Tucumanos en Israel: la Pascua Judía en medio de un panorama pospandemia

Aaron Kaliman Levy. Aaron Kaliman Levy.
02 Abril 2021

Camila Ferreyra

LA GACETA

Todos los años llega la época en la que las actividades religiosas, junto a sus símbolos y rituales, se vuelven parte del panorama cotidiano. El Pésaj, o Pascua Judía, es una de estas celebraciones.

El Pésaj inició la tarde del sábado 27 de marzo y se extiende hasta el domingo 4 de abril. De esos ocho días en los que se desarrolla, los dos primeros y los dos últimos son considerados sagrados y no laborables (28 y 29 de marzo; y 3 y 4 de abril). La fecha se ajusta al calendario gregoriano y varía de acuerdo a las fases de la luna; y además, se caracteriza por ser una de las festividades más importantes del pueblo judío.

Clara Feldman de Suchecki, tiene 70 años, de sangre tucumana, y vive hace 33 años en Israel, en un Kibutz (una comuna agrícola israelí) al norte del país. “Cuando me fui de Argentina, estaba pensando en darle un futuro a mis hijos” afirma. Con respecto a la celebración del Pésaj, comenta que la gente sale a diferentes lugares a pasar el rato, y que las familias se reúnen y se las invita a reflexionar.

Clara cuenta que el Pésaj tiene una preparación previa: la gente limpia sus casas para eliminar los restos de jametz, que son aquellos alimentos con levadura o harina de trigo que se prohíben durante la celebración, tales como panes, galletas, y cualquier otro resto de comida que pueda haber. A su vez, Feldman comenta: “La gente religiosa va a la Sinagoga, y donde yo vivo se come en un comedor, donde asisten más de 300 personas. Este año comimos en casa por el coronavirus”.

Aaron Kaliman Levy tiene 23 años y vive en Israel hace dos. “Me vine porque quería aportar mi granito de arena al sueño histórico de construir un Estado judío, justo, democrático y en paz” afirma.

Aaron Kaliman Levy. Aaron Kaliman Levy.

Él vive en Azor, cerca de Tel Aviv, pero antes de cumplir su sueño, vivía en Yerba Buena. Aaron cuenta que la Pascua Judía es la festividad que recuerda el relato bíblico de la salida del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto y es por ende la fiesta de la “libertad”. Además, tal como admitía Clara, no consumen harinas leudadas sino matzá (pan no leudado).

“Aquí en Israel la fiesta también coincide con el inicio de la primavera y como hay dos semanas de vacaciones de la escuela, muchas familias, movimientos juveniles, grupos de amigos, y demás, salieron de caminata por distintos lugares del país” comenta.

Por otro lado, Ailin Sosnitsky, de 25 años, cuenta que vive en Israel hace tres años. La decisión de irse a vivir a este país fue luego de una estancia en Buenos Aires: “A los 18 me fui a estudiar Teatro Musical y hubo varios inconvenientes por los cuales decidí no terminar mi carrera ahí; además quería independizarme económicamente y sabía que irme a vivir a Israel era una buena idea”.

Ailin Sosnitsky. Ailin Sosnitsky.

Sosnitsky vive en Ramat Gan, al lado de Tel Aviv, y antes estuvo en un Kibutz llamado Mishmar Haemek. En la Pascua Judía, “se come muy rico” afirma Ailin y comenta que lo que más se consume durante la celebración son los “kneidalaj”, bolitas de harina de matzá y “gefilte fish”, que es un plato que tiene pescado molido con cebolla, zanahoria, perejil, sal y pimienta, que se suele cocinar horneado en forma de bastón o hervido en forma de albóndigas.

La vida en Israel durante la pandemia

Aaron confiesa que, en general, la gente “vive muy ocupada y a las corridas”. A su vez, entre los y las jóvenes estudiantes es muy común trabajar y estudiar, y vivir fuera de la casa de los padres. Sin embargo, como ocurrió en Argentina por la cuarentena, el desempleo subió bastante y muchos jóvenes tuvieron que volver a casa de sus padres.

“En cuanto al manejo de la pandemia hubo muchas cuarentenas, al principio más acatadas por la población y después mucho menos. A comienzos de este año empezaron a vacunar y vacunaron muchísima gente de manera rápida a través de las obras sociales”, relata Aaron. A su vez, él añade que se vacunó en febrero, como la mayoría de la gente de su edad.

En este sentido, Clara afirma que el sistema de salud que tiene Israel permite vacunar desde los 16 años a toda persona que quiera. Por lo tanto, el 60% de la población está vacunada con la primera dosis y un 54% con las dos que corresponden. Asimismo, confiesa que los vacunados tienen un pasaporte verde que permite que la gente realice diversas actividades.

Con respecto a la tarjeta o pasaporte verde, Ailin comenta que “si querés ir a un bar o algún lugar, pueden estar adentro, en el espacio cerrado, todos aquellos que hayan sido vacunados, que tengan esta tarjeta. El resto debe permanecer afuera.”

El impacto de la pandemia en lo económico no se sintió. En esto coinciden los tres entrevistados: “En Israel no se siente la inflación”.

“En lo político la pandemia agravó la crisis política que ya de por sí estábamos viviendo, en la que después de cuatro elecciones nacionales en dos años no logramos conformar un gobierno estable y en cambio se llama a nuevas elecciones” finaliza Aaron.


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