Un libro infantil hecho entre madre e hija

Armar un jardín sin que mueran las plantas, tener un hijo y escribir un libro... El año pasado, Lourdes Ganin actualizó las máximas del poeta José Martí para llevar una vida plena. Un esfuerzo importante si sumamos haberlo hecho en plena pandemia.

Desde principios de 2020, la conductora de “Vivo” (por Telefe) supo darle la vuelta a tantos cambios que trajo la cuarentena para apostar por la creatividad y un llamado para los chicos. El resultado fue “Historias para crear e imaginar”, un libro en el cual las charlas cotidianas, el caos de la rutina y las manualidades que hizo con su hija mayor Antonia (de cinco años) se volvieron cuentos. Esta semana, tras su presentación en la librería Libro de Oro, la autora nos cuenta sobre la propuesta. Hecha con la comprensión y el cariño entre padres e hijos.

- ¿Cómo se gestó la idea de crear un libro destinado a los más pequeños?

- En 2020, con la pandemia, quedé fuera de algunos proyectos profesionales y apareció la frustración del “¿qué hago ahora?”. Además, me costaba permanecer tanto tiempo en casa por el home office y justo estaba embarazada de Pietro (ocho meses), mi segundo hijo. Fue una sumatoria de emociones y cambios que causaron una movilización interna. Sentí que había tocado fondo en lo personal y necesitaba conectar con lo creativo. En paralelo, todas las noches teníamos la costumbre con Antonia de inventar historias. Estas eran producto de ese mundo que vivía en el encierro y por la covid-19, y de nuestras ganas por generarle buenos recuerdos. Para canalizar mi ansiedad, salía a caminar mucho y ahí repasaba en la cabeza las conversaciones que habíamos tenido. Un poco como juego, esos relatos fueron tomando forma y -al final- resultaron ser una solución sanadora para mí.

- Al abrir el libro, ¿qué contenido podemos encontrar?

- “Historias para crear e imaginar” trae nueve cuentos, cada uno acompañado de actividades para fomentar el universo cognitivo y sensorial de los niños. Hay ejercicios para dibujar, estimular la motricidad fina, practicar mindfulness, y charlar sobre inclusión. Las ilustraciones fueron hechas por la artista Isabel Reyes Zeballos (@isabelinna).

- ¿En qué se inspiran estas historias narradas de a dos?

- Los disparadores fueron las vivencias diarias y dentro de casa por el confinamiento. Cualquier padre que tenga hijos en preescolar puede identificarse con los cuentos porque también responde a las curiosidades y las preguntas propias de la edad. Precisamente, uno de los objetivos era generar también esa empatía entre los adultos. Por ejemplo, “Volver a casa” refleja los berrinches que los chicos pueden hacer cuando los pasamos a buscar del hogar de un amigo y lo estaban pasando bien. Al finalizar, esta historia trae consignas de relajación y herramientas para trabajar la respiración y bajar un poco la intensidad. No desde el reto, sino a partir de la conexión con lo que ese niño siente. Otro relato trata sobre la llegada de un hermanito y puede ser el puntapié para charlar el tema o explicar que hay muchos tipos de familias.

- ¿Hay por igual escenas o postales que nos remitan a Tucumán?

- Si, hay un cuento sobre la caña de azúcar, porque cuando llevaba a Antonia al jardín siempre pasábamos por cañaverales y ella me preguntaba algunas cosas. Es valioso chequear qué tanto saben los chicos sobre su entorno. Además, lo cotidiano está lleno de grandes acontecimientos para ellos, solo hay que prestar la atención suficiente. Otro de los relatos es “Verano en el jardín de Jacinta” y se basó en una tarde en la cual Antonia empezó a hablarle a los caracoles que había en nuestro patio. En ese instante, el perro del vecino cruzó la tapia y su imaginación se activó. Bastó un “¿qué pasaría si ambos animales se hicieran amigos?” para habilitar un universo de fantasías.

- Otra novedad es el uso de los recursos digitales, ¿qué incorporaste al respecto?

- Hay dos cuentos con código QR para disfrutarlos en formato sonoro. Fueron grabados en un estudio y traen viñetas recortables para pegarles un palito y que los pequeños puedan recrear las escenas a medida que escuchan. O armar otras anécdotas, con los mismos personajes.

- ¿Qué tan importante resulta fomentar la inventiva de nuestros hijos?

- Considero que la imaginación lo es todo. Cuando uno imagina, puede salir de ese mundo hostil en donde vive o mirar más allá de las transformaciones que pasan (como ocurre durante la pandemia). Ella nos permite pensar y construir nuevas realidades. El universo cognitivo de los chicos es amplio y, si nos “agachamos” y ponemos cara a cara con él, conectamos desde otro lado. Las lecturas son inspiradoras, les abren puertas a los pequeños y en ese ciclo también nos llegan e interpelan a los grandes.

- Muchas mujeres pueden identificarse con vos al estar sobrecargadas por sus empleos y el cuidado de los hijos, pero aún con ganas de completar sus metas personales. ¿Qué consejos les darías a ellas?

- El central sería que conecten con su motor interno y empiecen a concebir la maternidad de otra forma. Nos cansamos de escuchar cómo las madres tenemos menos tiempo y estamos limitadas por las necesidades de los chicos y el día a día. Hay ocasiones en que vamos a trabajar sin dormir y la carga emocional todavía pasa mucho por nosotras. Además, la culpa es un sentimiento que nos invade bastante. En mi opinión, las mamás debemos ser independientes desde lo emocional y económico, porque ambas cosas van de la mano y nos hacen tomar mejores decisiones. Este libro significó unirme con mi hija y obtener ese empuje para mantener mi independencia. De por sí, las mamás somos creativas porque nos tenemos que dar maña para cumplir con el trabajo o atender reuniones y que no se note el caos (me pasó de contestar llamadas importantes desde el baño porque la casa estaba dada vueltas). En ese sentido, somos como pulpos y esto es un plus para aprovechar. Es verdad que la falta de horas nos juega en contra; no obstante, de no tener la contención que necesitás en casa, siempre hay algo o alguien que te inspira, mueve y apoya.

¿Dónde buscarlo?

“Historias para crear e imaginar” está disponible en la librería y editorial Libro de Oro (Corrientes 532), con compras on line a través de www.librodeoro.com.ar. También podés conseguirlo contactándote con su autora a través de Instagram (@lourdesganin). La edad recomendada de lectura es de tres a cinco años.