Dinero y voluntad política

Dinero y voluntad política

El sistema de transporte público de pasajeros en ómnibus agoniza. Este 2020 termina con las empresas en crisis; con los trabajadores en alerta y endeudados; con los usuarios hastiados y con algunas autoridades que parecen estar en babia. Si bien no es un problema nuevo, se agudizó. Todos los sectores involucrados repiten desde los primeros meses del año que el modelo está agotado, que la situación no da para más y que hay que aplicar una reforma sustancial en la organización.

Hubo reuniones, propuestas y gestiones. Los avances en la materia, sin embargo, no se materializaron hasta el momento. Las previsiones para el año próximo no son mejores: llegar a diciembre con 64 jornadas de huelgas cumplidas y con los salarios de los trabajadores pagados en cuotas para evitar nuevos paros no es precisamente un buen pronóstico. Tampoco se sabe si diciembre terminará sin inconvenientes, porque el conflicto se define día a día ¿Qué falta para avanzar en los cambios necesarios?

En marzo, el Gobierno Provincial hizo una escueta presentación en la Legislatura: una iniciativa para propiciar la provincialización. El proyecto nació en el contexto de cruces con los empresarios y desde las bancas oficialistas se reconoce que fue un modo de presión para que se abonaran los salarios. Después, el paso más concreto que dio el oficialismo fue impulsar la sanción de una norma que prevé que el destino de los subsidios provinciales y nacionales sea prioritariamente el pago a los empleados de sueldos y cargas sociales. Las firmas del sector hicieron una airada queja y la mantienen. En el Ejecutivo también se hicieron gestiones en la Casa Rosada para el desembolso de los subsidios nacionales y se adelantaron en ocasiones los provinciales.

En agosto, el gobernador Juan Manzur consideró que había que analizar todas las opciones. “Lo que queremos es que la gente tenga el mejor servicio público posible, habrá que evaluar eso (la provincialización) y otras opciones”, sostuvo entonces.

Al margen de estas acciones y declaraciones, no avanzaron demasiado las propuestas. Sólo durante este año se presentaron una docena de proyectos de las distintas bancadas legislativas y también en el Concejo de la capital. Oficialistas y opositores plantearon desde la necesidad de descontar de los aportes estatales por las huelgas; pasando por la conformación de una sociedad de transporte automotor suburbano con pasajes gratuitos; la implementación de un servicio de transporte diferencial interurbano y hasta la puesta en marcha de un comité de seguimiento de cumplimiento de la Ley de Transporte.

Pero en la comisión de Transporte de la Legislatura no fueron tratadas en profundidad las que abordaban un cambio medular, sobre todo, la provincialización.

El peronista Roque Álvarez y el radical José Ascárate avanzaron en el diseño de un sistema de corredores en el área metropolitana, para que los municipios no deban resolver por separado la problemática. Esta propuesta no llegó a presentarse pero tenía una mirada distinta. Los parlamentarios consideraron que los paros y la falta de confianza en el sistema no generaron un ambiente propicio para formalizar la idea. Cabe recordar que San Miguel de Tucumán y Tafí Viejo impulsaron en estos meses medidas por la crisis. La gestión de Germán Alfaro puso en vigencia la posibilidad de que utilitarios y combis puedan suplantar a los ómnibus si se corta la circulación y la de Javier Noguera, desarrolló una línea municipal propia amigable con el medio ambiente y con paridad de género entre sus empleados.

La propuesta más afianzada y que cuenta con la venia de la Casa de Gobierno es la que diseñó el presidente del Concejo capitalino, Fernando Juri. Había expresado en diversas entrevistas que estaría a punto para ser llevada a la Cámara a fin de año o principios de 2021. Según trascendió, el borrador es amplio y estaría listo en los próximos días. La idea del ex vicegobernador fue ahondar en el sistema salteño y adaptarlo a Tucumán para las áreas urbana, suburbana y rural. De prosperar, prevé la conformación de una sociedad anónima estatal bajo la órbita del Ejecutivo provincial, con la participación de los municipios intervinientes. Las empresas que trabajan en el rubro podrían participar, según se supo, mediante un modelo de subconcesiones. En cuanto al dinero, los pilares del sustento serían fondos del Presupuesto; subsidios nacionales y municipales y lo que se obtenga de la venta de pasajes. Tendría detalles que responderían a la crisis que atraviesa la actividad y que aludirían al régimen de pagos salariales y a la obligatoriedad de mantener la prestación del servicio.

En el Municipio de la capital, por donde circulan 14 líneas, siguen de cerca las propuestas presentadas, pero advierten que no están en condiciones de aportar fondos. De todas maneras, afirman que no pondrán obstáculos para cuando se plantee una soluciòn que les parezca acorde. El saldo de este año en la Capital: se impusieron multas y se presentaron denuncias de distinta índole y hay líneas caducas y sanciones en curso.

Sin dudas, la pandemia demoró el avance de cualquier definición que no fuera sanitaria. Pero, ¿estuvo alguna vez en agenda efectuar cambios significativos? ¿Alguien está dispuesto a aportar más plata? Probablemente no. De acuerdo con fuentes de la Legislatura, el asunto no sería tratado en lo que resta del año y si se avanza, sería con un sistema mixto. Los subsidios, de acuerdo con los prestadores, apenas alcanzan para lo salarial ¿Qué pasará el año entrante? La Provincia habría incluido los mismos montos actuales en el Presupuesto, mientras que los de la Nación se disminuirían para el interior. El presidente de la comisión de Transporte en Diputados, el tucumano José Cano, advirtió sobre ello y planteó la situación junto a otros diputados tucumanos y de otros distritos, del oficialismo y de la oposición. Si bien lograron que se aumentaran los que figuraban en las previsiones iniciales de la Nación, el monto para repartir entre los distritos sería menor al esperado.

¿No es prioritario mejorar cuanto antes un servicio que implica entre 3 y 5 millones de pasajes por mes en un año normal? Aún tomando los números durante la pandemia, en la que los viajes se redujeron drásticamente, implica cómo mínimo entre medio millón y 3 millones de boletos mensuales. El dinero y la voluntad política son las claves para avanzar, pero en este asunto parecen escasear.

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