Día clave para el proyecto de ley de etiquetado frontal

Día clave para el proyecto de ley de etiquetado frontal

La Cámara de Diputados de la Nación está citada para debatir la iniciativa que tiene media sanción del Senado. La posibilidad de estar más y mejor informados sobre lo que contiene cada alimento.

SELLOS CON INFORMACIÓN. Si se sanciona la ley, los envases de alimentos deberán aportar ciertos datos. tierra_viva - fic - telam SELLOS CON INFORMACIÓN. Si se sanciona la ley, los envases de alimentos deberán aportar ciertos datos. tierra_viva - fic - telam
05 Octubre 2021

Conseguir o no quórum hoy en la Cámara de Diputados de la Nación se convirtió ayer en la cuestión clave en el intento del oficialismo de convertir en ley el proyecto de etiquetado frontal. Con esta iniciativa, todos los productos alimenticios que se comercialicen deberán advertir en sus paquetes, en partes fácilmente visibles, sobre los excesos de grasas, sodio y dulce que contengan. De este modo se pretende ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos.

El presidente del cuerpo legislativo, Sergio Massa, citó para las 11 a la primera sesión presencial que realizará luego de un año y medio, en el que aplicó un sistema de funcionamiento virtual por la pandemia del coronavirus. En los hechos, además, hace tres meses que no se delibera de ningún modo debido a la campaña electoral y a la falta de acuerdo entre los distintos espacios parlamentarios.

De todos modos, para realizar la sesión especial, el Frente de Todos (FdT) deberá conformar quórum con sus aliados ya que Juntos por el Cambio resolvió que debe ser el oficialismo el responsable de reunir el número reglamentario para iniciar la sesión debido a que el temario en debate forma parte de una agenda que no fue consensuada previamente con la oposición. Ayer, la diputada del FdT, Florencia Lampreabe, pidió a sus rivales políticos que “cuiden lo que comen los argentinos”.

La iniciativa fija pautas para una alimentación saludable y obliga a la colocación de una serie de sellos frontales en los envases de alimentos de comercialización masiva.

Opciones más saludables

La propuesta promueve una selección informada de alimentos que les permita a los consumidores conocer fácilmente las opciones más saludables, de forma directa, rápida y de acceso visual sencillo, ya que las grillas de porcentaje de contenidos que figuran en los paquetes no cumplen adecuadamente con ese requisito, según los promotores de la norma. En ese sentido, contrarresta el efecto positivo que tienen ciertos mensajes, como “0% grasas trans”, y reponde a parámetros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y está en sintonía con las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA).

El proyecto -considerado por el kirchnerismo como estratégico para la salud- es resistido por algunas empresas de la alimentación y por algunos diputados provinciales (de diferentes bancadas), que promueven introducir modificaciones. Enfrente, recibió el respaldo de organizaciones de la salud, grupos de consumidores y entidades que defienden el medio ambiente.

La propuesta ya tiene media sanción del Senado, por lo que si se aprueba en la Cámara Baja y lo promulga el Poder Ejecutivo, se convertirá en ley. Hay plazo hasta fin de año para que se cumpla con este paso.

En negro

El dictamen de mayoría prevé la incorporación de una etiqueta con forma de octógono negro y letras blancas que advierta el exceso de nutrientes críticos para la salud, como azúcares, sodio, grasas saturadas, junto con los porcentajes de grasas totales y de calorías. Además, determina que los productos que contengan entre sus ingredientes edulcorantes o cafeína tendrán que informar que su consumo no se recomienda en niñas y niños.

Por otra parte, el proyecto impulsa la prohibición de emitir publicidad comercial, dirigida a niños, niñas y adolescentes, de productos con sellos de advertencia y establece que los productos que tengan más de un sello de advertencia no podrán incluir dibujos animados, personajes, figuras públicas, regalos ni elementos que llamen la atención de niños, niñas y adolescentes.

Por otra parte, la iniciativa determina que, ante iguales condiciones, el Estado deberá priorizar la compra de alimentos sin estos sellos de advertencia.

La Fundación Interamericana del Corazón remarcó desde sus redes sociales que espera que el proyecto “que ha trascendido a los bloques políticos y contado con amplio apoyo en el Senado, sea tratado en la Cámara de Diputados con el mismo compromiso para que sea ley”.

En la plataforma Change.org una petición impulsada por la periodista Soledad Barruti, autora de los libros “Mal comidos” y “Mala leche”, reunió 160.000 firmas. “Las estadísticas de enfermedad provocadas por la mala alimentación en Argentina son terribles. Vivimos en uno de los países con mayor número de muertes atribuibles directamente al consumo de bebidas azucaradas (74 muertes por millón)”, se plantea en ese documento.

A favor y en contra

Uno de los defensores del proyecto es el diputado del FdT, Leonardo Grosso, quien denunció presiones de grandes empresas de “sectores muy concentrados y poderosos para que esta ley no se sancione”. “Es una propuesta centrada en la salud de la población y no en la necesidad de la industria de colocar sus productos; tiene que ver con la calidad y no con la cantidad de los alimentos”, en un sector que “confunde publicidad con información”, según su visión.

Por su parte, la Cámara Argentina de Comercio de Estados Unidos en Argentina aseveró que “la discusión no pasa por ser conformista y aceptar mansamente el aparente consenso de las organizaciones ambientalistas, nutricionistas o de consumidores imponiéndose sobre el poder económico de la industria; hay que dejar de lado la radicalización y la incapacidad de buscar puntos comunes en pos de un bien mayor”.

“La población no llega al consumo mínimo aconsejado de frutas y verduras sólo por la confusa información de una etiqueta sino por un tema cultural o la situación de alta vulnerabilidad económica y social en la que está inmersa nuestra sociedad desde al menos una década”, agregó la entidad, que instó a los legisladores a establecer “un sistema que permita suministrar información relevante a los consumidores respecto de los alimentos y los riesgos que algunos de ellos presentan para la salud, pero estableciendo un equilibrio racional entre los intereses de la industria que los procesa y genera empleo de calidad y una sociedad buscando la mejor información simple y sencilla para su decisión de compra y posterior consumo”.

Como opciones a los sellos negros, reivindica el modelo “nutri-score” utilizado en Europa. “Hace visible, de manera menos invasiva -con una puntuación de la A a la E y colores asociados a las letras, desde el verde hasta el rojo- la calidad nutricional de un producto”, plantea.

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