Sexo de reconciliación y despedida: ¿es recomendable hacerlo con tu ex?

Sexo de reconciliación y despedida: ¿es recomendable hacerlo con tu ex?

Hay quienes vuelven a acostarse con sus anteriores parejas por inconformidad o soledad. Intentos de evitar o remediar peleas.

RUPTURA. Hay muchas parejas que, tras una separación, vuelven a tener encuentros sexuales con sus exs. RUPTURA. Hay muchas parejas que, tras una separación, vuelven a tener encuentros sexuales con sus exs.

Nadie sabe hace cuánto o por qué surgió esta especie de regla tácita pero, cuando una pareja decide terminar su relación, lo más frecuente es que luego se corte cualquier tipo de comunicación y mantenga una distancia absoluta (guardar el vínculo en el freezer, como quien dice).

Para quienes no creen en los “tiempos desesperados y las medidas extremas”, este proceso es paulatino e implica algunos traspiés o caminos alternativos de despedida. Entre ellos está el sexo de ruptura.

“Son muchas las parejas que, después de determinar su separación, aprovechan una última cita o encuentro erótico para despedirse. Incluso en casos terminales donde hay engaños o el vínculo se extinguió con silencio y falta de respuesta de alguna de las partes. Los cierres físicos son bastante comunes, pero peligrosos cuando no sabemos manejar nuestras emociones”, detalla la sexóloga María Aguirre.

Para la especialista, este epílogo en el libro de rupturas suele asociarse a las relaciones con una fuerte carga erótica. Así que creer que todos somos motivados por la comprensión y el amor puro es idealizar la realidad.

“Hay vínculos que duran décadas y se centran en el deseo. Cuando la atracción es alta y hay buena sincronía en la cama cuesta soltar, pero es poco probable que luego de un reencuentro erótico con un ex volvamos a querer salir con esa persona. No olvidemos que las razones para contar una relación son casi siempre emocionales y el sexo esporádico no solucionará la procesión interna que ya arrancó”, acota.

En otras ocasiones, el verdadero problema aparece por las comparaciones. En especial, cuando hay cierta insatisfacción y aparecen recuerdos subidos de tono del pasado.

“Es sorprende la cantidad de pacientes que afirman estar con el amor de su vida y a la vez extrañan el sexo con el anterior. Con el inicio de una nueva etapa afectiva también arranca el redescubrimiento de nuestro cuerpo, modificamos ciertas prácticas en el dormitorio y en parte hay que adaptarnos a ese compañero distinto. La costumbre hace que podamos sentir incomodidad o falta de asertividad frente a la novedad”, explica la terapeuta Maira Lencina.

Esto se cumple en especial cuando nuestro amante actual es “tradicionalista”, prefiere ciertas posiciones o rechaza fetiches que para nosotros eran especiales.

Ayuda o error

La duda central es ¿sirve acostarse con un/a ex o traba nuestra recuperación? Según Lencina, la idea puede servir solo en los casos donde se logró cortar con el apego. “Es importante chequear cuáles son los motivos que impulsan ese encuentro erótico y que nos produce pensar en esa vieja pareja porque es muy fácil que un hecho aislado se convierta en un comportamiento repetitivo. Entonces, nunca soltaremos el pasado y el proceso de sanación terminará incompleto”, interpela la sexóloga.

Esta respuesta es frecuente en las parejas intermitentes (es decir, aquellas que tienen el hábito de romper y reconciliarse de manera periódica). “Este patrón es bastante nocivo para la salud mental y nos llena de estrés y de angustia. Sumado a que es el caldo de cultivo de un amplio espectro de hechos de abuso verbal, bajos niveles de compromiso y una constante victimización. En los casos más extremos, el apego es tal que es imposible tirar fotos viejas o hacer limpieza de objetos antiguos”, agrega Lencina.

El segundo error es taladrarnos la cabeza con comparaciones. “La vacilación de ser mejores o peores que otros (en los aniversarios, en las citas o en la cama) afecta los cimientos de nuestra relación actual. Hay gente que sin darse cuenta resalta a diario los eventos que hacían con sus exs y la manera en que se gestionaban las citas. Así que es preferible dejar las cosas claras de antemano y poner límites”, advierte Aguirre.

Falso perdón

Hace 15 minutos parecía que la habitación era el epicentro de un tsunami de críticas y enojo, pero en un momento “pasaron cosas” y acabamos en la típica escena postcoital. Los chistes en esta materia sobran y todos remiten a lo mismo: lo mejor de las peleas es la reconciliación (sexual). ¿Verdad o mito?

“Tras una pelea el sexo es significativo por varias razones. A alguna gente el descargo emocional previo les sirve para sentirse mejor, mientras que en otros casos lo que prima es la posesividad. También puede ocurrir que el pleito haya llevado al distanciamiento por algunas semanas y el impacto de volverse a ver y la predisposición para enmendar las cosas colabore”, reflexiona el terapeuta Gabriel Boschetti.

En este sentido, generalizar nunca es efectivo. Sin embargo, la advertencia es evitar caer en ciclos dañinos y que el sexo sirva como un anzuelo para evadir los problemas.

“Hay quienes suelen recurrir a las demostraciones de afecto corporales para dar por zanjadas las discusiones o pedir disculpas. En el extremo opuesto, para demostrar enojo también suelen rechazarse los encuentros sexuales a modo de castigo”, acota Boschetti.

En ambas situaciones, el especialista enfatiza que los encuentros eróticos nunca pueden remplazar las charlas. “Según nuestro enfoque comunicativo las discusiones también pueden ser constructivas y -al resolver ciertos problemas- afloran sentimientos positivos de cariño o ternura. Lo importante es no hacer del sexo un instrumento para conseguir un fin o evadir la responsabilidad de nuestras acciones”, aclara el terapeuta.

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