Los incidentes en Washington “son una muestra de degradación institucional”

Los incidentes en Washington “son una muestra de degradación institucional”

Partidarios de Trump entraron al Capitolio y lograron que se suspenda la sesión para ratificar a Biden. El supremacismo blanco está en el centro este conflicto, afirma el politólogo Luis Karamaneff.

CHOQUES. Partidarios de Trump tiraron vallas y superaron a los policías.  CHOQUES. Partidarios de Trump tiraron vallas y superaron a los policías.

WASHINGTON, Estados Unidos.- “Nunca nos rendiremos”, dijo Donald Trump, en el acto convocado bajo el lema de “Salvemos Estados Unidos”. Fue el último manotazo de ahogado -como lo llama el analista Peter Baker, del “New York Times”-, para no reconocer que perdió las elecciones, con denuncias de fraude refutadas por las elecciones, los jueces y hasta su propio procurador general.

“Nunca lo aceptaremos. No va a ocurrir... Este país no lo va a aceptar”, gritó. Y sus simpatizantes le tomaron la palabra al pie de la letra. Un grupo se dirigió al Capitolio, donde los representantes de ambas cámaras, reunidos en Colegio Electoral, sesionaban para refrendar la victoria de Joe Biden el 3 de diciembre.

Para cuando Trump llamó a “mantener la paz”, sus partidarios ya habían irrumpido en el Capitolio y unas 30.000 personas rodeaban el edificio del Congreso de “la democracia más grande del mundo”, como se declaran.

La sesión se suspendió y los congresistas se tuvieron que retirar con custiodia policial, como se vio en miles de fotos que circularon en redes sociales. Los demócratas hablan de “intento de golpe de Estado”.

Pero... ¿cómo se llegó a esta instancia? ¿En qué momento el país orgulloso de su bipartidismo y su alternancia pacífica del poder se convirtió en un campo de batalla donde un líder es capaz de instigar a desconocer el resultado de una elección y a obstruir el traspaso de poder?

Este caldo no empezó a cocinarse ayer. “El supremacismo blanco es principal actor en este conflicto -apunta Luis Karamaneff, politólogo e investigador del Conicet- que viene gestándose desde hace décadas”.

Se trata de un sector que cuenta con bases sociales organizadas, radicalizadas, armadas y listas para promover el conflicto, explica. Este sector, que perdió económicamente y que se siente desplazado por minorías (o lo que eran minorías hasta hace poco tiempo), ve a Trump como alguien que los representa.

El supremacismo blanco no sólo perdió la presidencia, sino que ayer también entregó la mayoría en el Senado. Pero sigue en el poder hasta el 20 de enero, con un presidente que, aunque los mandó a ir a la casa, no cuestionó los motivos del ataque.

“El hecho de que hayan entrado al Congreso muestra un grado de organización, pero también que se hizo la vista gorda para dejarlos pasar”, dice Karamaneff. Otro hubiese sido el resultado si los que forzaron la entrada a una de las instituciones sacrosantas de la democracia estadounidense hubiesen sido afrodescendientes, latinos o de pueblos originarios.

Los incidentes muestran una degradación institucional, señala el politólogo tucumano. “Pone en cuestión el liderazgo de Estado Unidos en mundo, sobre todo ante el avance de China”, añade.

No sólo las bases de Trump se niegan a reconocer la derrota. También algunos legisladores republicanos intentaron bloquear el proceso, a pesar de que el propio vicepresidente saliente, Mike Pence dijo que no iba a obstruir la ratificación de Biden. Trump llamó “cobarde” por no suspender la sesión.

Se abre también el interrogante sobre cómo será la presidencia de Biden, un hombre grande que es posible que no vaya a reelección. “Va a ser central el papel de Kamala Harris, la vicepresidenta. Si bien es una moderada (con algunas posturas conservadoras), es mujer y negra”, apunta Karamaneff. Una pesadilla para los supremacistas blancos.

Pasados los incidentes de ayer, queda la sensación de que esto recién empieza. El supremacismo blanco está disputando poder y Trump sigue en la arena política con las armas que ya conocemos.

Por la fuerza: gases lacrimógenos en el Congreso

Los manifestantes llegaron poco después del mediodía al Capitolio, el lugar donde estaban sesionando los legisladores. Retiraron las vallas e ingresaron en el edificio, en plena sesión de ambas cámaras del Congreso para certificar la victoria del candidato demócrata, Joe Biden.

Les gritaron "traidores" a los policíuas que intentaron detenerlos y que incluso hicieron uso de gas pimienta para intentar dispersar a la multitud, según la cadena de televisión CNN. Además, también se ha utilizado gas lacrimógeno, pero no estaba claro si lo han lanzado los manifestantes, que portan banderas en las que puede leerse "No me amenaces", o la Policía. (Europa Press)

Alarmas y refugio: evacuaron el edificio por “amenaza interna”

El Capitolio, edificio que alberga las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos, tuvo que ser evacuado. La Policía del edificio hizo sonar la alarma de emergencia, con un mensaje en el que se pedía a las personas dentro de las instalaciones que "buscaran refugio" y "permanecieran en silencio" debido a una "amenaza interna". La Policía del Capitolio tuvo que pedir refuerzos. La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, impuso un toque de queda en la ciudad desde las 18 (hora local), que estará vigente hasta las 6 de hoy. Trump pidió también apoyo para la Policía del Capitolio y las fuerzas de seguridad estadounidenses. (Europa Press)

“Inaceptable”: funcionarios se despegaron del ataque

El secretario de Estado, Mike Pompeo, cargó contra los "inaceptables" incidentes. "El asalto al Capitolio es inaceptable. La ilegalidad y los disturbios, aquí y en cualquier parte del mundo, son inaceptables", dijo Pompeo a través de Twitter. "He viajado a muchos países y siempre he defendido el derecho de todo ser humano a protestar pacíficamente por sus creencias y sus causas", añadió. El fiscal general en funciones de Estados Unidos, Jeffrey Rosen, también condenó el asalto contra el Congreso. "La violencia contra el Edificio del Capitolio Nacional es un ataque intolerable contra una institución fundamental de nuestra democracia", dijo Rosen en un comunicado.  (Europa Press)

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