Seis meses después de la pelea, ahora se verán en las internas

Seis meses después de la pelea, ahora se verán en las internas

Manzur continuará con las reuniones en el interior, mientras Jaldo reunió a sus simpatizantes capitalinos en un club. Qué se pone en juego en uno y en otro sector del peronismo tucumano.

HABILITADOS. El 12 de septiembre habrá unos 27.000 adolescentes en condiciones de acercarse a las urnas para sufragar. HABILITADOS. El 12 de septiembre habrá unos 27.000 adolescentes en condiciones de acercarse a las urnas para sufragar.

Seis meses atrás ni el más díscolo de los peronistas preveía un escenario de quiebre dentro del Frente de Todos. A una semana de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), el gobernador Juan Manzur y su compañero de fórmula, Osvaldo Jaldo, mantienen el distanciamiento político e institucional y dirimirán fuerzas en las internas. Uno como precandidato a senador suplente; el otro como postulante en primer término para diputado nacional.

El momento de la verdad se aproxima. Lealtad Peronista y Todos por Tucumán, las listas que lideran Manzur y Jaldo respectivamente, velan sus armas para la contienda del domingo 12. El gobernador continuó ayer su recorrido por distintos puntos del interior, con el fin de renovar promesas y de sondear el estado de ánimos electorales de los ciudadanos.  “El peronismo que respeta y que no insulta ni agravia representa a Juan Manzur y el 12 de septiembre vamos a tener un gran triunfo”, indicó el mandatario, durante un acto en Alderetes, territorio del intendente jaldista Aldo Salomón. El gobernador intenta no dar pasos en falsos en el discurso para no causar irritaciones populares que después resultan difícil de remontar. Aún está evaluando la conveniencia de cerrar la campaña con figuras nacionales (ministros nacionales, dirigentes peronistas y sindicalistas de la CGT) el próximo jueves en el Hipódromo. Sí tiene previsto ir a Banda del Río Salí (zona de otro jaldista, Darío Monteros) y, probablemente, a Monteros, de donde son Juan Antonio Ruiz Olivares y Regino Amado, legisladores muy cercanos al vicegobernador.

“El Peronismo Verdadero será el que va a frenar este afán desmedido del gobernador Manzur de querer modificar la Constitución, para ir por la re reelección y tomar por atropello las instituciones. Somos los únicos que podemos frenarlo, este es nuestro compromiso con todos los tucumanos”, arengó ayer en Central Córdoba el titular de la Legislatura en un acto que podría ser el cierre de campaña de ese espacio en la Capital. Jaldo evalúa también hacer otras convocatorias antes de las PASO del domingo que viene. Probablemente su lista cierra sus actos en el Oeste en dos escenarios probables: Monteros o Famaillá, el municipio gobernado por el manzurista José Orellana. En el Este, a su vez, el mitin será en Banda del Río Salí. No se descarta otra en Capital.

La interna no será sencilla. Manzur quiere frenar los intentos de sucesión de Jaldo para 2023 y ser él el gran elector. El vice, a su vez, busca consolidar su estructura, pensando más en las lecciones de dentro de dos años. Una dura puja de poder justicialista.

¿Qué espera manzur de las paso?

La estrategia del “gran elector” de la provincia

Seis meses después de la pelea, ahora se verán en las internas

Juan Manzur apostó fuerte a su lista Lealtad Peronista  para enfrentar al jaldismo en las primarias del próximo domingo. El gobernador quiere convertirse en “el gran elector”, ese dirigente que además de conducir la provincia y el distrito local del Partido Justicialista quiere conservar el poder de voto para la nominación de los futuros candidatos oficialistas de Tucumán, incluyendo a la fórmula que el Frente de Todos puede llegar a presentar en las elecciones de 2023. De allí la pelea con Osvaldo Jaldo que, anticipadamente, se anotó en la carrera por la sucesión.  Manzur, según dicen sus colaboradores, juega con la ansiedad del vicegobernador, mientras sigue tejiendo alianzas a nivel nacional.  En los debates organizados por LA GACETA, sus precandidatos han dicho que la Casa de Gobierno no busca ni la reforma de la Constitución provincial ni la reelección gubernamental. Pero el signo de interrogación permanece abierto, según como se presente el futuro político e institucional de la provincia, además del resultado electoral.  

La proyección del consultor oficial: tres a uno

Desde que el sociólogo Hugo Haime planteó el probable resultado de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PAS0) en el Frente de Todos, dentro del manzurismo se consolidó la frase lanzada en el sondeo: tres a uno. A prima facie, los allegados al gobernador hacen cálculos que señalan que Lealtad Peronista puede llegar a obtener entre 290.000 y 330.000 votos en toda la provincia, dependiendo del grado de participación de los ciudadanos habilitados a votar el próximo domingo. Manzur le ha tirado todo el peso del aparato al conductor de la Legislatura y es probable que lo siga haciendo durante el transcurso de esta semana, si es que considera necesario que los actos de cierre cuenten con figuras estelares del escenario nacional.  

