Raly Barrionuevo vuelve a su niñez en canciones

Raly Barrionuevo vuelve a su niñez en canciones

El músico santiagueño presenta “1972” en el Mercedes Sosa, un recorrido por temas conocidos que formaron parte de su historia familiar. El parate en la pandemia y el regreso a los grandes festivales.

RECUERDOS. “Son canciones que cantaban mi padre y mi tío”, resalta. LA GACETA/FOTO DE OSVALDO RIPOLL RECUERDOS. “Son canciones que cantaban mi padre y mi tío”, resalta. LA GACETA/FOTO DE OSVALDO RIPOLL

2020 fue un año pandémico -y forzosamente sabático- para Raly Barrionuevo. El músico santiagueño se recluyó en su casa de Unquillo (Córdoba), donde está radicado, a trabajar en muchas actividades. Entre ellas, a componer nuevas canciones y a volver a las fuentes. Así llega a interpretar canciones significativas del folclore de las décadas del 50 y 60 en un disco cargado de afecto familiar. A tal punto que lo ha llamado “1972”, el año de su nacimiento.  

“Amémonos”, “Zamba de la añoranza”, “La ene ene”, “A unos ojos”, “Si yo fuera río”, “Calle angosta”, “La de los angelitos”, “Vallecito”, “Al jardín de mi madre”, “Febrero en San Luis”, “Gato de mis pagos”, “Achalay mi mama”, “Y dicen que no te quiero”, “Patio de la casa vieja” y “Alfonsina y el mar” son canciones que sabemos casi todos, y que Barrionuevo cantará hoy a las 21, en el teatro Mercedes Sosa (San Martín 479).

- Como músico independiente y autogestivo, ¿cómo la pasaste en pandemia?

- Estuve muy tranquilo porque necesitaba realmente parar. En los últimos años tuve mucho reconocimiento, pero la mayor parte de mi camino fue puro sacrificio. Sentía un cansancio acumulado de años de andanzas; necesitaba darme este tiempo sin saber cuándo ni cómo iba a regresar. Soy un tipo muy austero en todos los sentidos, así que lo llevé bien. Me dediqué a la carpintería y la bicicletería.

- ¿Estuviste componiendo?

- Sí; algún día me gustaría volver a hacer un disco de temas míos; a pesar de que amo interpretar canciones icónicas como las de “1972”, me siento totalmente pleno cuando canto lo que yo escribo.

- Al no cantar en vivo, ¿descansaste la voz? ¿Sentís el cambio?

- Mi voz está mejor que nunca, se notó mucho el descanso de casi dos años. A pesar de eso no me gusta sobrar ni hacerme el canchero, siempre necesito cuidarme. Si no tengo bien la voz me pongo triste.

- Volvés como intérprete en “1972”. ¿Qué contiene?

- Son las canciones que cantaban mi padre y mis tíos. Valses como “A unos ojos” o “Zamba de la añoranza” eran parte de mi infancia. Es un viaje a mi niñez, con la misión de sanar lo dolido, de celebrar lo bello y de seguir adelante.

- ¿Cómo viviste la presentación de esta produccíón el 27 de junio, en la radio, en un programa retransmitido por más de 550 emisoras?

- Con mucha emoción. Amo la radio, y la charla con María Teresa Andruetto fue bellísima.

- ¿Qué pasa a medida que lo vas presentando en vivo? ¿Cómo lo recibe el público?

- Funciona a varios niveles. Por un lado, siento que el público disfruta de escucharme cantar en este estilo, que no es el mío habitual, pero que a la vez sabe que lo conozco de la fuente y que lo llevo muy adentro. Por otro, percibo emociones nuevas y quizá guardadas de la gente, al reencontrarse con estas canciones que no murieron ni morirán. Hay mucho público joven que las descubre en “1972”.

- ¿Quiénes te acompañan en el escenario?

- Mi hermano Daniel en bombo, Luis Chazarreta y Leonel Guzmán en guitarras y Marina Ábalos (hija de Adolfo) en piano. Es un dream team folclórico.

- ¿Cómo sigue tu agenda? ¿Volvés a la “normalidad” de los festivales de verano?

- Nos quedan un puñado de presentaciones más y luego, a descansar, porque seguramente vamos a hacer algunos festivales.

- ¿Puede haber más “Hermano hormiga” junto a Lisandro Aristimuño?

- ¡Sí! Con Lisandro tenemos una hermandad infinita. Sólo es cuestión de coincidir con los tiempos, pero “Hermano hormiga” está siempre latente.

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