Ir al telo hoy: ¿qué cosas cambiaron?

Algunos encargados de hoteles alojamiento tucumanos afirman que aumentó la oferta de espacios de alquiler para tener sexo o pasar un fin de semana romántico.

JUEGOS, ROLES Y SEXUALIDAD. La visita nocturna a un hotel alojamiento está presente entre las fantasías eróticas de muchas parejas tucumanas.  JUEGOS, ROLES Y SEXUALIDAD. La visita nocturna a un hotel alojamiento está presente entre las fantasías eróticas de muchas parejas tucumanas.

En esta serie de transmisión mundial llamada “La vida durante la pandemia” ha pasado de todo. Existe el teletrabajo, los declives emocionales por las restricciones y habilitaciones sanitarias, los dramas y memes que ofrece la política y decenas de cambios en la manera de relacionarnos.

Sea en un espacio habitacional reducido o frente a una pantalla, el romance, la pasión y la sexualidad han tenido que adaptarse al nuevo presente para no morir. Sin tanta poesía (o más bien amparados por su mítica de neón y lo furtivo) lo mismo pasa con los hoteles alojamiento.

Tras su reapertura en julio del año pasado y hasta ahora ¿cómo ha sido la recomposición (o reconversión) del sector? “Desde siempre, una parte importante de la clientela que nos visita está relacionada con otras actividades nocturnas como los boliches, las fiestas o las salidas a bares. Es en ese ambiente festivo y de interacción social donde se gestan muchas invitaciones para el después. Así que, a medida que se fueron habilitando estos espacios, las cosas arrancaron a mejorar”, explica el propietario de un telo de barrio Sur, que defiende su anonimato.

Entre las transformaciones que dejó el trío (nada placentero) “parejas y pandemia”, el empresario destacada que la visión de los moteles mejoró un poco.

“Tras tanto tiempo limitados y con una carga de estrés importante desde hace más de un año, para mucha gente venir por unas horas a un motel implicó recuperar su intimidad, descomprimir la rutina y hacer algo de ‘turismo’. Eso se notó en el flujo de visitantes primerizos atraídos por intentar sumar experiencias distintas en la cama o algo atractivo que corte el tedio al no saber que se encontrarían al entrar en una habitación (ajena y con el estigma que cargamos)”, agrega.

Por otra parte, lejos quedó el pudor al tener que presentar el DNI en la entrada. “Los requisitos actuales son el barbijo y la toma de temperatura por parte del personal”, aclara.

En las piezas, al igual que con los caramelitos de bienvenida, el sanitizante o dispensar de alcohol en gel se volvió un clásico.

¿Dónde nos vemos?

Dicen que en la diversidad radica el placer. Una prueba de esto es que -desde 2020- la oferta de lugares para hacer “el delicioso” aumentó y ramificó en otros formatos.

“Con un paneo rápido, en Tucumán existen más de 55 telos, pero a este número debemos sumarle la reciente tendencia de alquilar departamentos o casas por hora, media jornada o día entero. En el futuro, quienes trabajamos en el ámbito de alojamientos para fines sexuales esperamos que esta modalidad crezca el doble”, comenta el dueño de un establecimiento en la avenida Ejército del Norte, quien también reserva su nombre.

Las causas son variadas y responden tanto a motivos económicos (poner en movimiento inmuebles para obtener ganancias a corto plazo), tecnológicos y sociales. “Aunque los hoteles alojamientos continúen asociados a lo oculto, la trampa y la calentura de una noche, son muchísimas las parejas asentadas que vienen para celebrar alguna ocasión especial y buscan tener una experiencia amorosa y erótica completa antes que solo sexo”, acota.

En comparación a los moteles, para ellas los alquileres ofrecen una mayor libertad de movimiento, calidad en los servicios y el poder de traerse cualquier tipo de provisión desde el supermercado. Sumado a librarnos de ese impulso de mirar a ambos lados de la calle para evitar ver conocidos cerca mientras atravesamos la puerta o bajamos del auto.

