Adriana Varela: “Yo nací con la música puesta”

Adriana Varela: “Yo nací con la música puesta”

El XXII Julio Cultural Universitario presenta hoy a las 20, en el Teatro San Martín y con entrada gratis (se pide donar leche en polvo), a la cantora de tangos que ofrecerá sus interpretaciones más icónicas.

Bien grave, profunda y envolvente es la voz de Adriana Varela cuando habla, tal como cuando canta.

Hace rato que “la piba de Avellaneda” -la más relevante de su generación- irrumpió en la música ciudadana con estilo propio, y de la mano de padrinos célebres. Ellos la ungieron, ella sintió que el tango la llamaba, y se entregó al mejor repertorio, a fuerza de talento y de carisma.

El XXII Julio Cultural Universitario recibe hoy a las 20 el teatro San Martín (avenida Sarmiento 601) a la gran cantante porteña con entrada gratis. Para la campaña Universidad Solidaria, se pide el aporte de leche larga vida o en polvo.

Popularmente conocida como La Gata Varela -a partir de un tango que compuso Cacho Castaña y que es su radiografía-, la artista empieza la entrevista por el principio, recordando sus inicios rockeros.

- Siempre contás que provenís del rock, hasta llegar a Prince y The Police.

- Con Los Beatles empecé a los 11 años. Me arrancaba los pelos con los de Liverpool. Estaba loca por ellos. Iba a un colegio de monjas donde no podía ni nombrarlos. Yo moría por ellos. Sigo haciéndolo, además, porque son clásicos que revolucionaron la música.

- Pero la identidad musical te llegó con la música ciudadana. ¿Vos sabías que te dedicarías al tango?

- Me tiré a la pileta. Jamás. Nunca me había detenido a prestarle atención. En casa no sonaba el tango. Mamá era fan de Edith Piaf, de Jacques Brel o de los boleros; papá, del jazz y del blues. El tango sólo lo recibía de algún vecino que ponía la radio a alto volumen. No entendía lo que decían las letras; era época de gritar el tango. Y yo estaba en otra.

- ¿En qué estabas?

- En otra profesión. Soy fonoaudióloga; atendía pacientes neurológicos. Empecé a investigar a través de la lingüística y del psicoanálisis con toda esta historia racional y académica. Con mi marido (tenista) en aquel momento estuvimos un año en Europa; él quería quedarse a vivir allá y yo, con culpa, le dije que quería volver. Soy la típica argentina insoportable, psicoanalizada desde los 70, peronista, de Avellaneda (e hincha de Independiente).

- ¿Y qué pasaba con la música?

- Con la música (yo nací con la música puesta) me pasó lo mismo. En los años 90, cuando empecé a investigar, el rock que a mí me parecía contestatario y despojado ya no estaba más, se había subido al mercado.

- Y apareció un duende Polaco.

- Eran cuestiones sincrónicas: lo veo al Polaco Goyeneche en la película “Sur”, de Pino Solanas. Me morí, igual que con Los Beatles. El Polaco era el mensajero que me hizo comprender la letra, y sentí que eso era mío también. Ahí empezó mi recorrido de la identidad, casi arqueológica, que nos pertenece a todos.

- Entonces te empoderaste en la música.

- No tuve miedo de mandarme. Por supuesto, con todo mi respeto hacia los grandes maestros. Justo llegué en el momento en que el tango no se escuchaba para nada ni era lo que es hoy, con tanto auge acá y en el mundo. Justo llegué cuando estaban, entre otros, el Polaco, Horacio Salgán, Leopoldo Federico, Atilio Stampone... ¡Todos mi amor! ¡Y todos me cobijaron! Por eso sería injusto hablar de un ambiente machista, porque los grandes fueron muy generosos conmigo. Me defendían, me cuidaban; yo para ellos era una piba. La verdad es que tuve una sincronicidad que me hizo empoderarme, pero con respeto. Los escuchaba, les preguntaba por la Buenos Aires que no habíamos vivido; conocí la bohemia a través de ellos.

- Seguro ya te dijeron que el machismo tanguero se deshace en tu cantar.

- Es lo más lindo que me pueden decir. Yo me identificaba con las letras de Joan Manuel Serrat, de Joaquín Sabina o de Silvio Rodríguez, y esta identificación femenina para mí es el premio más grande que tengo. Hace poco me pasó: mientras yo cantaba en escenario, se pararon las mujeres. Y cuando se paran las mujeres yo me muero.

- Mientras tanto, te diste el gusto de grabar, en 2018, un disco de rock, “Avellaneda”.

- Se llama así porque soy de ahí y quise homenajear a mis ídolos contemporáneos rockeros. Por lo tanto me pagué yo la producción, con dirección musical de mi hijo, Rafael Varela. Los invitados son Fito Páez, Ricardo Mollo, Pedro Aznar, Débora Dixon y Mariano Otero. Todos se ofrecieron; es un disco muy particular.

- ¿Cómo pasaste 2020?

- Fue duro. Y difícil hacer streaming, sin público a la vista. En dos años no laburé. Yo no soy rica; es un principio mío, sólo hago lo que me gusta. Tenía unos pesos ahorrados, pero además tenía compromisos en Europa en 2020 y este año, entonces estaba tranquila porque cobraría en euros. Pero no pudo ser. Se nos complicó mucho la vida. Eso sí, me cuido muchísimo. Estuve guardada en casa, y ahora ya con la primera dosis de vacuna. Y sigo cuidándome mucho porque más que mi vida me importa la de mis hijos. Esto de la pandemia puede seguir. No sabemos cómo es el futuro. Hay que aprender a tener templanza, a usarla cada día.

- ¿Qué vas a cantar hoy?

- Voy a cantar tangos muy entrañables; la lista la hice yo. No falta Sabina, porque con Joaquín somos amigos. Con él cantamos en Madrid, en la Plaza de Toros de las Ventas, “Afiches”, “Garganta con arena” y “La frente marchita”, una canción muy emotiva que él le escribió a una porteña desaparecida, sobre la cual me dijo: “esta canción es tuya Adriana” (sesea tal como Sabina y se ríe).

Varela resume su entusiasmo: “el público tucumano es lo más cariñoso que hay en el país; y esta noche, además, vuelvo al escenario del teatro San Martín, que es donde debuté en Tucumán, y este es mi primer viaje desde que comenzó la pandemia. Con todos los cuidados sanitarios desde ya, porque nos aíslan. La verdad es que tengo que agradecer profundamente la oportunidad de este concierto”.

En escena  
La cantora se presenta junto al trío de músicos que siempre la acompaña

“Voy con mi power trio”, le dijo entre risas a LA GACETA Adriana Varela, la cantora que asegura que rockea el tango. Se trata de los experimentados Marcelo Macri en dirección musical y en piano; Horacio Avilano en guitarra y Walter Castro en bandoneón, que conocen en detalle el original fraseo de la cantante. Acerca del repertorio no adelantó títulos, sólo habló de una lista de composiciones muy entrañables. Entre tantos pueden caber de “Afiches” a “Balada para un loco”: de “Volver” a “Malena” y de “Desencuentro” a “Garganta con arena”.

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