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Es de mala educación decir “te amo” con la boca llena de mentiras o mientras se carga sobre la espalda algún secreto. En estas ocasiones, la piedra de mayor peso suele ser el engaño.
En un intento por dar luz verde a sus deslices, hay quienes les plantean a sus parejas vivenciar una infidelidad consentida. Es decir, que ellas les permitan acostarse -bajo circunstancias precisas- con alguien más. ¿Puede funcionar algo semejante?
“En un vínculo estable, conceptos como el touch and go y ‘permitidos’ suelen ser estrategias para atenuar (por miedo a ser juzgados) el deseo de iniciar algún tipo de relación no monógama”, comenta la sexóloga Mónica Guchea.
Para la especialista lo interesante es ver cómo las generaciones actuales incorporan estas propuestas sin tantos dramas anímicos ni mentales.
“A diferencia de épocas pasadas, los jóvenes y adolescentes lidian con relaciones menos rígidas y sin tantas etiquetas. Siendo claros, cuando hay consentimiento para acabar con la exclusividad sexual o afectiva (y el pedido perdura durante el tiempo) lo mejor es plantear sin vueltas el contrato poligámico que buscamos”, afirma.
La sinceridad
Aunque la idea de transgredir los límites deambule por la mente, abrir la pareja (una única vez o en varias instancias) es difícil.
“La unión de pareja está cargada de cierto egoísmo, necesidad de reconocimiento y sentimientos posesivos. Además, esto complica el disociar nuestras emociones de lo propiamente corporal. Entonces aparece gente que busca mayores libertades, pero rechaza o hierve de celos al ver que su pareja hace lo mismo”, declara el sexólogo Gabriel Callejas.
El resultado es que gran parte de los planteos acaban en la clandestinidad. “Para que la experiencia enriquezca la cama, la decisión debe charlarse en serio, cotejando reglas y consecuencias. Hay quienes aceptan cosas así por dependencia, temor a la pérdida o al conflicto. Al final, ellos se llenan de rencor, dudas y cuentas pendientes”, advierte Callejas, pronosticando la crónica de una muerte romántica anunciada.
Contame al oído
Cuando se encara desde la fantasía o el fetiche, la infidelidad se vuelve un incentivo erótico. En internet esto se conoce bajo las palabras cuckolding o cuckold.
Dicho recurso habilita a nuestra pareja a tener sexo con un tercero para que luego nos relate el encuentro. “El cuckold es una especie de acuerdo lúdico sexual y transporta a la realidad la fantasía de ver a quien amamos ser abordado por alguien externo”, detalla Guchea.
El placer aparece por ese feedback y los detalles explícitos que compartimos. “Incluso hay amantes que piden fotos, videos o capturas de los chats de coqueteo. Con esta modalidad la barrera se restringe a lo sexual, sin que ese otro se inmiscuya en la vida diaria”, aclara la sexóloga.
Infieles postmodernos
Al igual que pasa con la amistad o el amor, la noción de infidelidad aparece marcada por vivencias pasadas y muchos rasgos culturales. “Por dar ejemplos: hay sujetos que se sienten engañados porque sus parejas consumen pornografía. Mientras otros no se inmutan ante el beso y contacto estrecho de un desconocido en una fiesta”, explica Callejas.
Los sensores de “peligro” también varían conforme el género. “Según varios estudios, a las mujeres les resulta peor que sus parejas se enamoren de otra luego del sexo a que vivan un encuentro carnal fugaz por pura calentura”, afirma el terapeuta.
El esquema de pensamiento masculino es al revés. “Por costumbres ancestrales y prácticas patriarcales o vínculos cosificadores a los varones les pesa el doble los cuernos cuando se trata de coito casual de una noche”, agrega.
Por otra parte, mientras el modelo de familia se mantenga ellos suelen negar como affaires muchos de sus actos. “Esto lo vemos cuando para defenderse usan frases como ‘yo la amo y la respeto, es la madre de mis hijos. Eso fue apenas un impulso’”, señala Guchea.
De cualquier manera, ambos especialistas enfatizan que para aquellos dispuestos a ser infieles cualquier justificativo es válido. “Y al final de cuentas, una no es ninguna...”, dirá Christian Nodal en su mariacheño.








