21 Julio 2021
El vuelo exitoso de Jeff Bezos lo puso -a él y a su empresa, Blue Origin- al frente de la competencia con Virgin Galactic, del también multimillonario Richard Branson, por el nicho de los viajes cortos al espacio.
A medida que crece el interés por el turismo espacial, también aumentan las comparaciones.
Blue Origin prevé que el cohete New Shepard, sea lanzado verticalmente, y la cápsula en la que van los pasajeros se desprenda en vuelo hasta alcanzar 100 km de altura, antes de volver a caer a la Tierra colgada de tres paracaídas. Los propulsores de la nave se alimentan con hidrógeno y oxígeno líquidos, sin emisiones de carbono.
La idea de Branson es más sencilla: así como los aviones van de un punto a otro de la Tierra, propone que hagan lo mismo, pero en el espacio. Para ello, Virgin Galactic utiliza una aeronave de carga a reacción que levanta la nave espacial VSS Unity, hasta unos 15 km. Entonces, Unity se suelta y enciende el motor para impulsarse hasta los 80 km de altitud, para descender planeando. En ambos casos, hasta seis pasajeros pueden dejar sus asientos para flotar en ingravidez y admirar la curvatura de la Tierra.
En su viaje de ayer, el New Shepard llevó a los astronautas durante cuatro minutos por encima de la línea entre la atmósfera y el espacio, antes de caer hacia la Tierra. Branson y su equipo estuvieron ingrávidos sin cinturones durante 157 segundos (2,6 minutos).
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