“Se hicieron como perros: te ven y te siguen por el fondo”

“Se hicieron como perros: te ven y te siguen por el fondo”

Testimonio de una dueña de cinco gallinas: compañía, huevos frescos y protección.

COMO REINAS. En lo de Paula, las gallinas tienen un espacio privilegiado. COMO REINAS. En lo de Paula, las gallinas tienen un espacio privilegiado.
16 Mayo 2021

El amor, de por sí, es algo muy difícil de explicar. Y cuando se trata de animales, todavía más: va más allá de la raza o su inteligencia. Un claro ejemplo es el largometraje “Mi maestro el pulpo”, ganador del Oscar a mejor documental este año. En él, Craig Foster, cineasta y director (además de protagonista del filme) entabla una extraña y simbiótica relación con una pulpo. “Me enamoré de ella”, admitió.

Y es que la relación que se construye con otro ser vivo ya no conoce de especies: por esto las mascotas, hoy, son sobre todo compañía y amor para los humanos

Paula Montagner es tucumana, vive en la capital y tiene cinco gallinas. La historia comenzó así: hace unos años le regalaron a su familia una gallina para que la tuviesen de mascota. “Para que no esté sola le trajimos un gallo, porque pensábamos que se iba a poner triste”, recuerda. Allí la naturaleza hizo lo suyo y empezaron a reproducirse. En paralelo, decidieron comprar otros tipos de gallinas que eventualmente se cruzaron. El número comenzó a crecer y hasta hace unos días estuvieron regalando aves.

Son como perros

Cómo decía aquella vieja frase, “si tiene nombre no se lo puede comer”. Paula cuenta que todas sus gallinas tienen el mismo nombre: Cocó, elegido por su pequeña sobrina. Con el tiempo, todas las aves se fueron acostumbrando a vivir libremente en el jardín de la casa y “se hicieron como perros”: “te ven, te siguen por todo el fondo. No son tan cariñosas como un perro pero si te ven se acercan, te conocen la voz. ¡Hasta comen el alimento del perro y toman su agua!”, narra.

También huevos frescos

Al reproducirse, el volumen de huevos aumentó y, con el tiempo, Paula y su familia decidieron empezar a consumirlos. “Son distintos a los del supermercado. El color y el sabor son más concentrados; son ideales para hacer pastelería. Las masas salen hermosas”, remarca.

Pero aún continúan comprando huevos afuera: “en casa somos ocho personas, ¡pobres las gallinas! Sería explotación hacer que pongan todo el tiempo”, reflexiona. Además de tener huevos frescos, Paula relata que gracias a las aves, en casa ya no aparecen alimañas. “Matan a los ratones porque protegen sus huevos. No hay ningún tipo de bicho, ni alacranes ni nada de esas cosas. Ellas se comen todo”, asegura.

Montagner cree que esta nueva moda de tener gallinas en casa tiene que ver mucho con la ecología y la búsqueda por comer productos más naturales. “Se consume mucho lo que es orgánico; todo el mundo está con ese tipo de alimentación”, considera.

Por supuesto, recomienda a todos tener gallinas como mascotas. Sobre todo para poder compartir todo su ciclo de vida con ellas: “cuando tienen pollitos es todo un tema. Es super lindo para mi sobrina, por ejemplo, ver y compartir eso”, finaliza.

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