en los tres cargos internacionales que ostenta en el básquet internacional. Trabajo sin pausa, y deseos de unión.

EN SANTIAGO DEL ESTERO. Muratore, durante un homenaje que le hizo la dirigencia de Quimsa. EN SANTIAGO DEL ESTERO. Muratore, durante un homenaje que le hizo la dirigencia de Quimsa.

El alcance de la tarea dirigencial de Horacio Muratore mucho se sabe, mucho se escribió y se dijo. Meticuloso, gentil, humilde, siempre predispuesto a trabajar, se podría agregar sobre su actitud frente a las responsabilidades. Convertido hace tiempo en un referente ineludible en esta función para el deporte argentino, lejos está de asumir una pose de estrella. Pero sí reclama que lo escuchen. Y reclama unión en la lucha. “Mi experiencia debe servir para algo”, asegura el presidente honorario de la Federación Internacional de Básquet, máxima autoridad de la Fundación Fiba y de la Champions League de las Américas.

Desde que en 2019 dejó la presidencia de la Fiba, Muratore se mantiene en un alto perfil dirigencial. Pese a que la pandemia obligó a cambiar planes y paradigmas de vida en todos los rincones del mundo, él no abandona la lucha.

- ¿Cómo pasaste 2021?

- Como casi todo 2020, sin viajar, pero con mucho trabajo. A los tres cargos que tengo había que brindarles atención.

- ¿Y cómo manejaste eso de no viajar, siendo que en los últimos años recorriste el mundo?

- Lo manejé bien. Todo fueron reuniones virtuales, me convertí en un experto de Zoom. En la Fiba no se hicieron reuniones presenciales, algo a lo que quizás volvamos en marzo. En cada encuentro virtual doy los resúmenes de lo actuado, escucho preguntas. Puedo decir que lo pasé bien. Pese a todo, pienso que cumplí. Los viajes, cuando vuelvan, serán más cortos, con seguridad.

EN REPÚBLICA DOMINICANA. Un predio lleva su nombre. EN REPÚBLICA DOMINICANA. Un predio lleva su nombre.

- ¿Qué representó el básquet en estos últimos meses en los cuales, además de la pandemia, tuviste que lidiar con situaciones familiares y personales?

- Seguir en el básquet fue una bocana de aire puro con todo el contexto que enfrenté. Se había generado una presión familiar, por una situación que atraviesa mi esposa por su salud. Y yo mismo me operé en octubre por un tumor en los riñones. Me extirparon uno, pero estoy bien.

- ¿Se puede decir que, en medio de tantas vicisitudes y responsabilidades, la tecnología fue una mano amiga?

- No soy muy afín a la tecnología, tengo 70 años, me costó un poco, pero puedo decir que me adapté perfectamente. Fiba lo hizo en su conjunto. Trabajé muy cómodo, fijando los horarios, coordinando cada paso con mi equipo. Las cosas no se me complicaron nunca, porque cuento con gente idónea y eficaz. Estoy orgulloso de eso.

- Entonces, ¿pulgar para arriba para la tecnología en eso de apoyar una tarea como la tuya?

- Fue diferente, pero estuvo y está bien. Quizás esto de la virtualidad podría haber resuelto muchas cosas antes. A futuro pienso que se mantendrá, por lo que se resolverán muchas más cosas. Y, al mismo tiempo, se bajarán los costos. De todos modos, soy un convencido de que debe haber un mix de actividades presenciales y virtuales. Hay que reunirse, aunque sea una vez al año. Unirnos, conocernos, es valioso para todo ser humano.

Horacio Muratore: “Mi experiencia debe servir para algo

- ¿Qué cosas extrañaste más en estos pasados meses?

- Para decirlo de alguna manera, y debido a la gran cantidad de actividades y viajes que venía haciendo, estos dos años me mataron. Pero busqué estar atento. Más que nada extrañé los viajes a las federaciones nacionales. Contactarme con la gente, analizar, aconsejar, son cosas que me gustan. De todos modos, los contactos se mantuvieron a full.

- ¿Cómo pensás que te ven los dirigentes de otros países?

- Me toman como un referente. Quizás sea porque llegué al punto de conocer al detalle las realidades de cada uno, que son distintas. En consecuencia, las soluciones no son iguales en cada país, y generalmente hasta en un mismo continente las cosas cambian mucho. Pero, a pesar de la consideración que la gente tiene conmigo, sigo siendo el mismo de siempre.

- ¿Y qué hay de los objetivos? ¿Se cumplieron o faltan cosas?

- Todo es un proceso paulatino. Es innegable que se han logrado cosas. Por ejemplo, había países que al básquet 3x3 no le veían futuro. Pero con el éxito que tuvo, ahora todos lo quieren jugar; los comités olímpicos lo quisieron tener. Lo mismo va a pasar con los e-sports. Cada país deberá poner la gente adecuada y trabajar, crecer y desarrollar la idea. También estamos muy contentos con la llegada del básquet a las mujeres. Jugar, arbitrar, coachear, dirigir, presidir, es algo que deben hacer. La cantidad que llegó al deporte en los últimos años es para aplaudir. Hay un vuelco fundamental.

- Se está notando un compromiso sostenido con lo social. ¿Cómo sigue este plan?

- Verdaderamente lo social es muy fuerte. Y hay que consolidarlo. Por caso, la idea es seguir creando líderes en mini básquet y en 3x3. Eso es clave. Cambiar situaciones de vida desde nuestro deporte es una premisa. Me daba bronca ver que algunas ONG’s hablaban de esto, actuaban, y nosotros no lo hacíamos. Pues bien, las cosas han cambiado.

- La relevancia de tus logros te proyectaron desde Tucumán al mundo y te convirtieron en el dirigente deportivo argentino con el cargo más relevante de la historia. ¿Cómo te llevás con eso?

- Nunca pretendí mi lugar actual. Me dediqué a trabajar, a hacer cosas. Me gusta unir y siempre fue así donde estuve. Me gusta cumplir lo prometido, no me gusta hacer cosas a medias. Lo que hago hoy me hace sentir orgullo.

- Con 2022 a punto de comenzar, y conociendo tu forma de trabajar, suponemos que ya te trazaste objetivos. ¿Se pueden conocer algunos?

- Mi vida siempre ha sido un compartir pasiones y planificar: fui docente, a partir de mi profesión de contador. Luego llegó la dirigencia deportiva, algo que me la transmitió mi papá. Me da gusto que me digan lo que me dicen por lo que hago. Me halaga que me consulten, que me pidan un consejo. Todo esto me mantiene, me hace sentir muy bien. Por mi edad, no creo volver a la Fiba en un cargo alto. Pero voy a seguir luchando desde los cargos que me asignaron. Me desilusiona, me pone mal que en la Argentina el dirigente deportivo no esté visto de buena manera, siendo que el éxito tiene cuatro patas: jugadores, cuerpos técnicos, árbitros y dirigentes. Y aunque lo asumí, seguiré luchando para revertir esto. En el deporte hay que trabajar más unidos, y ver qué se puede hacer. Yo estoy dispuesto a hacer mi aporte: pienso que mi experiencia debe servir para algo

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