Por otro lado -saliendo de lo rápido y velos- ambos encargados afirman que cada vez más enamorados apuestan por el pernocte o los turnos extendidos (de seis, ocho o hasta 12 horas).

“Esto pasa bastante con la gente que viene de paso a Tucumán (por vacaciones, trámites o asuntos laborales) y se queda por apenas unas horas en la provincia. En ese sentido, los telos resultan igual de económicos que un hostal con la diferencia de no requerir compartir la pieza con desconocidos”, argumenta la encargada de un motel en las afueras de San Miguel de Tucumán.

Pese a que John Lennon ya predicaba hace décadas que “vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, mientras la violencia se practica a plena luz del día”, hablar sobre nuestras exxxperiencias sigue ruborizando al común de los tucumanos.

En una contienda entre la eliminación de los tabúes y los viejos prejuicios, ¿qué le depara el mañana a los hoteles alojamiento? “La pandemia demostró que podemos ampliar nuestra franja de visitantes y sumar un target diferente a ese cliente fugaz, anónimo (‘de paso’) al que se complace al ofrecerle un servicio rápido. En su lugar, se necesita una apuesta por los usuarios que desean descubrir sensaciones diferentes y multisensoriales”, pronostican los entrevistados.

La referencia es que en Europa y Estados Unidos, algunos telos poseen una cartilla de comodidades y estética similares a los hoteles cinco estrellas: con catálogos de juguetes, disfraces, talleres y servicios de masajes.

También, en las grandes franquicias las habitaciones pueden alquilarse para eventos, fiestas o despedidas de solteros. “En comparación a esos niveles, Tucumán pertenece a un universo paralelo en el cual nuestra idiosincracia limita el placer. Incluso, las noticias sobre telos que invaden las redes son para marcar hechos bizarros, peleas de amantes o carencias”, señala la sexóloga Maira Lencina.

En la lista de cosas a mejorar, la especialista señala la falta de arreglos en las infraestructuras (muchas de ellas antiguos caseros), el estado de las habitaciones y los estándares de limpieza. “Cubrir el sexo y la salida a un hotel alojamiento con el velo de la clandestinidad y el típico pensamiento de ‘que nadie se entere’ colabora a que los servicios prestados mermen su calidad. Al margen de los fetiches o las fantasías, ser selectivos en los lugares que visitamos y la forma en que esperamos que sean nuestros encuentros habla mucho del valor que le damos a nuestros vínculos, el propio cuerpo, placer y autoestima”, puntualiza.

Cuánto cuesta...

- El precio estándar: en Barrio Sur y las zonas aledañas, una habitación con servicios básicos y turnos de una a dos horas arranca en $650 o $700.

- En las afueras de la ciudad: algunos establecimientos prontos a las rutas o limítrofes a San Miguel de Tucumán ofrecen turnos de tres horas por $1.400, $1.600 o $1.800.

- Al hacer tríos: existen telos en los cuales no está permitido ingresar de a tres o más personas. En los que sí, se debe pagar un plus que ronda entre los $500 y $700. La misma lógica corre para las “horas extra” que nos pasemos dentro.

- Habitaciones temáticas: las piezas ambientadas (de estilo BDSM, recreando películas o con mayor producción decorativa) cuestan alrededor de $800 (con turnos de una hora) y unos $2.000 (las seis horas).

- Habitaciones premium o superiores: en la mayoría de los casos la única diferencia es que incluyen jacuzzis, hidromasajes, minibar, sillón tántrico y/o estacionamiento privado o diferenciado. Salen entre $800 y $1.700 por turno, según la zona.

- Para pernoctar: las promociones suelen contemplar el ingreso a las 12 y la salida a las ocho. Podemos conseguir habitaciones a $2.000 (con desayuno incluido en algunos lugares).

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