Millones de dólares y un laboratorio pequeño y subsidiado, sombras detrás de la vacuna de Pfizer

LABORATORIO. Un técnico de Pfizer trabaja en la vacuna experimental. reuters LABORATORIO. Un técnico de Pfizer trabaja en la vacuna experimental. reuters
14 Noviembre 2020

El lunes los laboratorios Pfizer y Biontech revelaron que las conclusiones intermedias de su ensayo de fase tres para una vacuna contra el coronavirus habían arrojado 90 % de efectividad. Albert Bourla, presidente de Pfizer, consideró durante el anuncio que ese había sido un gran día para la ciencia y la humanidad, pero no contó que también lo había sido para su bolsillo: la venta del 60 % de sus acciones de la empresa, que esa tarde subieron 15 %, le dejó más de U$S 5.500 millones.

La transacción, que cumple con las reglas de Wall Street, estaba preparada desde el 19 de agosto, según admitió la propia compañía. Así, si bien Bourla no violó las normas del mercado, sus ganancias sí exhibieron la trastienda de las investigaciones para encontrar una vacuna que permita superar la pandemia. Detrás de este telón también se mueven las grandes potencias: en junio, la Unión Europea le concedió un préstamo de € 100 millones a Biontech para el desarrollo del fármaco, y en septiembre el Ministerio de Investigación de Alemania le otorgó financiación por € 375 millones.

Aunque Pfizer es un gigante de renombre mundial y siglos de experiencia (fue fundado en Estados Unidos en 1849), su socio alemán es pequeño y desconocido. Biontech apareció en 2008 en Maguncia por obra del oncólogo Ugur Sahin y su esposa, Özlem Türeci. Al principio se especializaron en la terapia inmunológica para pacientes con cáncer y desarrollaron un tratamiento basado en los rasgos genéticos de cada tumor.

12 años después, ya con 1.300 empleados, las investigaciones de Sahin y Türeci sobre la mólecula genética ARNm y la cura del cáncer fueron clave para la fabricación de la vacuna experimental de Pfizer (y Biontech). Y aunque aún ni siquiera solicitaron autorización para venderla, ella ya les dio sus primeros frutos: también las acciones de Biontech se dispararon esta semana. Y, claro, Sahin tiene participación mayoritaria en la empresa. (Reuters- Europa Press)

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