Enfermeros por vocación

Norma Iglesias es la titular de la Dirección de Enfermería de la provincia. Contribuyó a salvar la vida de miles de tucumanos. Esta es su historia.

Suelen ser subestimados, aunque su tarea sea clave. Y en esta pandemia sólo les faltó aprender a volar para que la gente se diera cuenta que héroes. Ellos lo reconocen. “Muchos creen que somos meros colocadores de vacunas o que sólo sabemos acomodar las chatas de los pacientes. Pero nuestro trabajo es fundamental y lo demostramos siempre, no sólo en este tiempo”. Y si hay algo que repiten con orgullo a la hora de mostrar la valía de su labor es la palabra vocación. Son los enfermeros y enfermeras de Tucumán que se jugaron la vida para enfrentar al coronavirus, y varios fallecieron en la batalla.

La licenciada Norma Iglesias es la titular de la Dirección de Enfermería de la provincia, dependencia que se creó en abril de 2019. “La pandemia fue una oportunidad de empoderarnos, de reinventarnos y de ayudar a los tucumanos. Debíamos tener mucha vocación, pero vencimos todos los desafíos. Desde marzo del año pasado estuvimos en la calle, los enfermeros salimos a enseñarle a la gente a ponerse el barbijo, estuvimos en las fronteras, en los aeropuertos, en las guardias febriles. Enfermería cumple un rol muy importante”, explicó. “De esta pandemia vamos a salir trabajando todos juntos, nos capacitamos, acortamos distancias, unimos vínculos, con pasión hacia nuestra profesión. Al principio había temor e incertidumbre por no saber lo que sucedía, pero logramos convencer a todos de la importancia del trabajo. Acompañamos en los procesos, sobre todo en el manejo del paciente covid, en toda la provincia, desde el interior hasta los hospitales centrales”, afirmó. Y agregó: “queremos humanizar los cuidados, nosotros estuvimos siempre en los servicios críticos, establecimos vínculos con las familias. Fue un trabajo muy intenso, con mucho compromiso, y jamás dejamos de hacerlo”.

En la provincia, en el sistema público hay 6.000 enfermeros, 1.000 de los cuales entraron en tiempos de pandemia. Tucumán es una de las pocas provincias que cuenta con dos escuelas de enfermería, una de la UNT, y otra del gremio de ATSA, por lo que quienes egresan de ellas salen con el título de licenciados.

Momentos dolorosos

Iglesias relató que lo más duro que les tocó pasar fue la pérdida de compañeros y de familiares. “Trabajamos frente al dolor y a la muerte, pero el enfermero tiene que brindar soluciones y mantener el equilibrio emocional. Somos la primera línea de batalla. Los que hacemos hisopados, recibimos a los pacientes en los consultorios febriles, los acompañamos en la hospitalización y también los vacunamos. Por eso es importante que la comunidad conozca nuestro trabajo”, aseveró. “En estas circunstancias fue muy difícil mantener ese equilibrio emocional. Por el tipo de enfermedad vimos pacientes que estaban muy solos y nosotros los acompañamos. La vida no es perfecta, hasta la muerte nos deja enseñanzas y por eso pedimos el acompañamiento de la comunidad”, agregó. Iglesias recordó que hubo enfermeros que debieron alquilar habitaciones para evitar contagios en su círculo familiar. “Muchos se separaron de sus familias, donde había gente inmunodeprimida. Pasamos muchas cosas difíciles, pero también tuvimos alegrías, como ver a los pacientes que salían con el alta médica después de haber luchado tanto”, explicó. Y según ella, a pesar de destacar el constante apoyo de la ministra Rossana Chahla, sabe algo de lo que se debe aprender de esta pandemia es de la cuestión salarial, relegada en muchos casos. “Muchos de nosotros tienen dobles trabajos, es un tema que hay que resolver. Cuando sale de su casa tiene hijos chicos y cuando vuelve ya son adolescentes. Perdemos muchas cosas de nuestra familia, pero sabemos que esta es nuestra vocación, uno asume el compromiso y brinda atención las 24 horas”, explicó.

Otra realidad

Con 26 años como enfermera, Iglesias afirma que jamás se imaginó tener que enfrentar una pandemia. “Cuando estudiábamos veíamos las fotos de las pandemias, la gente con barbijos y pensaba que era algo lejano, que no nos iba a pasar. Tenemos muchas incumbencias”, dijo.

Iglesias también recordó el trabajo que debieron hacer cuando comenzó la campaña de vacunación. “Fue un enorme desafío. Al principio había una sola vacuna, y hoy tenemos siete. Debemos acompañar a la gente, sacarles las dudas, llevarles calma. Cada grupo etario era diferente, sobre todo con las personas con enfermedades de base. Todo esto fue un enorme sacrificio para nosotros. Siempre basados en la paciencia, la cordura y el respeto y equipos, y trabajando en equipos. Siempre pensamos que lo bueno se mantiene y lo malo se corrige. La salud no es una ciencia exacta, pero sabemos que estamos haciendo historia”, finalizó.

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