Jaldo, el opositor

Todos los discursos de Manzur intentan mostrar a Osvaldo Jaldo en la vereda opositora. Desde la interpretación de las conductas con la embestida hacia la gestión del Poder Ejecutivo, pasando por la estrategia de cooptar dirigentes, hasta la gestualidad de los colores elegidos en la carterlería de Todos por Tucumán. El gobernador necesita consolidar su administración de Gobierno porque todavía le quedan dos años de mandato. Una buena elección interna implicará un espaldarazo hacia su gestión y hacia su rol de conductor del PJ. De hecho, ha decidido autonominarse como jefe de campaña frente a todo lo que se pone en juego. Ese mismo rol tendrá que cumplir luego de las PASO y mirando hacia los comicios del 14 de noviembre. Para entonces, el Frente de Todos en Tucumán necesita mostrar que la jurisdicción seguirá siendo mayoritariamente justicialista.

¿Cuáles son las expectativas de Jaldo?

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la premisa: ser la segunda lista más votada de las primarias
Osvaldo Jaldo no tiene dudas de que Todos por Tucumán será la segunda lista más votada entre todas las estructuras que participarán de las PASO del domingo que viene. En su búnker se señala que, de acuerdo con los sondeos que ellos manejan, están muy cerca de la nómina Lealtad Peronista. La apuesta de cajón es alcanzar los 150.000 votos (un 15% del padrón general) como primera aspiración. Pero la apuesta de máxima se alcanzar 180.000 sufragios en todo el territorio provincial. De esa manera, en los cálculos jaldistas, el manzurismo se quedaría con un nivel de entre 220.000 y 240.000 sufragios en las internas, con lo que se completaría el 40% de piso para las elecciones del 24 de noviembre.

La pelea contra el aparato y contra la oposición

Peronismo Verdadero, el espacio que lidera el presidente de la Legislatura, no pierde de vista que la pelea electoral será contra el aparato que encabeza Manzur, en base a la fortaleza del presupuesto provincial y en base a su rol de conductor del distrito Tucumán del Partido Justicialista. Además, el gobernador ya ha puesto en evidencia que no escatimará en reclutar a la dirigencia nacional para que lo acompañe en el último tramo de la campaña. “Siendo la primera minoría, podríamos decir misión cumplida”, señalan en el jaldismo. Respecto de la oposición, los dirigentes que acompañan al titular de la Cámara apuntan que, mirando por caso a Juntos por el Cambio, habrá cierto reparto de porcentajes que evidenciarán que la interna será muy dura en ese espacio. “Ellos, de cajón, cuentan con un 30% de piso electoral. Así, creemos que se repartirán por partes iguales, lo que a nosotros nos dejarían con cierta fortaleza política mirando más allá de los comicios de medio turno”, razonan.

Se parte la sandía y ahora hay que ver cómo quedarán las proporciones a repartir

En el jaldismo afirman que el mayor desgaste electoral lo tendrá que hacer la Casa de Gobierno, a partir de la relación institucional, política y financiera que condiciona a gran parte de los intendentes y de los comisionados rurales. “Lo que no nos dieron a través del clamor por la unidad, intentaremos conseguirlo por la voluntad popular”, remarcan los estrategas de la Legislatura. Hay otra situación que también los alienta y es que el gobernador Juan Manzur no podrá mostrar abiertamente que el piso electoral de 40 puntos del Frente de Todos no le pertenece exclusivamente. “Si miramos el mapa electoral,  podríamos deducir, por ejemplo, que hay al menos 750.000 sufragantes que no acompañan al gobernador, por distintos motivos”, puntualizan. Frente a esa situación, dicen que hay que esperar hasta el domingo para ver qué porción de la sandía le tocará.

Pasado: el nuevo Ombdusman, la excusa del conflicto

A principios de marzo se produjo un cortocircuito en la fórmula gubernamental que terminó con la ruptura del bloque oficialista en la Legislatura. El gobernador Juan Manzur había solicitado que Fernando Juri Debo continuara en la conducción de la Defensoría del Pueblo. El planteo del titular del PE fue resistido en la Cámara. Tanto el vicegobernador Osvaldo Jaldo como los parlamentarios que quedaron en el bloque Justicialista de Todos consideraron que no estaban de acuerdo con la imposición y optaron por votar a uno de sus pares: Eduardo “Lalo” Cobos. Ese hecho fue la excusa para el divorcio entre Manzur y Jaldo.

Presente: sin diálogo, pero con redes de interconexión peronista

Dicen que en estos seis meses no hubo diálogo entre ellos. Sin embargo, hay quienes comentan que, al menos se concretó una llamada telefónica y no en buenos términos. Juan Manzur señala que no tiene qué decirle a Osvaldo Jaldo y éste último tampoco ante la negativa del gobernador. Incluso, cuando se ausenta el jefe del PE se comunica por nota a la Cámara que Jaldo queda a cargo de la gobernación, pero no pisa la Casa de Gobierno. No obstante, entre legisladores manzuristas y jaldistas sí hay charlas y la búsqueda de consensos para que la sangre no llegue al río en el PJ.

Futuro: la intermediación de la Casa Rosada, tras las PASO

Cualquiera sea el resultado de las PASO dentro del Frente de Todos, las diferencias entre manzuristas y jaldistas continuarán, aunque desde ambos espacios tendrán que cumplir con un compromiso asumido con la dirigencia nacional: garantizar, al menos, las bancas en juego en las elecciones del 14 de noviembre. Todo parece indicar que los enviados de la Casa Rosada y del Instituto Patria pueden llegar a dirimir el actual enfrentamiento y, al menos, asegurarse de que haya una tregua en el distrito Tucumán, por lo menos hasta que pasen los comicios de medio turno. En el peronista señalan que el partido puede doblarse, pero no romperse.

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