La delantera completa de San Martín volvió a festejar

La delantera completa de San Martín volvió a festejar

IDA Y VUELTA. Diarte, como siempre, fue una especie de “pistón” en el “Santo”.  IDA Y VUELTA. Diarte, como siempre, fue una especie de “pistón” en el “Santo”. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA

A lo largo de las últimas ocho fechas San Martín experimentó la frustración de dos empates sin goles, la euforia de tres triunfos anotando tres goles, la desazón de otros tres empates en cero y, en el reencuentro con su público, el abrazo con puños apretados por la vuelta a la victoria. Así es el andar del “Santo”, que no se cae pero que no termina de plantarse para pelear el primer puesto.

Los tres puntos conseguidos ayer ante Gimnasia de Mendoza valen un poco más, para el equipo que conduce Pablo De Muner, porque no sólo cortó la sequía de goles sino que anotaron sus tres centrodelanteros: Lucas Cano, Marcelo Estigarribia y Lucas González. Incluso, el “Chelo” llegó a nueve festejos y cada vez que anotó, San Martín terminó ganando. Lo mismo ocurrió con Cano, que convirtió cuatro veces, en cuatro victorias.

Cuando parecía que iba a repetir otro partido con mucho dominio, pero sin profundidad (la primera llegada fue a los 36 minutos del primer tiempo), ni bien salió del vestuario cambió la receta: ante un rival desordenado, al minuto la dupla Estigarribia-Cano demostró por qué es la primera opción para De Muner. Centro y gol.

Hasta ese momento, el ex Belgrano había hecho casi todo bien. “Sólo le falta el gol”, se escuchó en la platea. Y llegó con un cabezazo perfecto, de pique. Bien de “9”, bien de goleador.

Extenuado por el esfuerzo, Estigarribia le dejó su lugar a Lucas González, que aprovechó sus minutos para convertir el tercero. El delantero de Lules lleva dos goles en 231 minutos, jugados en 18 partidos. Nada mal.

Ahora sí, el torneo entró en la recta final y San Martín deberá mostrar en Río Cuarto, el lunes ante Estudiantes, que la recuperación es definitiva. Si repite viejos errores retrocederá de nuevo los casilleros que tanto le costó avanzar. Es ahora. O se quedará afuera del objetivo: la final.

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