“Los dueños no suelen ser conscientes del potencial agresivo de sus perros”

“Los dueños no suelen ser conscientes del potencial agresivo de sus perros”

Prevenir las conductas violentas de los animales es clave para evitar accidentes o ataques.

RAZAS PELIGROSAS. Según los expertos, la carga agresiva de un animal se configura en menor medida por su genética que por su crianza. RAZAS PELIGROSAS. Según los expertos, la carga agresiva de un animal se configura en menor medida por su genética que por su crianza.

Los vecinos los miran con desconfianza y con temor, pensando que en cualquier momento los puede atacar. Los dueños, minimizan el asunto. Que es educado, que está bien enseñado, que nunca atacó a nadie, suelen decir. No atacan... hasta que atacan, siguen desconfiando los vecinos. Aún más, cuando los propietarios de perros potencialmente peligrosos, los dejan sin correa en el espacio público.

Estas situaciones suelen repetirse en barrios, en calles y en plazas. Y los descuidos suelen pagarse caros: con personas u otros animales heridos, o incluso peor. ¿Qué es lo que debe hacer cualquier persona ante el temor de que un animal, en general un perro, lo ataque? Correr y ponerse nervioso, lo sepamos desde ya, no facilita las cosas.

Hay cuentas que hacen los adiestradores más experimentados y sus balances no son muy alentadores respecto de la relación entre la cantidad de perros potencialmente agresivos y la capacidad de sus dueños de contenerlos y educarlos correctamente. Coinciden, además, en que la mayoría de las personas no son conscientes de los peligros que encierra su animal o que los subestiman.

“Somos cada vez más adiestradores y educadores caninos y recibimos cada vez más consultas, pero al mismo tiempo no ha crecido el número de perros en Argentina. Esto quiere decir que no estamos bien, porque cuando nos consultan es porque hay un problema. Y esa es una de las cosas que hay que empezar a cambiar: hay que prevenir las conductas agresivas de los animales, y eso se logra con dueños que saben educarlos desde el principio”, sostiene Pablo Capra, adiestrador y educador canino profesional, director de la escuela canina Selva (Buenos Aires), que cuenta con la certificación de la Asociación Internacional de Consultores de Conducta Animal (Iaabc).

Según el experto, muchas personas consideran que “por haber tenido perros toda la vida” -tal es la afirmación frecuente- saben cómo educarlo, cuando en realidad cuentan con pocas herramientas. “La mayoría de las personas esperan a que el animal haga algo que no quieren para corregirlo, y muchas veces lo corrigen de manera violenta. Eso provoca que el animal asocie el acercamiento de un humano con la agresividad y tiene dos respuestas: atacarlo o huir. Eso no es una buena manera de educarlos”, advierte.

“La gente no suele ser consciente del potencial agresivo de su animal o tiende a subestimar o creen que lo tienen controlado. Antes que nada es necesario aprender qué es un perro, cómo se cría, cómo se educa. Tomar aunque sea un curso básico de educación canina sería una actitud responsable”, recomienda.

Genética o crianza

Diana Inés Abascal es tucumana, veterinaria y especializada en etología clínica animal. Etología es el estudio del comportamiento animal y la etología clínica es una rama que se dedica a la prevención, diagnóstico y tratamiento de los trastornos comportamentales. “Intervenimos cuando hay un problema de comportamiento, pero también estamos para prevenir esos problemas: tanto como una vacuna previene enfermedades, una consulta de crianza adecuada previene trastornos comportamentales”, sostiene la profesional.

“Los dueños no suelen ser conscientes del potencial agresivo de sus perros”

Son dos los factores claves que intervienen en el desarrollo comportamental de los animales: el genético y el ambiental. Y no tienen la misma porción de la torta. “Lo genético contribuye en un 20 o 30% de la manera en la que se comporta el animal. El restante 70% u 80%, es el ambiental”, distingue. Es decir que la manera en que se lo educa y se lo cría es la que marca principalmente cómo será ese animal.

Algunos motivos más frecuentes por los cuales los animales tienen comportamientos agresivos son la disocialización (que no se haya criado con humanos), una mala jerarquización dentro de su manada en el caso de los animales que viven en grupo, el miedo, las reacciones defensivas. Pero también el dolor por patologías preexistentes, como una infección en el oído por poner un ejemplo.

“La gran mayoría de las personas que tienen animales agresivos no son conscientes de la peligrosidad que conlleva. Cualquier perro de más de 20 kilos puede convertirse en un asesino. Y no son conscientes de eso”, señala Abascal.

Los paseos, las salidas, interactuar con otros animales también son actividades claves que determinan que un animal sea capaz de socializar positivamente con humanos y con otros perros. “Pero tienen que ser salidas de calidad, permitirles que olfateen los rastros de otros animales, que hagan sus necesidades tranquilos. Veo personas que llevan a sus perros a los tirones, y eso no sirve y va moldeando su comportamiento”, explica Andrés Almonte, paseador canino, estudiante de veterinaria y adiestrador.

Hay también algo que, literalmente, viene desde la cuna y que condiciona el futuro comportamiento del animal. “La gente los separa de la madre a los 45 días e incluso antes. El tiempo con la madre es clave porque ella le enseña pautas de sociabilidad en el grupo”, finalizó Almonte.

Consejos de expertos
- Conserve la calma

Si un animal se muestra agresivo y quiere atacar, lo ideal es conservar la calma y moverse lo menos posible. El objetivo es no mostrarse como una amenaza, porque la situación puede empeorar y es más probable un ataque. Evite el contacto con animales visiblemente agresivos.

- Consulte

Si tiene un animal con un comportamiento agresivo repentino y no habitual, consulte de inmediato con un veterinario porque podría estar padeciendo alguna enfermedad de cualquier índole que le provoque malestar y agresividad.

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