El mate que encontró mercado lejos de la Argentina

El mate que encontró mercado lejos de la Argentina

Kraayenbrink dice que la clave es hallar diferenciales en la experiencia de compra.

LOS KRAAYENBRINK. Forjaron el negocio afuera y luego en el país. LOS KRAAYENBRINK. Forjaron el negocio afuera y luego en el país.

¿Cómo un emprendedor puede convertirse en empresario sin dejar de ser emprendedor? Este juego de palabras es tan sutil como la diferencia que puede existir entre una persona que apuesta a su idea innovadora y la madura de otra que apunta a dirigir, ejecutivamente, un negocio para que sólo le de ganancias. Hace una década, Jeremy Kraayenbrink, decidió pegar el salto, junto en un emprendimiento familiar para venderle al mundo algo tan natural y tradicional de cualquier punto de la Argentina: un mate. Así se llama la empresa que hoy comercializa en 60 países de los cinco continentes.

Y la idea nació cuando su hermano, Jonathan se mudó a Polonia y una persona le preguntó si vendían accesorios para yerba mate. Era la oportunidad para dejar de vender otros productos, como dulce de leche o empanadas congeladas. “Afuera encontramos un nicho para vender no solo un producto, sino también una experiencia de compra”, dice Kraayenbrink a LA GACETA. El negocio se conjugó con otras dos cuestiones que identifican a un emprendedor: un trabajo flexible que permita viajar y conocer otros países, disfrutando de la vida haciendo algo que le apasiona. Había que buscar las fortalezas del emprendimiento. Jeremy señala que lo primero fue identificar el expertise de cada uno. Él es licenciado en Comercio Internacional y Jonathan, en logística global. Así exploraron mercados, rompieron las barreras de horarios y de idiomas y consolidaron, vía e-mail, su negocio en el exterior. Ese fue otro diferencial: venderle mates al mundo más que en el mercado doméstico.

Kraayenbrink, que será el primer invitado del Ciclo de 30 Conferencias para Emprendedores 2021 organizado por la Dirección General de Extensión y Relaciones Institucionales y por la Facultad de Economía y Administración de la Unsta, cuenta que -a contramano de cualquier negocio- arrancaron vendiendo en el exterior antes que en el país, con el fin de consolidar un diferencial de marca frente a tanta competencia local. ¿Qué hizo “Un Mate”? Sus cofundadores crearon una página en Facebook en el que sólo posteaban frases como “al mal tiempo, un buen mate”; “domingo de lluvias con mates” o una foto tentadora de un desayuno campestre. “Así se generó una comunidad grande, con más de 100.000 seguidores hasta 2013, que fue pidiendo el producto, mientras la gente del exterior veía el grado de confianza que había, internamente, en el producto”, relata. Así, en 2016, se enfocaron en el e-commerce hasta posicionarse como los número uno el rubro café, tés y mates en Mercado Libre, con 17.000 cuentas.

El próximo martes, a las 21, Jeremy Kraayenbrink inaugurará el ciclo de Conferencias de Tucumán Emprende de la Unsta.  El próximo martes, a las 21, Jeremy Kraayenbrink inaugurará el ciclo de Conferencias de Tucumán Emprende de la Unsta.

Kraayenbrink escribió un libro “Del querer al hacer” que será el eje de la charla virtual del martes a las 21, en una de las actividades libres y gratuitas (para inscribirse pueden hacerlo en https://forms.gle/SX1HqZXCXfBbaDES8) del ciclo Unsta Emprende.

Tips para los negocios

De su experiencia, dejó los siguientes tips para el desarrollo de un negocio emprendedor.

Un objetivo madre. Es clave porque sin él nos empujarán de lado a lado, según la corriente del día. Desde el primer día hay que tener flexibilidad y calmarnos frente a la ansiedad. Desde nuestra experiencia en Un Mate, no fuimos cerrando cualquier negocio, sino aquellos que consideramos que, a largo plazo, nos pueden marcar el rumbo. Tal vez si nos hubiésemos enfocado solamente en la Argentina, tendríamos más interacción o urgencias en el pedido, pero menos flexibilidad para el desarrollo del emprendimiento.

Ser pacientes. Nadie puede esperar que pongamos una semilla en la tierra, regarla dos días y al tercero nos dará frutos y, si no los da, dejemos de regar. Hay que regar, regar y regar con la confianza de que, en algún momento, saldrá la planta. Quiero decir que hay que dejar que se cimienten las raíces internas para que la planta crezca con solidez y sea más fuerte con el tiempo.

Optimismo. Ojo; no desde la ingenuidad de pensar que todo es positivo, sino que la cabeza se oriente a la búsqueda de soluciones. Si nos aferramos sólo a las malas noticias y pensamos que no podemos y no podemos, seguramente no podremos. Por el contrario, si nos enfocamos que sí podemos, nos llevará al cómo lo vamos a poder hacer. Así, la cabeza piensa más creativamente y surgen las soluciones.

Ser constantes y consecuentes con lo que decimos. Si cambiamos de parecer de un día para el otro, al cabo de dos o tres semanas, la gente creerá que no podrá confiar en nosotros y, así, se daña la credibilidad.

Mirar las tendencias anticipadamente. Cuando algo ya está de moda, es demasiado tarde. Uno tiene que empezar a leer las tendencias un pasito más atrás y darse cuenta de que no hace falta inventar la pólvora, sino agregarle valor a lo que ya existe, generando productos y servicios adaptados a los públicos.

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