Sexualmente hablando: eyaculación y orgasmo

Sexualmente hablando: eyaculación y orgasmo

Por Inés Páez de la Torre. Psicóloga.

Sexualmente hablando: eyaculación y orgasmo
03 Octubre 2021

Desde la llamada “respuesta sexual”, un proceso que atraviesa diferentes etapas -deseo, excitación, orgasmo y resolución- en los varones y personas con pene, la erección suele preparar y preceder a la eyaculación. Diversos estímulos internos y externos (visuales, olfativos, auditivos, táctiles, recuerdos, fantasías, etcétera) disparan el mensaje del cerebro a la médula espinal y de allí a las válvulas sanguíneas de los cuerpos cavernosos. Esto que permite que se logre y se mantenga la erección. Luego se originan órdenes de disparar el centro eyaculador, y así es como se inicia ese proceso inmediato y urgente que es la eyaculación.

La eyaculación se desarrolla en dos fases. En la primera hay contracciones de los conductos deferentes, las vesículas seminales y los conductos eyaculadores, que llevan el líquido seminal y los espermatozoides a la primera porción de la uretra.

En la segunda, ocurre una serie de contracciones rítmicas (contracción-relajación) en los músculos urogenitales, que determinan la emisión de semen. Generalmente son seis a ocho contracciones a intervalos inferiores a un segundo. Esta fase es ya sin retorno y casi siempre coincide con el orgasmo.

La fuerza de la eyaculación varía de un hombre a otro y también según las circunstancias. A veces puede llegar a más de un metro de distancia y en otras ocasiones sólo escurre lentamente sobre el glande. Estas variaciones dependen de diversos factores: la edad, la frecuencia de las relaciones sexuales, la salud general, la intensidad de la estimulación sexual y el estado de la próstata, entre otros. Muchos creen que tiene que ver con la intensidad del placer sexual. En absoluto: la medida del placer experimentado durante el orgasmo -y en los momentos previos al mismo- es puramente subjetiva.

Difícil de describir

La experiencia orgásmica es muy breve -dura entre tres y 10 segundos- y resulta difícil de describir con palabras. Constituye el punto máximo de satisfacción emocional y física en la actividad sexual. Orgánicamente se caracteriza por una elevación de la presión arterial, aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, congestión sanguínea y actividad muscular de los genitales en forma de liberación explosiva de tensión, con la posterior sensación de alivio.

Si bien es una respuesta que involucra y compromete a todo el cuerpo, al parecer los hombres (y personas con pene) tienden a concentrar sus sensaciones orgásmicas casi exclusivamente en los genitales. En cambio las mujeres (y personas con vulva) las experimentan más allá de esta zona, pudiendo llegar incluso a sentirlo en todo el cuerpo (el llamado orgasmo full body).

El orgasmo y la eyaculación no siempre ocurren juntos. En personas con ciertas lesiones medulares, por ejemplo, la eyaculación puede no estar acompañada de sensaciones orgásmicas. También existe el orgasmo sin eyaculación u “orgasmo seco” en los individuos operados de próstata. En estos casos, el semen va a la vejiga y luego se elimina con la orina.

Tanto la erección como la eyaculación pueden ocurrir sin estimulación física, algo típico durante la adolescencia. Son las “poluciones nocturnas”, responsables de los llamados “sueños húmedos”: reacciones que se producen por la necesidad del organismo, en plena ebullición hormonal, de expulsar esperma cada cierto tiempo (necesidad que irá disminuyendo hasta desaparecer a medida que se incrementa la actividad sexual).

También puede desencadenarse el orgasmo (y la eyaculación) sin que haya estimulación genital específica, a partir de pensamientos, besos o estímulos en otras partes del cuerpo.

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