Por Manuel Riva
02 Noviembre 2020
EN 1930. El interventor Ramón Castillo recibe la llamada de su colega santiagueño, Francisco García.
Hace justamente 85 años se inauguraba el servicio telefónico entre Tucumán y Catamarca permitiendo con ello también la comunicación entre provincias como Santiago del Estero, conectada a Tucumán desde 1930 y La Rioja a través de los catamarqueños.
A las 10.30 del 30 de octubre de 1935 el teléfono instalado en el despacho del gobernador Miguel Campero sonó y desde el otro lado de la línea se pudo escuchar la voz del gobernador riojano, Eduardo Fernández Valdez.
La comunicación duró escasos minutos, en los que ambos mandatarios se congratularon con esta nueva herramienta de comunicación. Minutos más tarde el gobernador tucumano se conectó con su par catamarqueño, Rodolfo Acuña, con quien también tuvo un intercambio de elogios y saludos ante la novedad.
En el despacho de Campero estaban el ministro de Gobierno, Norberto Antoni, el ministro de Hacienda, Miguel Frías, el secretario de la Gobernación, Ernesto Ortiz Zavalía, el jefe de la seccional local de Correos y Telégrafos, José Antonio Sutto, y representantes nacionales y locales de la compañía de teléfonos.
Tras esas comunicaciones las autoridades se trasladaron hasta las oficinas de la telefónica, ubicadas en la calle Muñecas frente a la escuela Normal, donde los directivos explicaron el sistema de comunicaciones urbanas e interurbanas.
El gerente de la firma, ingeniero Linderbergh, destacó la importancia que para las actividades de la región tenía la comunicación telefónica entre las cuatro provincias. Y en esas palabras se comprometió a modernizar el servicio telefónico en Tucumán y agregó que la prioridad era establecer las conexiones con el sur del país para que en el corto tiempo se produzca la comunicación buena y rápida con Buenos Aires y pueblos intermedios. A renglón seguido, el gobernador expresó: “espero que sea pronto una realidad la promesa de modernizar los servicios actuales y establecer la comunicación con el litoral”.
Asimismo la crónica deja un lugar importante para lo ocurrido en Catamarca y Santiago del Estero, hechos que fueron informados por nuestros corresponsales. “El nuevo servicio que demarca un importante progreso de comunicación para Catamarca, pues la ligará con un centro de gran actividad general como es Tucumán, ha sido auspiciosamente recibido por la opinión”, relataba nuestro colega entonces.
Y agregaba que se habían solicitado unas 200 comunicaciones con Tucumán en aquella jornada. Además se informaba que a las 9, antes de la inauguración oficial, y “a modo de prueba”, se había establecido una conferencia entre la corresponsalía local y la redacción de LA GACETA “que pudo ser oída con perfecta nitidez, tanto aquí como en Catamarca”.
El acto en Santiago, realizado en el despacho del gobernador Juan Bautista Castro, tuvo en tanto un desarrollo accidental. Poco después de la 9 Castro se sintió indispuesto, se retiró de la Casa de Gobierno y fue reemplazado por el ministro de Gobierno, Próspero Ábalos. Además estaba el director de El Liberal, José Castiglione, y el corresponsal de nuestro diario. Tras los saludos de rigor y reconocimiento por la tarea desarrollada para concretar esta obra, Ábalos se disculpó con los mandatarios catamarqueño y riojano por la ausencia del gobernador. En respuesta los magistrados agradecieron la información y enviaron deseos de mejoría para Castro.
En 1930
Apenas 90 años atrás se logró la primera comunicación telefónica entre San Miguel de Tucumán y Santiago del Estero. Con un gran titular que ocupaba todo el ancho de la página 6 de la edición del 5 de diciembre de 1930, LA GACETA anunciaba: “Por primera vez se habló ayer por teléfono entre Tucumán y Santiago del Estero”.
La noticia debe haber causado sensación entre los tucumanos, que ahora podían comunicarse con una ciudad distante más de 160 kilómetros por medio de un cable.
La crónica decía: “fue inaugurada oficialmente la línea telefónica entre esta capital y Santiago del Estero; este acto realmente promisorio es de trascendental importancia en materia de comunicaciones, pues en breve se iniciarán los trabajos para conectar Tucumán con Salta y a la espera de un plazo no muy lejano, la extensión de los tramos permitirá a la Compañía Argentina de Teléfonos extender su red hasta la Capital Federal”.
EN 1935. El gobernador Campero se comunica vía telefónica con los mandatarios de Catamarca y La Rioja.
Luego enumeraba los beneficios que el adelanto traería a la provincia. “Este plan que con todo tesón se viene desarrollando permitirá al lector deducir cómo podrán estrecharse más aún las distancias con las distintas capitales y las ventajas que ello supondrá para el comercio y los Estados en general”, manifestaba el cronista con fervor.
Aquella primera llamada fue realizada por el interventor federal Ramón Castillo, que luego se convertiría en presidente de la Nación por el fallecimiento del presidente Roberto Ortiz y fue derrocado por el golpe militar de 1943.
A las 10.30, Castillo estaba en su despacho junto a otros funcionarios y representantes de la compañía telefónica, además de periodistas locales y porteños.
El interventor tomó el aparato para hablar con el interventor de Santiago, Francisco García, durante 10 minutos. Un rato después la línea de nuestro diario recibió una llamada del director del diario santiagueño “El Liberal”, José Castiglione, quien habló con Alberto García Hamilton, director de LA GACETA. Ambos expresaron la importancia que la línea abría para la comunicación. Además, intercambiaron opiniones positivas del trabajo de ambos diarios y saludaron al personal de ambas firmas periodísticas.
“La línea inaugurada cubre una distancia de 300 kilómetros (dos cables de unos 150 kilómetros cada uno). Está colocada sobre una empalizada de postes de abeto de entre 8 y 9 metros de altura. Desde Tucumán salen los circuitos de cobre que permiten establecer tres comunicaciones al mismo tiempo”, continuaba la crónica. También se contaba el plan de trabajo para extender la línea para llegar a Buenos Aires en el corto tiempo. Se hablaba de los “núcleos extensibles” que abarcaban los distintos centros urbanos que luego se unirían con una red telefónica. Castillo refirió, luego de la llamada, su sorpresa por la nitidez con que oyó las palabras y agregó que no encontraba diferencia con las comunicaciones ordinarias del radio de la ciudad. También felicitó a los técnicos de la empresa.
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