La brecha digital en la universidad

La brecha digital en la universidad

Sostener una carrera universitaria en tiempos de pandemia presenta un desafío insuperable para muchos estudiantes. Con escasa o nula conexión a internet; sin computadora ni celular o teniendo que compartir el mismo dispositivo entre varios integrantes de una familia; desbordados por la situación económica; haciendo malabares para leer todo el material que les mandan los docentes cuando también tienen que trabajar. Un combo de obstáculos que podría llevar a un número bastante significativo de alumnos a discontinuar sus estudios. Por eso, es importante que se puedan tomar medidas que hagan más accesible la educación virtual.

Un informe que se elaboró recientemente en la Facultad de Agricultura y Zootecnia de la UNT mostró que la virtualización de las clases universitarias está generando que muchos alumnos encuentren dificultades para seguir en Carrera. Según este trabajo, el 12% de los estudiantes dejó el cursado por no contar con una computadora o notebook o por no tener internet para entrar a las clases. El 23% no tiene PC y un 8% no cuenta con un celular. El 80% no tiene un buen funcionamiento de wi-fi y cuatro de cada 10 alumnos tuvieron que trasladarse a otros domicilios para tener conexión y acceder a los contenidos educativos.

Si bien este trabajo mostró lo sucedido en solo una de las facultades de las 13 que tiene la UNT, la desigualdad en el acceso a internet es una realidad que golpea en todos los niveles educativos. Otro factor que influye en el abandono de una carrera, además de la brecha digital, es la situación económica y emocional de los estudiantes durante la pandemia: un 58% se vio obligado trabajar en estos meses y un 72% siente que el aislamiento afectó su situación emocional. Además, una cuestión que aqueja y desanima a muchos universitarios es tener que leer y estudiar grandes cantidades de textos en una pantalla pequeña de celular. Un sondeo anterior, realizado por dirigentes estudiantiles en la Quinta Agronómica, reveló que el 17% de 1.000 alumnos encuestados no tiene la conectividad adecuada para el cursado virtual.

La pandemia, sin dudas, generó condiciones educativas totalmente diferentes a las que acostumbrábamos a transitar. Y si bien es cierto que el cursado on line deja afuera a quienes no tienen acceso a internet, también significa una ventaja para quienes no podían estudiar porque no tenían dinero para traslados o alojamiento (el caso de los que viven en el interior).

Es importante evaluar todas las realidades posibles de los alumnos universitarios, especialmente teniendo en cuenta que todavía no hay certeza de la vuelta a las aulas. El desafío es impulsar iniciativas que incluyan a aquellos que por una u otra razón se están quedando fuera de las clases. Por ejemplo, desde la Facultad de Agricultura y Zootecnia proponen crear un punto digital -para que los estudiantes puedan ir a rendir- y becas de fotocopias. Otras universidades del país también dieron becas de conectividad a quienes tienen bajos ingresos o viven en zonas rurales.

Celebramos todo lo que pueda sumar en esa dirección. De todos los problemas que hoy nos toca enfrentar, tal vez la deserción en la universidad no sea lo más urgente. Sin embargo, no hay dudas de que en el mediano y largo plazo esto podrá tener efectos negativos. Porque la educación en los niveles superiores siempre fue sinónimo de desarrollo y crecimiento de las sociedades.

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