La calculadora opositora se entusiasma con Masso

La calculadora opositora se entusiasma con Masso

Algunos dirigentes de Juntos por el Cambio ya proyectan que una alianza con el Frente Amplio puede ser más fácil que acordar con el bussismo.

DOS INTENDENTES FUNDIDOS EN UN ABRAZO. El radical Roberto Sánchez y el peronista Germán Alfaro. DOS INTENDENTES FUNDIDOS EN UN ABRAZO. El radical Roberto Sánchez y el peronista Germán Alfaro. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ
Por Irene Benito y Gabriela Baigorrí 16 Noviembre 2021

Hasta poco antes de las primarias había en Juntos para el Cambio quienes creían que había llegado la hora de incluir a Ricardo Bussi (Fuerza Republicana). Ese plan fracasó, y en Tucumán la fragmentación volvió a beneficiar a la sociedad de los oficialistas Juan Manzur y Osvaldo Jaldo. Pero la victoria del Frente de Todos fue tan ajustada que para neutralizarla le habrían bastado a Juntos por el Cambio los cuatro puntos y medio que logró Federico Masso (Frente Amplio). La calculadora opositora hacía, con el diario del lunes, estos números y se entusiasmaba con la proyección que en los comicios de 2023 tendría un virtual entendimiento con el legislador Masso, quien por otro lado ya compartió frentes con radicales y peronistas disidentes. Pero la política no es tan exacta como las matemáticas. Y ayer nomás tanto Masso como Bussi ratificaron su intransigencia a pactar con la versión actual de Juntos por el Cambio.

Todos están de acuerdo en que una alianza más grande garantizaría la victoria en la provincia, pero nadie sabe cómo conseguirlo y, al final, vuelven a aparecer las candidaturas de opositores que se restan votos entre sí, el escenario que más conviene al Gobierno provincial. Esto es lo que hay que evitar como sea, según la legisladora y ex Fuerza Republicana, Nadima Pecci.

Los radicales José Cano, diputado saliente, y Mariano Campero, intendente de Yerba Buena, deslizaron por separado en un podcast de LA GACETA que a lo mejor con Masso sí que se podría armar algo en conjunto (ver por aparte). Horas más tarde, el jefe del Frente Amplio corroboró que su “límite es Mauricio Macri” y que con el PRO él no irá a ninguna parte, mucho menos después del domingo. ¿Fin de la expectativa o punto de partida de una negociación crítica para las aspiraciones de las minorías?

Las coincidencias entre Bussi y Masso se agotarían en el hecho de que los apellidos de ambos tienen una “s” doble y dos sílabas, y de que sus votos podrían ser dirimentes para derrotar al peronismo que gobierna la provincia desde 1999. Ninguno de los dos se aliaría con el otro: Masso dijo que le resultaba intolerable que Bussi, que es hijo del ex gobernador y militar condenado, Antonio Domingo Bussi, desconociera el terrorismo de Estado. Bussi por su parte replicó que Masso es “un satélite” de Manzur; un repartidor de planes sociales y un cultor del clientelismo prebendario que él se propone combatir.

El líder del Frente Amplio objetó que se pretenda llegar al poder sin “un proyecto distinto”. “Las puertas está abiertas para los radicales y el sector del intendente Germán Alfaro (Partido por la Justicia Social) que deseen unirse a nuestro frente”, planteó. En sus términos, ese acuerdo dejaría afuera al PRO. En cuanto a las versiones de acercamiento con el oficialismo, que, por cierto, también necesita reforzar su capital electoral, Masso confirmó que a comienzos de este año le ofrecieron “un ministerio”, pero precisó que hoy no lo volvía loco ocupar un cargo, sino incrementar la influencia de su partido. Por último, dejó esta reflexión: “Manzur y Jaldo son clientelistas, pero también lo son los intendentes Alfaro, Campero y Roberto Sánchez”.

Con casi 110.000 votos en los bolsillos -más del doble de los que levantó Masso-, Bussi reiteró que está 100% disponible para constituir un frente programático “no peronista” que excluya a Alfaro. “Para mí las posibilidades pasan por los intendentes radicales Campero y Roberto Sánchez. El radicalismo debe entender que no se puede contrarrestar la corrupción y desidia peronistas con el corrupto y desidioso de Alfaro, al que ya le regalaron la Intendencia en 2015 y 2019, y ahora acaban de hacer senador”, observó. ¿El mensaje? El oficialismo puede relajarse: la calculadora opositora por ahora sólo hace castillos en el aire.

¿Nace una estrategia opositora para llegar al poder?

Nadima Pecci, José Cano y Mariano Campero, tres dirigentes opositores que intervinieron en las primarias, pero, luego, no participaron en las generales opinaron sobre qué debería hacer su sector para convertirse en oficialismo en 2023. De la consulta surgieron posibles fórmulas y recetas, así como ideas para encarar unidos los dos años que faltan. El debate forma parte de “El diario del lunes”, un podcast que estará disponible desde hoy en las plataformas digitales y redes sociales de LA GACETA.

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