Un Tucumán más limpio es tarea de todos

Se mire a donde se mire, hay residuos. Cada envoltorio de caramelos, cada botella o cada bolsa de basura rota y tirada en la calle tuvo una historia que terminó allí, en el suelo. Es loco pensar que todos esos plásticos que vemos, probablemente no se degradarán hasta que muramos; de hecho, se estima que aún no se han reducido los primeros plásticos, surgidos en la década del 50.

Algunos residuos con los que te topás en la calle ya llevan años o décadas allí. La responsabilidad es nuestra, y como ciudadanos nuestro deber es revertir el mal que le hemos hecho al ambiente. Para ello, es imprescindible realizar acciones concretas. Ayer se celebró el Día Mundial de la Limpieza, con el objetivo de concientizar a las sociedades sobre el ambiente y el buen manejo de los residuos sólidos. La participación social es indispensable.

Por eso, en Tucumán se realizaron diferentes actividades de limpieza y recolección de residuos en la vía pública, además de ecocanjes. “Tenemos que ser conscientes, como ciudadanos, de que la responsabilidad de los residuos es individual, más allá de la responsabilidad estatal sobre la recolección y limpieza”, resume María Celeste Vales, coordinadora de Políticas Ambientales de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. En cooperación con el Ente Tucumán Turismo y recuperadores urbanos, se preparó un stand de ecocanje en las cercanías del Museo de la Industria Azucarera (MIA), en el parque 9 de Julio, para que los vecinos acercaran sus objetos reciclables a cambio de plantines y tierra compostada. Allí también se realizó la plantación de 10 fresnos.

Trabajo conjunto

Desde temprano un grupo de recuperadores urbanos acicalaron el principal pulmón verde de la capital. “Vinieron familias, chicos en auto y nos ayudaron a limpiar. Ha venido gente que traía su bolsita, juntaba basura, volvía y se llevaba su plantita”, cuenta Verónica Cruz. “Estuvimos dos horas limpiando”, aclara su compañera Sandra Torres, en diálogo con LA GACETA.

Al mismo tiempo, en El Cadillal y por iniciativa del Ente Tucumán Turismo, voluntarios realizaron una intensiva limpieza de residuos en ese destino turístico. “Es el cuarto año que se realiza esta movida en la provincia. La idea es concientizar a la gente sobre la cantidad de residuos que generamos diariamente”, explica Maria Agostina Torti, ambientalista miembro de Agenda Ambiental Tucumán. “Se está reduciendo el volumen de residuos, es menor al año anterior. La idea es tratar de disminuirlos a la menor cantidad posible”, aclara.

“La actividad tiene un tinte casi simbólico, porque lo que podemos juntar 50 o 60 personas no es representativo en relación a la cantidad que se genera, pero el hecho va más allá. Consiste en enviar un mensaje a las personas, y decir ‘mirá lo que estamos generando’ o ‘estamos contaminando el planeta’”, cuenta Julián Sorroza, de la misma agrupación, sin soltar su recogedor y su bolsa ya llena de basura. Y hablamos de basura, porque es basura todo lo que no tiene una disposición final, es decir, lo que no se recicla.

“Tucumán es una provincia que genera muchos residuos y limpia poco. En relación a años anteriores, sí se ve un aumento de la conciencia, pero el problema es que esto no es suficiente. Se necesita apoyo de los gobiernos y las grandes empresas”, añade el joven.

Generar un cambio

Es realmente triste ver un espacio como el parque 9 de Julio o El Cadillal lleno de basura. “Es muy importante, cuando uno llega a un destino, ver la limpieza y el orden del lugar, y que el ciudadano esté concientizado respecto a esta problemática”, asegura Fernanda Runco, responsable por Turismo de la actividad en el parque. “Los ciudadanos somos responsables. Debemos empezar desde nuestra casa y en las escuelas. La sociedad tiene que generar ese cambio en relación a los residuos”, remarca.

“Qué importante sería que los tucumanos aprendamos un poquito a cuidar el ambiente”, resalta Cruz. No cuesta nada brindar un ratito de tiempo en pos de la madre naturaleza, que tanto nos ha regalado. “Invitamos a participar a todos, de esto se trata la sensibilización. Esta es una iniciativa linda, una experiencia interesante”, anima Agostina.

“Todo lo que está acá (señala Julián al suelo) es, a priori, una potencial materia prima para algún producto. Hay que entender que el problema no está basado en las tareas que se puedan hacer, ni en la tecnología a desarrollar... Lo que se necesita es un cambio filosófico y hasta te diría cosmológico. Hasta que las personas no interioricen la importancia de cuidar el lugar dónde viven, y hasta que no puedan visualizar lo que se viene, no va a haber cambios. Y la ONU ya lo advirtió: si la temperatura del planeta aumenta dos grados, el pronóstico es incierto”.