Christian Boltanski fue el artista de la memoria y del archivo

Christian Boltanski fue el artista de la memoria y del archivo

Sus obras que luchan contra el olvido, recorren el mundo. Instalaciones.

“RESERVA DE SUIZOS MUERTOS”. Cientos de cajas metálicas con fotos. “RESERVA DE SUIZOS MUERTOS”. Cientos de cajas metálicas con fotos.
15 Julio 2021

La obra de Christian Boltanski está atravesada por el conflicto permanente entre memoria y olvido, lo presente y lo ausente. La condición humana y la inevitabilidad de la muerte persiguió sus reflexiones desde temprano en su carrera artística.

Casi con humor le gustaba asegurar que su trauma era su fecha de nacimiento, en 1945, cuando concluía la Segunda Guerra Mundial. Por tanto, su vida estaría marcada por la muerte, afectada por el holocausto. Pero además por los distintos genocidios, ante los cuales no podía ser indiferente.

Su fallecimiento ayer, a los 76 años, no pasó inadvertido en el mundo artístico. Pocos como él han expuesto en tantos países y sus instalaciones han llegado en distintas oportunidades a la Argentina. Actualmente estaba participando en la BienalSur, que se inauguró recientemente en Salta.

El drama humano del holocausto (al que también llevó al cine), la guerra y las persecuciones se manifiesta en sus proyectos como ambientaciones y puestas en escena a partir de la acumulación de objetos cotidianos, creando archivos diferentes, donde el cuerpo sólo aparece con la presencia del público, que a su vez se integra a la obra. El concepto de archivo planteado en oportunidades como nicho es central en cualquier análisis de sus trabajos.

Precisamente, reconoció que el arte conceptual le sirvió como punto de partida en su carrera.

“Parábolas mudas”

Utilizó fotografías, antiguas cajas de metal de galletas, proyecciones de los rostros de los muertos, retratos, cualquier herramienta para provocar emoción. “Uso un medio u otro en función de lo que quiero contar pero no establezco diferencia entre si es un teatro de sombras o una instalación con toneladas de ropa. Si quiero contar algo busco la mejor manera de hacerlo. Lo que me interesa es plantear preguntas sobre la vida y al hacerlo transmitir una emoción. Las preguntas son siempre las mismas pero lo que cambia es la manera de presentarlas. Son parábolas mudas hechas con medios contemporáneas. Me propongo contar historias a través de imágenes visuales. Hablo de cosas efectivamente muy simples, comunes a todos. Intento que la gente se olvide que es arte y piense que es vida”, explicaba a los distintos medios de comunicación y en sus infaltables conferencias en cada país que exponía.

En 2012 llegó a Buenos Aires a buscar locaciones para plantear site especific, espacios que después usó en diferentes instalaciones. 

La agencia Télam cuenta que durante la ocupación nazi su familia se ocultaba en un altillo, pero el trauma vivido por esta pareja mixta, padre judío y madre cristiana, marcó a fuego al autor, llevado al límite de no participar de la vida habitual de cualquier chico; no asiste a la escuela, y sale solo por primera vez a los 18 años.

Interpretaciones

“Cuando hice el trabajo del Grand Palais hubo gente que lo relacionó inmediatamente con el Holocausto, pero a otros muchos les hizo pensar en el terremoto de Haití que acababa de ocurrir y las dos interpretaciones me parecen bien. Una buena obra nunca se puede leer sólo de una manera”, le dijo a la agencia DPA en una entrevista internacional.

En Tecnópolis el dispositivo “Le coeur”, como un consultorio médico donde se grabaron los latidos de los visitantes-donantes, sumó 12.000 latidos a los 45.000 previos ya guardados en “Achives du coeur”, un reservorio mundial de latidos del corazón de personas de diferentes latitudes, que el artista almacenaba en una isla del Japón.

En 2017 presentó la videoinstalación “Misterios”, en el Museo Nacional de Bellas Artes. Allí retrató su proyecto realizado en Chubut donde capturó el sonido del viento patagónico, e “Interferencias”, que reunió obras del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo (Mamco), de Suiza.

En la segunda edición de la BienalSur (2019) exhibió un work in progress, “Draw me a flag”, en Buenos Aires y en Río de Janeiro en simultáneo.

En el Pompidou

En 2020 el Centre Pompidou le dedicó una exposición, “Faire son temps”, concebida como una gigantesca obra única y, a la vez, una retrospectiva. La exposición estaba planteada como una historia real, como un gran movimiento, recordó ayer su colaborador Bernard Blistène, que había trabajado con él durante 40 años.

El evento abrió con un impacto visual: un video de un hombre sentado vomitando. Video que narra el encierro vivido por su familia durante la guerra y los años que siguieron, imbuido de la omnipresente historia de la Shoah.

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