Covidiotas: la RAE encontró la palabra para definir a los que no cumplen las normas

Hay quienes aún aseguran que el coronavirus no existe. Y hay otros que dicen que aunque exista no es necesario cuidarse. Hay quienes sostienen que sólo se trata de una manera de atemorizar a la población. Y otros que afirman que se creó al virus como un negocio de los laboratorios. Y finalmente los que se niegan a cumplir las normas dictadas para evitar los contagios. Y muchas veces definir a este último grupo en una sola palabra se hacía difícil. Hasta que el imaginario popular los bautizó “covidiot” en inglés, y rápidamente se castellanizó como “covidiota”. Lo sorprendente es que rápidamente la RAE aceptó el adjetivo y lo incluyó en el diccionario.

"Me parece muy bien que la RAE haya tomado la decisión de incorporar el término covidiota al Diccionario histórico para su análisis", dijo la titular de la Academia Argentina de Letras, Alicia Zorrilla, quien explicó que estas iniciativas de los académicos surgen cuando un vocablo empieza a ser difundido por la sociedad. "La gente tiene necesidad de expresarse para paliar un poco los sentimientos provocados por la pandemia", sostuvo Zorrilla en diálogo con Télam al señalar que "el hablante proyecta sus sentimientos en las palabras que usa

Según Roxana Roxana Laks, licenciada en Psicología y magister en Sociología Aplicada y docente de la UNT, “la velocidad de los acontecimientos nos llevó, entre tantas cuestiones, a la generación de neologismos. Las expresiones no surgen de la noche a la mañana, necesitan ser representativas de una idea que sintetice el pensar y el sentir de grupos sociales. Covidiota parece ser uno de esos nuevos vocablos, aunque aún no se ha asentado en nuestro país con fuerza. La expresión ya tiene su recorrido en países hispanos y angloparlantes y la Real Academia Española la ha tomado, teniendo en cuenta que su empleo no ha sido generalizado”.

Para Isabel Requejo, doctora en Letras y docente de Lingüística Social de la UNT, “en esta pandemia mundial, políticos, medios y ciudadanos podemos crear palabras, asociaciones inéditas, adjetivaciones, intentando nombrar, definir situaciones vividas, miedos e incertidumbres que nos han transformado la vida desde marzo del 2020. La pandemia dejará huellas profundas a nivel de nuestra cotidianeidad, de nuestra subjetividad, de nuestro presente y futuro individual y social”.

Laks advierte que “el covidiota ya tiene su lugar en el diccionario como aquel que se niega a cumplir las normas de bioseguridad asociadas a la prevención del COVID 19. Pero la misma Real Academia Española define como idiota a una persona tonta, corta de pensamiento o también engreída. En realidad, este tipo de definición, para las circunstancias que estamos viviendo, haría más referencia a lo que denominamos “negador” que a una persona que no entiende o cree que vale más que los otros”.

Requejo advierte: “jamás usé ni usaré este término. Lo considero peyorativo. Palabra- síntesis que dificulta el análisis del por qué de las conductas de negación de la pandemia. ¿Un término que polariza y marca nuevos chivos expiatorios? ¿Procura erigirse en una marca identitaria de desprestigio? Pienso que jamás debiéramos  generalizar conductas humanas desde un mero adjetivo o palabra. Por múltiples razones: económicas, culturales, por disenso con políticas y/o políticos que reglamentan acciones de cuidado para disminuir avance de los contagios, un porcentaje importante de población decide no sólo no respetar esas medidas sino que hacen gala de su rebeldía”. Y agrega: “a mi criterio, no son signos de idiotez ya que son conscientes, razonados, pensados con finalidades explícitas”.

Laks explica que “el Sociólogo Daniel Feierstein hace un interesante análisis referido al concepto de “negación”, como parte de los mecanismos de defensa del ser humano que ha descripto el padre del Psicoanálisis, Sigmund Freud. Nuestro psiquismo es vulnerable a la gran cantidad de estímulos que permanentemente nos impactan, pero cuenta con los denominados “mecanismos de defensa” que no son otra cosa que la acción de protegernos ante la angustia y el sufrimiento. La negación, por lo tanto, nos defiende. Ante el covid pensamos que no nos afectará, o en todo caso será leve o asintomático, que somos fuertes o que no es tan severa la pandemia.  Pero este mecanismo terminó trascendiendo lo netamente individual y pasamos a negar al virus, al peligro, a la muerte, a la vida de los otros. ¿Qué nos pasó?”. Y ella misma responde: “Feierstein advierte que ante realidades catastróficas (guerras, pandemias, y tantas otras) una de las representaciones más comunes es justamente el “negacionismo”, pero no ya como auxilio psíquico, sino como una expresión ideológica y política de representaciones colectivas que se enlazan y aprovechan de este fenómeno del psiquismo con características similares pero centradas en el sujeto. La consecuencia de ello puede ser mortal.  El “covidiota”, entonces, no es un tonto ni carece de importancia su accionar. Es un vocablo que quizás tenga la intención de identificar a un sujeto anómico, pero ese sujeto está sin dudas atravesado por estructuras de poder. La batalla contra el virus necesita inexorablemente de la responsabilidad individual”.

Requejo expone una serie de frases de quienes descreen de la pandemia: " No hagamos caso a lo que nos quieren imponer”. “Vivimos una dictadura”. “Exijamos nuestra "libertad". "Esta pandemia es un verso”. “Los barbijos no protegen de nada”. “Las vacunas te pueden matar". “Medios de comunicación, figuras políticas o públicas convocan por redes a realizar acciones en contra de medidas sanitarias.  No los definiría como covidiotas sino más bien como grupos , sectores de clase social o partidos políticos que descreen no sólo de la pandemia sino que desalientan el cuidado mutuo, y muchas veces no valoran conductas de solidaridad y protección colectiva”, define la experta. Y cierra la idea: ¿Covidiotas? No. Negacionistas casi siempre a propósito.  Pre-científicos en medio del más dramático momento de esta pandemia. Tristemente sus discursos y conductas siembran dudas, sospechas, divisiones. Los diccionarios que incluyen esta palabra, definiendo personas,  cierran de este modo, la comprensión profunda de su causalidad”.