Cartas de lectores III: la muerte de garde

Cartas de lectores III: la muerte de garde

23 Junio 2021

El 24 de junio de 1935, a las 15.10, murió Carlos Gardel. Tres meses después de filmar en Nueva York la película “Tango Bar” inició una gira que abarcaría Aruba, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Cuba y México. Luego de actuar en Medellín y Bogotá se dirigía a Cali. El avión F31 de la empresa Saco, en el que viajaba junto a otras 11 personas, aterrizó en Medellín para reabastecerse de combustible, mientras en la pista del aeropuerto esperaba su turno para despegar el trimotor Manizales, de la empresa alemana Scadta, con seis pasajeros a bordo. Cuando el F31 comenzó a carretear una maniobra inexplicable del piloto Ernesto Samper lo desvió hacia el Manizales. El impacto fue terrible: ambos aviones estallaron en llamas. El piloto alemán del Manizales, Hans Utrich, se pegó un tiro para no morir incinerado. Quince personas murieron y sólo tres sobrevivieron, con graves quemaduras. Gardel fue sepultado en Colombia, cerca de la tumba del famoso novelista Jorge Isaacs. En febrero de 1936 sus restos fueron repatriados y llevados al Luna Park para su velatorio, en medio de una lluvia de flores que la muchedumbre arrojaba en el trayecto. A la mañana siguiente una multitud nunca antes vista acompañó el ataúd hasta el cementerio de la Chacarita. Tenía 44 años. Compuso con la intuición más de un centenar de canciones que se incluyen ineludiblemente en el catálogo de las de mayor popularidad latinoamericana. Lograba transformar las letras más sensibles en un poema; era capaz de pintar lo que cantaba, hacía de cada canción un paisaje. Grabó 911 temas. Este eximio artista pertenece a un grupo muy exclusivo de cantores populares que no se han olvidado y cuya personalidad se ha impuesto en la memoria colectiva. El 19/9/2003 la Unesco declaró la voz de Gardel patrimonio cultural intangible de la Humanidad.

Luis Salvador Gallucci

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